Check point.

26 5 8
                                    

Una vez que todo en la sala se apagó y nos quedamos ambos sentados al lado del otro, comenzamos a idear un plan, primero debía calmar a Jimin que estaba demasiado nervioso y alterado.

-Jiminnie, iré a hablar con JK, necesito que él me acompañe en todo momento, al igual que Hoseok. Quedarás a cargo de todo, ¿Podrás con ello?

-¿Yo solo? Pero...

-Sabes que no estarás solo del todo, además de que sé que eres perfectamente capaz, detrás de esos cachetitos de bebé y esa apariencia angelical eres totalmente lo contrario. Eres perfectamente capaz, no sé porqué he preguntado eso. Necesito hablar con Yoongi.

-Iré contigo.

-Necesito hablar con él a solas pequeño.

-Ross, no me llames así, sabes que no me agrada- Bufó.

-Lo siento Jiminnie, haces que sólo quiera protegerte de todo y llenarte de besos, taparte con una manta y darte chocolatito caliente. No te agrada pero no lo hago con mala intención.

-Eso fue... Tierno... Y demasiado cursi. Vete, sal de mi vista y espero mi chocolate caliente para cuando vuelvas.

Pellizqué su mejilla y él las infló en descontento, para luego regalarme una hermosa sonrisa, eso me dejaba tranquila.

-Cuídate mucho, prometo que voy a malcriarte cuando regrese. Ah, y come bien, por favor, el hecho de que estés cuidando a Yoon no significa que vayas a enfermarte también. ¿Si?

-Está bien, lo prometo. Ya, vete.

Di media vuelta hacia la puerta mientras él me observaba aún desde su asiento. Cuando llegué allí, saludé con mi mano y él sólo me hizo señas para que me fuera.

Tomé el elevador y llegué finalmente hacia mi habitación. Todo estaba excesivamente silencioso, lo cual me hizo sospechar...

Un pequeño chasquido casi imperceptible se hizo presente. Provenía del cuarto del mayor de los tres. No quería ser imprudente y por si acaso quería darle su espacio, digo, son chicos y hacen... Cosas de chicos.

Lo que más me extrañaba era que Jungkookie no estuviera en su habitación.

Mi curiosidad e impulsividad fueron más fuertes que yo y abrí suavemente la puerta.

La escena que se hizo presente frente a mi me dejó la mandíbula en el suelo. Jungkookie y Seok...

-¡¿Qué rayos ustedes dos?!

-¡Oye! Deberías golpear antes de entrar ¿Sabes? Hay algo que se llama privacidad- Se quejó el menor.

-De todas formas te hubiéramos invitado si hubieras llamado a la puerta. Necesitábamos relajarnos un poco- El mayor sonrió en mi dirección.

-¡Pero esa es mi Xbox y están maltratando los controles! Pude oír los analógicos hasta el pasillo, brutos.

-Lo siento Ross, destruyeron todas mis consolas en el enfrentamiento...- JK agachó su cabeza.

Sabía lo doloroso que era que destruyeran todos tus tesoros, cuando éramos pequeños Namjoon rompió mi PS1 porque había perdido. Fue sin intención de todas formas, sólo tiró demás del cordón del control y la consola cayó contra el suelo... Esa vez lloré toda una semana hasta que papá compró las versiones nuevas, una para cada uno. Por supuesto que la de mi hermano duró mucho menos que la mía, así que de todas formas terminábamos jugando juntos.

Abracé a Jungkookie para consolarlo y Hobi se nos unió consolándonos a ambos al instante.

-Bien par de tontos, hora de irnos. Tenemos que ir a salvar el trasero de Jin ahjussi.

Mafia de escritorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora