Cada día soy más feliz en nuestra nueva casa, no hay día en que me despierta y sea imposible de sonreír con la vista desde mi habitación.
¿El embarazo? Solo les digo que ya faltan unas 2 3 semanas para que nazca, la primera vez que lo sentimos moverse estaba en el cuarto con David, Aaron se duchaba y fue inevitable no gritar ante esa extraña y nueva sensación, tanto fue el grito que Aaron salió desnudo y desde ese entonces, bueno, David lo acosa aún más.
Es impresionante sentir como se alborota cuando Aaron llega del trabajo y le habla, patea sin cesar al escucharlo.
Con todos es igual, deduzco que será un bebé risueño y cariñoso. Mamá y Peter se han encargado de ayudarme en todo lo posible, Aaron está más ocupado de lo normal, llevamos poco tiempo aquí con la nueva empresa y tiene pilas de trabajo, y mi gran barriga que no me deja hacer nada ya. David, Holly y London viajan cada vez que pueden los fines de semana, a Jorsh lo veo más a menudo por lo que siempre está viajando por negocios, Aaron está más que satisfecho por la manera en que se está manejando todo en la empresa, nunca dudamos de él y de este nuevo proyecto.
Hoy será el Baby Shower, está de más informar que todavía no tenemos el nombre del bebé.
Mama y yo estaremos a cargo de la decoración, con la ayuda de sus asistentes, porque con mi barriga o la de Holly son pocas las cosas que podemos hacer.
La decoración... Mamá y Aaron querían un Baby Shower tipo realeza, Peter y yo tuvimos que calmarlos. Yo soy más de intimidad, los más cercanos y queridos.
London junto a Nathan y su suegro que es chef están encargados de la cocina, por lo que cuando bajo de la habitación aun en pijama y pantuflas de unicornio, todos están reunidos ahí.
- ¿Cómo amaneció mi pequeño saltamontes y su cría?
- Hola pastelito. Alborotado, como que sabe que hoy comerá en exceso.
- Lo que pida se lo das. —me besa la mejilla.
- Jorsh será otro que lo malcríe, ya lo vi todo. —habla London.
- Tu eres malcriada porque Aaron y yo nunca te pudimos, ni podemos decirte que no. ¿De qué hablas?
- Yo no soy malcriada. —lo acusa con alguna paleta de madera, Nathan ríe y le habla.
- ¿Qué no eres qué?
- Lo que escuchaste.
- Deja a la niña, no querrás que eche unos cuenticos de cuando eras niño y malcriado. —le advierte Peter.
Me encanta ver a London cómoda con mi familia, que ya es de ella.
- Escucho que te están molestando. —se acerca el papá de Nathan a abrazarla.
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Dulce Infierno
RomanceAda Woods esa mujer sin filtro que dice lo primero que le pase por la cabeza, es torpe como ella sola, habla hasta por los codos y está más dormida que despierta. Pero ante todo es fiel a su familia y a sus seres queridos. A sus 23 años se traslada...