Capítulo 15: La batalla de los C.

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Maratón 3/3

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Me desperté con el ruido de unas pisadas y vislumbré mi alrededor un poco menos iluminado, estuve algo desorientada un momento, no reconocía el lugar en donde estaba pero pronto fui cayendo en cuenta de que era aquella cabaña abandonada en el bosque. El sol de fuera se iba ocultando lentamente y ya las hojas de los árboles no permitían del todo su ingreso a aquel brillo dorado.

Estaba recostada en un sofá viejo bastante roto e incómodo pero por lo cansada que había estado ello no importó, ahora con más energías miré a mi lado, Caleb charlaba en voz baja con su hermano mellizo y Brad, el cual parecía molesto ya que creo que lo estaban regañando; él solo mirarlo me daba ganas de vomitar, me desagradaba totalmente su presencia.

Levanté la cabeza lentamente para observar la puerta de la habitación donde Carel estaría, de allí provenía una luz tenue por las velas y supuse que aún yacía dormido, había perdido tanta sangre y energía que me sorprendía que no muriera aún, sin embargo estaba al tanto de que mi sangre pudo ayudarlo y pronto, si todo iba bien, se recuperaría.

–¿Thay?

Volteé la mirada de inmediato a Carter, mi entrenador, quien se agachó ante mí. Traía una sonrisa risueña como la de un niño y se veía tan alegre que me hacía olvidar por un momento el riesgo que aún corríamos.

–En el automóvil había un termo tuyo, creo que tiene té dentro, está frío pero supongo te hará sentir un poco mejor.

Me incorporé lentamente para no sentir mareos y tomé de entre sus manos mi pequeño termo violeta.

No quería decir lo mucho que me dolía la pierna por el fragmento que aún mantenía dentro del muslo, pero supuse que su mirada de lástima era porque ellos se daban cuenta de mi dolor.

–Muchas gracias –dije sonriéndole y besé su mejilla, eso lo hizo sonreír al igual y mientras se ponía de pie revolvió mi cabello.

–El sol ya está cayendo, hay que tomar nuestras cosas he irnos de vuelta a la resistencia –dijo Caleb. Lo miré mientras bebía de mi té como si fuese una niña pequeña contemplando a un héroe de película, así lucía para mí, inquebrantable, astuto, fuerte, seguro y apuesto.

–Iré por Carel –anunció Brad sin siquiera dirigirme la mirada y así estaba mejor.

–Yo lo ayudaré –dijo Carter pero antes de ir a la habitación, Caleb se puso delante suyo.

–Será mejor que tú seas quien proteja nuestras espaldas, yo llevaré a Thaily y necesitamos de tu fuerza por si algún individuo aparece.

Su mellizo lo pensó detenidamente y luego asintió.

–Bien, hagámoslo.

Una vez que Brad sacó a Carel de la habitación, éste ya estaba despierto y caminaba por sus propios medios sin embargo su compañero lo sostenía por debajo del brazo, como si fuese su muleta de apoyo para guiarlo hasta la salida. En ningún momento Carel me miró, sus ojos habían vuelto a ser negros pero ellos no me vieron, me ignoró completamente y pude sentir la tensión del ambiente además de haber notado su expresión fría pero como arrepentida a su vez; aquello me hizo sentir terrible, sé que ninguno de los dos fue el causante de lo sucedido pero aún así no podíamos hablarnos sin sentir culpa.

–Bien, es tu turno –me dijo Caleb agachándose ante mí.

–No sé si pueda caminar, yo aún no puedo regenerar como ustedes –bromeé y lo ví un tanto confundido.

Decadencia. [En Curso] Where stories live. Discover now