Capítulo 10: Haciendo maletas.

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Eran aproximadamente las once de la noche, la obra de teatro había terminado hace unas pocas horas y Penny organizó una "reunión amistosa" para todos los integrantes del elenco de actores como en agradecimiento a tan buena obra, ya que realmente fue muy buena y muchas personas lo dijeron.

La reunión se hizo en casa de Carel y Penny, además digo casa por qué son uno de los pocos conocidos que tengo, que no viven en una habitación común como todos, quizás tienen privilegio por estar años con la resistencia o solo porque le caen bien a los líderes. Sin embargo a lo que yo llamaba casa era un sector de dormitorios donde a ellos les permitieron tomar tres habitaciones y unirlas para formar una especie de cuarto v.i.p.

Penny que estaba sentada en el suelo sobre un cojín de puso de pie con un vaso de plástico en mano, cargado de licor y lo levantó al cielo, ella al parecer era débil ante el alcohol.

–¡Un brindis! –dijo alegremente –¡Por los triunfos y las buenas noticias!

Éramos como un grupo de veinte o veintitantas personas, todos sentados en el suelo como indios, al rededor de unas mesas unidas a lo largo, como cumpleaños chino.

"Ja, ja, muy graciosa ¿Ya te está pegando el alcohol verdad?"

Y levantamos nuestros vasos mientras gritábamos "¡Salud!" Para luego brindar con los más cercanos y beber.

Sé que a Héctor no le gustaba que tomaran alcohol pero Penny lo convenció de que hoy era un día especial y a pesar de que no teníamos muchas botellas ella se puso ebria rápidamente a diferencia de los demás, algunos vampiros ni siquiera sentían efectos por el alcohol.

Yo que soy humana bebí poco, no quería terminar ebria y acabar por desmayarme para que a algún loco se le ocurra arrancarme la yugular.

En un momento cuando Penny se puso de pie para poner algo de música y bailar ví como Ciro se puso de pie y salió de la casa.

–¿Vas a ir tras él? –me preguntó Caleb. Lo miré de inmediato, estaba sentado junto a mí con un vaso cargado de whisky pero no había tomado ninguna gota, además había vuelto a ser el desinteresado inexpresivo de siempre y eso me hizo sentir cómoda otra vez.

–¿Crees que debería? –pregunté y el pelinegro solo se encogió de hombros.

Traía nuevamente sus lentes de lectura, a veces solo los traía porque quería y debía admitir que le quedaban bien aún que le daban un poquito esa apariencia a chico nerd, lindo.

–¿Tú sabías lo de París y Ciro? –le pregunté y asintió, eso me molestó un poco –¿Entonces por qué no me lo dijiste?

–Tú nunca me preguntaste.

–Uff –renegue y bebí de mi vaso –¿Qué caso tiene que lo siga si él está comprometido? Además la ama... –miré de soslayo a Caleb y él acomodó sus lentes sobre el tabique de su nariz –Porque la ama ¿No es así?

–Sé muchas cosas pero no esa, si quieres saberlo tendrás que ir detrás de él.

No estaba segura de ello, pero si lo pensaba mucho posiblemente no iría, así que me puse de pie y corrí a la salida, en busca de Ciro. Lo bueno era que no me alejé mucho para encontrarlo, al parecer se iba de vuelta a su habitación, muy tranquilo.

–Ciro –lo llamé y debajo de un viejo árbol se detuvo para voltear a verme. Tenía las manos metidas dentro de los bolsillos de su chaqueta y sus ojos rojos parecían centellar ante tanta oscuridad –¿Podemos hablar?

Al no recibir respuesta me acerqué rápidamente y me detuve a unos pocos pasos bajo el mismo árbol.

–¿Qué sucede? –preguntó viéndome de pies a cabeza.

Decadencia. [En Curso] Where stories live. Discover now