Snapdragon

89 12 4
                                    

Comencé a sentirme mareada, este lindo Mochi debería aprender a controlar su fuerza. Parece una mala copia del increíble Hulk pero en miniatura. Aunque sigue siendo más alto que yo como por unos centímetros puedo decir que estamos de igual a igual.

-Muy bien, suficiente amor por hoy Jiminnie- Jadeaba tratando de recuperar el aliento luego del apretón -Eh, entonces... ¿Ahora qué?

Jungkook miró expectante a Jimin como esperando a que dijera algo finalmente además de todo el discurso de amor. En serio, alguien que me pase la insulina, sigo empalagada con el momento.

-La razón por la que los cité es porque el antiguo grupo al que pertenecía está pisándome los talones, no sé porqué están tras de mi de nuevo. Y necesito su ayuda, es una urgencia.

Jiminnie se frotó la cara con ambas manos en señal de frustración, gesto que al parecer mi querido conejito listo reconoció al instante, porque se acercó a él y tomándolo de los antebrazos le descubrió el rostro y le hizo un par de preguntas, algo así como "¿De quién hablas?" y "¿Qué mierda quieres decir con eso?". 

Sinceramente no estaba prestando atención, mis poderes de señora chismosa se desactivaron cuando me distraje con una aparente lluvia de meteoritos... Lo más extraño y hermoso que había visto en toda mi maldita vida. 

Al parecer ellos también se dieron cuenta porque dejaron de lloriquear y se pusieron a mi lado a mirar el cielo con las bocas semi-abiertas.

-Yoongi...- Jimin se tapó la boca tras decir ésto y una lágrima corrió por su mejilla.

¿Qué? Debería aparecer ahora, ¿No? Pero él no había dicho que...

Al instante el cielo se tornó rojo contrastando con lo brillante de las blancas estrellas que parecían estrellarse en el firmamento. Una fuerte ráfaga de viento nos sacó de nuestro trance momentáneo. 

Jk y Jm comenzaron a correr en dirección al viento como si hubieran visto algo extraño... Y todo se volvió oscuro para mi. 

Sentí un estruendo escandaloso, mi cuerpo impactar completamente contra el pavimento y un dolor que se alzó por todo mi pecho que por unos segundos me impidió respirar. 

No sé cuánto tiempo pasó entre ese momento y en el que volvía a estar consciente. Me sentía totalmente mareada.

Aún no me sentía capaz de abrir los ojos, pues los sentía muy pesados. Sólo podía escuchar pasos que iban de una dirección a otra a mi lado.

Entrecerré mis párpados para visualizar que estaba ocurriendo, encontrándome así en mi habitación. Ese enorme y cálido donde desperté la primera vez, viendo borrosamente a mi lindo conejito con un brazo cruzado y mordiendo sus uñas, es un hábito horrible, pero no es lo que más me preocupaba en ese momento. Lo que más me sacó de mis casillas fue ver que mi bebito tenía heridas en casi todo su rostro, y su semblante estaba entre asustado y nervioso. 

-No sé quién te haya hecho eso, pero juro que lo quemaré parte por parte para que desaparezca dolorosamente para siempre. Lamento no haberte protegido.

Se tiró sobre mi y por alguna razón mi cuerpo dolía asquerosamente. Solté un quejido y se apartó en un santiamén.

-L-Lo siento Ross, ¿Estás bien? ¿Qué te duele tanto?-
Me miraba como revisándome. Esto es muy tierno y claramente me burlaría si no sintiera que estaba siendo atropellada por una manada de elefantes gigantes. 

-No tengo idea, ¿Qué me pasó? Ni siquiera puedo moverme, siento que voy a morir- 

Tomó la sábana que me cubría y la retiró. Sus ojos se abrieron enormemente y ahogó un grito llevando sus manos a su cara, cubriendo su boca.  

-Tienes... Estás cubierta de moretones y sangre, y-y Tu pierna está dislocada. Yo... Yo no había visto esto, Cookie te trajo aquí y me dijo que sabrías que hacer. También dijo que te vigilara. - Señaló mi extremidad, cuando intenté moverla supe de que estaba hablando...

Fuck... Esta mierda duele demasiado...

-Supongo que tendrás que ayudarme a acomodar esto en su lugar, luego veremos que sucedió realmente porque no recuerdo casi nada.

-¡¿Estás loca?! Vas a morir de dolor, no puedo hacerlo.

-Vamos, si no lo haces no volveré a caminar normalmente. Te daré las indicaciones y tu harás la maniobra. También necesito que busques algo.

Finalmente le expliqué cómo debía tomar mi pierna y las cosas que necesitaba para poder hacer todo el procedimiento correctamente. Mientras, me apliqué una ampolla de anestesia local en la articulación que había mandado a que consiguiera. Era medicación totalmente nueva que había sido expuesta hacía relativamente poco tiempo. Se decía que el efecto era un poco más largo de lo común y más potente que el resto de anestesias locales de marcas comerciales que ya había en el mercado.
Jamás pensé que lo aplicaría, mucho menos conmigo misma. Principalmente porque no era fácil de conseguir y era extremadamente costosa.

Una vez comencé a sentir el efecto decidí que era hora de hacerlo.

-Bien, es el momento, a la cuenta de tres tirarás como te expliqué -Me aferré al respaldar de la cama como si mi vida dependiera de ello, y mirándolo asenti con mi cabeza para comenzar juntos la cuenta -Una... Dos... ¡Tres!.

Aparentemente la anestesia valió madres y era una jodida estafa porque el dolor que sentí fue el peor de toda mi existencia, y el alarido que solté fue la expresión de un tercio de todo lo que estaba sufriendo, pero finalmente tenía mi extremidad en el lugar donde correspondía y una vez que terminó todo una sensación de alivio se apoderó de mi...

Pedí a mi ahora asistente que me trajera suero y una vía para poder colocarme calmantes, así pudiera aliviar el dolor lo más rápido posible. 

Inserté la aguja en mi brazo, la fijé en su lugar y controlé el goteo. Inyecté la medicación y el alivio no se hizo esperar.

-Antes que el calmante me ponga estúpida, debo decirte que tengo una leve idea de lo que quizás me sucedió luego de ponerme a reflexionar... Sabes, esta lesión es compatible con accidentes de tráfico. Supongo que a algún idiota se le hizo gracioso jugar a los carritos chocones conmigo en desventaja...

Jungkook se sentó al pié de mi cama, su energía denotaba molestia, casi ira pura. Fijó su mirada en mi brazo y lo levantó suavemente tratando de no hacer daño.
Al parecer pudo ver una marca que siguió con sus dedos. Una algo extraña, como si hubiera sido hecha con un impacto y sellada en mi piel.

-Los traidores...

-¿Qué?

-Las ratas del dragón rojo... Los malditos que traicionaron a la organización...

Los sonidos de su voz se ahogaron mientras yo iba cayendo finalmente en el efecto de las drogas... Inconsciente, otra vez.

 Inconsciente, otra vez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡¿Qué tal?! 

Les traigo algo corto porque considero éste un capítulo de transición.

Dije que terminando los exámenes volvería más seguido pero mentí, oopsi.

Espero poder volver más pronto para ustedes.

Gracias por leer.

-MR

Mafia de escritorasWhere stories live. Discover now