Capítulo 111.

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Parada: ¡Abuelos!

Desde hace dos semanas estamos con lo de la mudanza, ya está todo listo, uno que otro detallito para poder mudarnos definitivamente.

- La veo y no puedo creer lo hermosa que nos quedó. —digo dando vueltas en la sala.

Por donde te asomes, hay grama, arena seguida de la playa, es algo que siempre quise.

- Tus padres ya vienen en camino.

- Estoy jodidamente nerviosa.

- No entiendo porque.

- Porque son mis padres.

- Ada por favor, si es por ellos lo adoptarían apenas nazca.

- Lo sé.

- Todo ya está listo, solo faltan los abuelos.

- Quiero una gran copa de vino, pero no puedo. —hago puchero.

- Dentro de unos cuantos meses. —se burla.

Hoy tendremos también la consulta para saber el sexo del bebe, decidimos que el control será aquí y no en la ciudad por lo que en pocos días nos mudamos.

Holly ha estado en una crisis, Nadir ya sabe del embarazo y no están muy bien las cosas, larga historia... David ya sabe de su embarazo está el triple de emocionado por tener a las dos embarazadas al mismo tiempo, dice que lo volveremos más loco de lo normal, hace unos días estuvimos todos juntos, Holly, David, London, Marta, Jorsh, Aaron y yo, y parecían apuestas de caballo sobre quien acertara el sexo del bebé, ni hablar de las guerras de tíos y tías por quien va a ser el mejor, sin contar que todos me lo van a querer robar.

- Creo que quiero un vaso bien frio de limonada. ¿Quieres?

- Si amor. —responde mientras escribe en su teléfono.

Creo que la cocina es lo que más me encanta, tiene un gran ventanal donde entra toda la claridad de afuera, las ventanas ahorita las tenemos abiertas por lo que se escuchan las olas y la brisa fresca.

Nos tomamos la limonada en lo que escuchamos una camioneta. Me apresuro en dejar los vasos en alguna mesita y Aaron sale para recibirlos, yo me quedo de pie en las escaleras.

Los invitamos con la excusa de que vieran como está quedando la casa, y ver en que nos podían aconsejar, si es así, pero también es para contarles.

Entran los tres y van despistados hablando, hasta que Aaron los deja caminar delante de él y señala la casa.

Mamá y Peter ven los grandes globos de letras que dicen "Bienvenidos abuelos" luego me ven a mí con mi gran sonrisa sosteniendo la barriga, que ya está bien notable. Mi mamá se cubre la boca con ambas manos.

- ¡Bienvenidos esos abuelitooooos!

- No, no, y noooo. No puede ser. —veo como se deslizan las lágrimas en su perfecto rostro.

Por otro lado Peter está viendo a Aaron como diciendo "¿Hablan en serio?"

Mamá corre hasta mí y me abraza, como solo ella sabe hacerlo.

- Dios sabe que se lo merecen. —dice entre sollozos, o son los míos, no sé. —dios me escucho hija, que gran bendición. —me abraza más fuerte y me mese.

- Estoy demasiado joven para ser abuelo. —nos separamos y vemos a Peter a punto de derramar una lagrima.

- Bueno serás un abuelo cool.

- Y ese sí que será él bebé más consentido. Oh Dios, cariño quien nos aguanta ahora con un pequeñín correteando en casa.

- Y desordenando todo.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora