Capítulo 29: Novio

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Salí del trabajo un poco tarde pero me sorprendí al encontrar a Caleb, mi novio y ex jefe, esperándome fuera, traía una chaqueta colgada de su antebrazo y un pequeño paraguas cerrado en la otra mano, aunque estaba vestido de manera casual resultaba verse aún con un aire muy formal y eso era uno de los detalles que me gustaban de él.

–¿Qué te trae por aquí? –le pregunté mirando a las sombras oscuras de la noche.

–Va a llover, hay demasiadas nubes de tormenta sobre nosotros.

Alcé la mirada al cielo y me percaté de que tenía razón, unas enormes nubes grises y violáceas cubrían el cielo y a las estrellas.

Sonreí al comprender el porqué de su inesperada visita.

–¿Me trajiste un paraguas por eso? Es muy dulce de tu parte –sonreí enternecida pero era mi corazón quien más encantado estaba.

–Y una chaqueta, cuando llueve la temperatura suele bajar y para los humanos el frío puede significar un desencadenante de alguna enfermedad.

Amo como a todo le busca la lógica o el punto intelectual del tema por insulso que sea.

Asentí agradecida y tomé la chaqueta, era tres tallas más grande que la mía y deduje que era una prenda suya.

Abrió el paraguas y lo colocó sobre ambos.

–Los libros dicen que regalar una prenda propia a la persona con la que flirteas crea un lazo de cercanía emocional en ambos, el paraguas también provoca eso.

Me daba paz tenerlo cerca, no considero que lo ame pero lo quiero mucho y sé que el amor es algo que se crea con el tiempo y las emociones, no algo que se obliga, y Caleb nunca me hizo sentir presionada a quererlo, simplemente siempre estuvo ahí para apoyarme.

–O sea que haces esto para coquetear conmigo –dije de manera juguetona mientras lo tomaba del brazo y apoyaba la cabeza en su bíceps al mismo tiempo que caminábamos juntos.

–Así es.

Me reí enternecida y de pronto pequeños repiqueteos se hicieron oir contra la lona negra del paraguas, pronto la lluvia nos alcanzó y cayó a nuestro alrededor sin lograr mojarnos.

Más adelante, cerca de las farolas de aceite divisé una figura familia y pronto nos cruzamos con él. Su mirada café se detuvo en mí y ambos dejamos de avanzar.

–¿James? –sonreí, no pasó mucho tiempo desde que hablamos por última vez pero como no lo hacíamos seguido se sentía como una eternidad volverlo a ver.

Él sonrió algo nervioso, intercambió mirada entre Caleb y yo antes de ocultar un paraguas corto color azul detrás suyo.

Yo también sonreí aunque estaba algo confundida por su nerviosismo.

–Hola –respondió sin poder sostenerme mucho la mirada.

–¿Estás bien? ¿A dónde vas?

El tartamudeo un momento como si buscará desesperadamente una respuesta.

–Yo estaba yendo a buscar a una amiga.

Me sorprendí por ello, sé que él es alguien amistoso pero no es tan abierto a los demás así que me tomo desprevenida saber que ya tenía amigos aquí, aunque me alegre por él.
Miré por sobre mi hombro a la enfermería que estaba a lo lejos.

–¿Ella está por allí?

No recordaba qué hubiese otro recinto cercano a la enfermería dónde algún otro vampiro trabajara.

–No, hem, sí, es decir...

–¡James! –oímos una voz femenina llamarlo y todos nos volvimos a ver.

Decadencia. [En Curso] Where stories live. Discover now