항상 너 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻

29.

Había pasado una semana exactamente desde que fui a ese hermoso lugar con Jungkook, todo realmente fue como un sueño, no puedo describir todo aquello pues fue simplemente increíble.

Los demás días estuvimos yendo a la Universidad, aveces se pasaba por mi casa para ayudarme con uno que otro trabajo, mi mamá iba muy bien con su embarazo, su pancita crecía, no mucho, pero ya se veía algo.

El fin de semana me le pasé con mis dos amigos a quién creí que estaba descuidando pero al parecer ellos no estaban en contra.

En la mañana junté mis cosas para ir a la facultad, en la entrada estaba Tae con su móvil, texteando.

— Buenos días — saludé y él me miró con la sonrisa tan bella que tiene.

— Buenos días Minnie — me abrazó y nos adentramos al salón. — ¿Cómo dormiste amigo? — 

— Súper, hoy Kook me dijo que tratara de verme más hermoso que de costumbre —.

— ¿En serio? — sacó sus apuntes y comenzó a leerlos. — ¿Por qué será? —

— No lo sé — me encogí de hombros y me recargue en su brazo. — Cuanto tiempo ha pasado, me siento raro...

— ¿Raro mal o raro bien? —

— No lo sé —.

— Mejor no te agobies y disfruta todo — me rodeo con su largo brazo. — recuerda que aún me tienes a mi —.

Sonreí porque era cierto, nuestra amistad nunca cambió, incluso cada quién anduviera por su lado, tenerlo cerca me mantenía tranquilo igual que siempre.

— ¡Hey! — Jungkook se acercó a mi, traía puesto una sudadera negra al igual que sus pantalones. — Me copiaste el outfit — dijo estando frente de mi.

— Cl-claro que... — me miré y efectivamente, traía un pantalón negro, una camisa de manga larga negra — que no...

Tae estalló en risas y yo me sonroje

— ¿Nos vemos como pareja? — preguntó Kookie con emoción.

— Si, mucho. — Taehyung sonrió al contestar.

— No era mi intención venir así, bueno, en realidad no sabía lo que ibas a usar hoy —.

— No importa cielo —.

— Bueeeeeeeno, yo ya me voy. —  Tae agito su mano mientras se alejaba. — Cuídense —.

Nosotros en cambio íbamos en dirección contrario a mi casa, tomados de la mano y jugando en las orillas de la acera, nos detuvimos por momentos para ver a las pequeñas ardillas subir a los árboles.

— ¡Mira, mira, miraaaaa!, tus primos — dije cuando vi una ardillita comiendo un pedazo de cono de helado.

— Ja-ja, muy gracioso Jiminnie — soltó serio mientras yo moría a carcajadas.

— Perdón señor enojón — hice un puchero y mi novio lo besó. — Ummmh que bonito castigo — me reí de nuevo .— A todo esto, ¿para dónde vamos?

— Hoy conocerás a mis papás — sonrió con malicia y yo me estremecí.

— ¡¿QUÉ?!, ¡¿POR QUÉ NO ME DIJISTE NADA?! — paré en seco e intente controlarme.

— Tranquilo Mochi, todo irá bien — me volvió a tomar de la mano y no me quedó más remedio que seguirlo.

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Después de un camino lleno de berrinches, por mi parte, por supuesto nos encontramos frente aquella casa, trague saliva y Jungkook apretó mi mano.

— ¿Listo? — 

— Para nada —.

Se rio y abrió la puerta haciendo que una hilera de campanitas sonaran.

— Pasa, vamos a comer apenas —miré a Jungkook cuando dijo lo anterior y yo no podía mover más mis piernas.

— Me da miedo —.

— Va a estar bien, ¿si?

— Está bien —
... 

Y nos adentramos al comedor.

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