Nadie como tú (Star vs las fuerzas del mal - AU)

Mis promesas - 3.- Tom y el ajuste de cuentas

Los eventos ocurren en aquel espacio de 2 horas antes de la charla de Marco y Star antes del rescate de Eclipsa (El rescate - parte 2).

**Crónicas de Marco Díaz, caballero de Mewni**

Entre las promesas que deseaba cumplir estaba la que le hice al que seguía considerando mi mejor amigo en Mewni, el príncipe Tom Lucitor.

Había pasado un tiempo desde que tuvimos un conflicto donde terminamos enfrentándonos a un duelo de espadas, el cual, con algo de buena fortuna, logré ganar. Tom quería la revancha, cosa que acepté, con todo y que teníamos una batalla en ciernes. Cuando llegamos a la comunidad de yurtas de la madre de Star, me fui a buscar a Tom para nuestro duelo. El ya estaba esperándome.

Tom: Sí que te tomaste tu tiempo, Marco.

Marco: Lo siento, hermano. Estaba resolviendo otro asunto.

Tom: Entiendo. Bien, ¿Listo?

Tom sacó aquella espada envuelta en llamas de la otra vez, pero ahora el fuego era de color rojo intenso con algunos destellos de color azul oscuro, casi negro. Parecía estar rebozando de poder.

Marco: ¡Izta!

Llamé a mi espada, confiando en que era lo suficientemente poderosa para enfrentar a aquella afrenta.

Marco: ¡Cuando quieras, Tom!

Marco/Tom: ¡¡¡Aaaaahhhh!!!

Nuevamente se dió un choque de espadas, un choque bastante furioso. Tom atacaba con mucha fuerza y destreza, al parecer estuvo entrenando bastante desde que salí airoso del enfrentamiento.

Tom: ¡Esta ve, yo seré el que gane, Marco!

Apenas si podía soportar aquella embestida brutal, pero de alguna forma lograba mantenerme en pie. Yo también había entrenado con intensidad y sentía que había mejorado en algo, solo que no era visible para mí en ese momento.

Marco: ¡Lo dudo, hermano! ¡Te volveré a ganar!

Mientras estábamos luchando, algunos caballeros de los otros reinos se acercaron a ver nuestra batalla, pusieron mucha atención y hasta algunos empezaron a gritar para apoyarnos.

???: ¡Vamos, Marco!

???: ¡Usted puede, alteza!

Por culpa de esa motivación, empezamos a luchar con más fuerza, más intensidad, queríamos dejar claro quién era el mejor. Tom empezó a mostrar algunos movimientos extraños, movimientos que jamás había visto en mi corta carrera como caballero de Mewni.

Tom: ¡Toma!

Marco: ¡Whoa!

Logré esquivar el ataque; o, al menos, eso fue lo que pensé, ya que sentí un corte en mi rostro.

Marco: Veo que eres mucho más rápido.

Tom: Y eso que aún no uso mis poderes demoníacos.

Marco: Mejor reservamos esa parte para los rebeldes, Tom.

Tom: Estoy de acuerdo, hermano. ¡Sigamos!

La batalla se estaba haciendo larga, pero ninguno cedía terreno al otro, se notaba que esto era un duelo sin cuartel, uno donde determinaríamos quién es mejor usando una espada en combate. Pero debía reconocer que Tom tiene ventaja dada su condición de medio demonio, aunque eso no me interesaba. De repente, Tom sujeto su espada de forma poco ortodoxa y atacó dando un giro en el aire.

Tom: ¡Toma esto!

El golpe fue muy fuerte, tanto que logró desarmarme. Había sido derrotado.

Marco: ¡Genial! Fue un gran ataque, Tom.