Huntress

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Desperté nuevamente luego de un tiempo gracias a un estruendo. Kook seguía a mi lado cuidando de mí, lo cual me hizo sentir terrible porque se suponía que yo debía cuidar de él, pero supongo que a veces está bien que alguien se preocupe por ti también.

-Hey

-¿Cómo te sientes, Ross?

-Supongo que mejor... ¿Supiste algo de Jimin? ¿Qué fue lo que pasó con él?

-Creo que está con... él.

-Con Min, ¿Verdad? Esa cosa rara en el cielo...

-Cuando algo malo pasa con él suceden cosas locas como lo que vimos, sin embargo creo que no tiene que ver con eso esta vez.

-¿Entonces?

Pasos apresurados se oyeron fuera de la puerta y mi curiosidad pudo más que mi leve mareo.

-No tengo idea, deberíamos ir a ver qué está sucediendo. ¿Segura que te sientes mejor?

-Totalmente, he tenido al mejor enfermero de toda la dimensión. ¿Crees que puedes conseguirme muletas?

-Me sorprende que dudes de mí. Ten. Levántate, rápido.

Apoyó los artefactos en la cama y me dio la mano para ayudar a levantarme. El dolor era mucho más soportable que hace un par de días. Finalmente me puse de pie y fui guiada por él hasta un enorme pasillo. No me había tomado el tiempo de reconocer toda la base.

Las paredes eran blancas, nada del otro mundo. Cada habitación tenía su cerradura electrónica y una puerta de metal gris bastante grande.

Me pregunto quién será nuestro vecino...

Seguimos hasta la puerta del final que tenía mucha más seguridad que el resto. Además de la cerradura electrónica tenía rejas. Éstas estaban abiertas de una forma extraña, y la puerta principal estaba un poco entreabierta.

Una vez abierta del todo nos encontramos con una habitación grande, un tanto oscura. Parecía un loft.

Al final del salón pudimos ver a tres personas de pie y una que parecía estar tirada en el suelo. Pude reconocer una cabellera rosa inquieta que sostenía a otra rubia, y una chica haciendo ¿luces? con las manos.

Juro que los anestésicos no son opiáceos.1

Froté mis ojos al ver las chispas y luces que se desprendían de aquel cuerpo y que parecían intentar dar vida al que yacía frente a ellos.

Jungkook se adelantó a mi y tocó el hombro de Jimin. Pude ver gracias a los chisporroteos que su cara estaba bañada en lágrimas, al igual del que sostenía.

Yoongi...

-¿Qué rayos pasó? Yoongi, ¡Qué mierda le hiciste!

-K-kook, no fui yo, ¡Lo juro! Ellos entraron- Terminó de quebrarse y cayó de rodillas al suelo con las manos en la cara, a lo que Jimin y Kookie sólo se quedaron mirando con rostros de preocupación.

Pude adelantarme más y vi quiénes eran las de las luces. Santa mierda.

Entendí porqué JK se había alterado tanto, entendí porqué tanto alboroto y el porqué de las luces.

Ella la estaba regenerando. O lo que quedaba de su cuerpo.

Me acerqué a los tres, mi protegido me tomó del hombro y me llevó a una esquina del gran cuarto.

-Están tratando de revivirla... Esas ratas inmundas...

-La marca roja enorme...

Que por marca roja enorme me refería a que sólo quedaba el torso delineado del cuerpo. Era sólo un gran hueco sin contenido, estaba soberanamente jodida.

Mafia de escritorasWhere stories live. Discover now