항상 너 º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻

12.

— Tae —.

—¿Hmm? —

—¿Me ... Me acompañarías a un lugar? —

— Depende —

—¿De? —

— De qué tan lejos este — giré los ojos y lo pateé para que cayera al suelo —¡Aauch! —.

— Vamos — me levanté de mi cama y cerré todos los libros que nos rodeaban, estábamos haciendo tarea y la acabamos muy rápido.

— ¿A dónde vamos? — resopló

— Al Orfanato — Tae me miró confundido y se levanto del suelo.

— ¿Para qué? —

— Es que, en mi cumpleaños después de que se fueran yo le pedí a mis papás sobre mi vida, ya sabes, pero ellos solo me negaron, mi mamá se puso a llorar y mi papá actuó extraño durante dos días — me puse un suéter negro.

— Ya veo, y vas a ir a Blackstep para...

— Para preguntar, soy más grande ahora, necesito saber —.

— Está bien amigo, en marcha — se acomodó el cabello y me dio un abrazo fugaz.

— ¿A dónde con tanta prisa? — habló mi mamá que estaba en la sala viendo un programa de recetas.

— Vamos a ir al Orf... — pellizqué a Tae del brazo — ¡Auchh de nuevo Jimin! —

— Vamos a ir a comer pizza mamá, regresamos más tarde — ella frunció el ceño.

— ¿Llevas dinero? — asentí — Vayan con cuidado —.

— Si mamá — abrí la puerta — ¡Ah! Por cierto, tal vez Tae se quede a dormir, ¿puede? — mi mamá sonrió y dijo que si, finalmente salimos de casa.

— O sea... ¿pides permiso para que me quede? ¿pero no perdiste permiso para que se quedara Jungkook? — entre cerro los ojos.

— Cállate y camina —.

Hacia frío otra vez, la nariz de mi mejor amigo estaba roja, solo eran 40 minutos en bus, sería rápido.

— ¿Por qué quieres que me quede Jiminnie? —habló Tae metiendo sus manos a la sudadera que traía puesta.

— No estoy listo para afrontar sólo mi realidad — y Tae guardó silencio.

❅

Entramos por las grandes puertas del Orfanato, me dirigí a una persona que barría las hojas que caían de los árboles.

— Buenas tardes — saludé — ¿Sabe dónde se encuentra Han Chae-young? —

— Claro, esta ahora en su oficina, permítame —se alejó y nosotros nos quedamos parados frente las escaleras —.

— ¿Crees que tarde mucho? — dijo mi amigo.

— Tal vez —

— ¿Por quién preguntaste? —

— Por la única persona que me defendía en este horrible lugar — arrugué mi nariz e hice una mueca.

— ¿La pasabas muy mal? —

— Demasiado, demasiado Tae — comencé a patear con tranquilidad las hojas que habían quedado regadas por todo el jardín.

— ¿Estas nervioso? —

— Si Taehyung, no me pongas aún más — lo miré y este puso su mano en mi hombro.

— Piensa que estas bien, no porque sepas la verdad te quitaran el hogar que ahora tienes —.

Agradecí haber ido con él a este lugar, si hubiera venido Jin hyung estaría dando vueltas nervioso como si estuviera esperando a que algún Doctor le diera la peor noticia de su vida.

— ¿Cuál es su nombre joven? — salió el señor mayor de un salón dentro de la gran Institución.

— Me llamo Park Jimin — hablé acercándome.

— Permítame otra vez —.

Después de 5 minutos salió a avisarme que pasara a una de las oficinas de las cuidadoras, Taehyung se quedó fuera en el patio jugando con algunos niños, entre temblando.

Toque dos veces la puerta.

— Adelante — giré la perilla, escuchar esa voz era como regresar al pasado.

— Ho-ho-hola Noona — la bella mujer de ojos hermosos, labios finos, alta, cabello negro, y esa sonrisa que tranquilizaba mi mundo volteó.

— Jimin — corrió y me abrazó y comenzó a llorar — tantos años, has crecido muy bien — me miró de arriba abajo — ahora eres un hombre, espero un hombre de bien —.

— Si Noona, estoy muy feliz de verla de nuevo — hablé con lágrimas en los ojos.

— Siéntate, ¿Qué te trae por aquí? —.

— Pues, verá, quería saber si me podía dar información de mis verdaderos padres — tragué saliva.

— ¿Tus padres están de acuerdo? — su expresión cambio a una seriedad completa.

— Mmh, no, por eso mismo vine aquí —.

— Jimin, bueno, eso ahora ya no es mi deber, le toca a ellos decidir —.

Mi cabeza comenzó a doler, todos me negaban el saber de donde vengo.

Estaba en el punto donde no comprendía el porque no sabía la verdad, ¿es un pecado? solo quería conocer a mis verdaderos padres, me abandonaron, pero debió haber un motivo, nadie podía comprender aquello.

— ¡Por qué! — me levante de golpe — ¿¡Por qué son así conmigo?! — mis lágrimas salían, una tras otra — ¡Es injusto!, ¡jamás falle como hijo!, ¡nunca le hice mal a nadie!, ¿por qué ocultarme algo cuándo lo pido? — cerré mis puños.

— Hey, pequeño — Han se acercó a mi y al igual que de pequeño acaricio mi cabello — tranquilo, recuerda que ellos lo hacen por que te aman —.

— No, aún así —tomé sus manos y la detuve —  ellos no tienen ni idea que sufro por querer saber la verdad — ella escucho con atención y bajó sus manos — ahora usted sabe que sufro... ¿podría por favor decirme que pasa conmigo?

Ella suspiro y regreso a su asiento — ¿Estarás bien con lo que diga? 

Asentí.

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❅.