Fifth Mirror

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"Un espejo refleja sólo lo que queremos ver, incluso aunque los dioses lo hayan enviado para que la realidad se vea duplicada. A veces un espejo, incluso, puede ser un portal. 

Se dice que estos maravillosos y frágiles artefactos esconden dimensiones, donde lo que vemos en realidad es la imagen de uno mismo en otro universo, donde quizás todo sea diferente, donde quizás si vivas la realidad que querías. 

Algunas personas tienen la creencia que del espejo como puerta dimensional, pueden ingresar criaturas indeseadas con intenciones malignas a nuestra realidad y crear caos. 

Éste no es el caso, aún no entendemos siquiera si nosotros mismos no somos el demonio de nuestro yo del espejo".


Los sentimientos que tenía hacia ésta chica de cabellos rizados y ojos grandes no eran claros del todo, pero sabía, de alguna manera, que ella tenía todo lo que buscaba en una persona.

Con exactitud, raramente pensaba que algún día podría sentar cabeza con alguien, sea del género que sea. El amor le parecía algo superfluo, un instinto humano de reproducción, e incluso una enfermedad mental que afectaba hasta a las mejores personas en el momento que menos se lo pensaban.

Algunos días la soledad le pasaba factura y quería simplemente dormir abrazada a alguien que la amara de una manera tan devota, tanto como para aguantar el aliento de la mañana, los cabellos desarreglados y el rostro sin maquillaje.

¿Tenía miedo? 

Pero ella hacía que todos esos pensamientos absurdos sobre la emoción y el sentimiento se disipen. Le hacía sentir, no pensar.

"Ella es... Un día de primavera, la brisa fresca que te revuelve el cabello mientras miras a la montaña, perdido en el aroma de la tierra húmeda y el césped recién cortado. Ella es el aroma del libro que sostengo en mis manos, las palabras que no entiendo y la página que señalo con un papel. Ella es el atardecer y el frío que te golpea sin que te des cuenta. La oscuridad que no deja que sigas leyendo, el escalofrío que hace que te levantes de tu cómoda silla para buscar abrigo en el porsche. El cansancio que te hace renunciar y dejar todo para luego. 

Todo eso, todo eso es ella".

Las poesías continuaban formándose en su cabeza al saber que ella estaría a su lado después de tanto tiempo de buscar la forma para llegar a ella. Suponía que también estaría sorprendida. Sólo esperaba que no la odiara, porque eso sería la muerte.

-Ross, están cerca. ¿Analizaste el lugar? ¿Qué crees que sea?- El menor del grupo llegó corriendo mientras formulaba mil y un preguntas, las cuales no sabía responder, por lo menos hasta ese entonces, más que con suposiciones. Todo lo que pensaba sobre el reencuentro con su amiga se esfumó para dar una respuesta al ansioso conejito.

-Supongo que todas las bases fueron construidas con los mismos planos y el mismo presupuesto, quizás alguien dió ordenes específicas de que fueran exactamente iguales, a veces sucede con instalaciones escolares, por ejemplo.- Realmente esperaba que la respuesta fuera suficiente para poder calmar al joven ansioso por despejar sus dudas. 

Ambos se sentaron en una de las camas que correspondía a su propia habitación, excepto que el espejo que tenían no se parecía mucho al de "la guarida". Éste por el contrario, tenía el marco de color plata a simple vista, pero cuando alguien se acercaba lo suficiente, podía ver que era completamente negro. 

-Hey, nuestro espejo no es así... Además, tenemos muchas fotos pegadas en él.- Señaló el más joven y se levantó para investigar un poco. Ciertamente, el elemento tenía un aura bastante curiosa, incluso oscura. 

Jungkook levantó la mano para llevarla a la lámina de vidrio reflectiva, y ésta inmediatamente lo despidió contra la pared contraria. 

La doctora corrió hasta él, muy preocupada, puesto que había golpeado demasiado fuerte su espalda. Lo revisó para ver que no estuviera lastimado y encontró en su mano, más específicamente la derecha, con la que había tocado el artefacto extraño, unas extrañas marcas en forma de rayos púrpuras que se extendían hasta su hombro. 

-No... No puedo mover el brazo...- Su cara emitía miedo y dolor, definitivamente nunca iba a esperarse que algo así le sucediera. 

Los rayos pulsátiles emitían un brillo extraño. Era algo que jamás había visto, se parecían a las marcas con las que quedaba una persona luego de ser alcanzado por un rayo. Mientras, el espejo también se encontraba destellante, púrpura y vibrante. 

Sin dudarlo, fue a pedir ayuda a alguien que supiera que rayos estaba pasando. Corrió y corrió sin pensar en nada más que en su amigo, la persona que más le importaba en ése momento era él y que nada le sucediera. 

Quería y deseaba con fuerza que fuera una pesadilla. No soportaría que algo le sucediera por un descuido, debía haberlo previsto. 

"Debí haberlo previsto" ¿Cómo se supone que prevees algo que no sabes que iba a suceder en un primer momento?

Los reproches en su mente aumentaban mientras la ansiedad y la adrenalina hacían de las suyas al no encontrar a nadie alrededor. ¡¿Dónde rayos están todos?! 

Finalmente se encontró con una joven que iba caminando por uno de los pasillos con un par de folders en las manos. Realmente lucía despreocupada y algo desarreglada, pero su bata de laboratorio iba impecable. 

-¡Oye! ¡Necesito ayuda aquí, por favor!- Gritó lo más fuerte que pudo, mientras la chica apenas se dió vuelta. Realmente no podía creer lo que estaba viendo.

Era ella misma.

Era ella misma

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⏰ Last updated: Apr 13, 2019 ⏰

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Mafia de escritorasWhere stories live. Discover now