capitulo 45:

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- ¡No! No bebas- dijo una chica.
- Esta es mi copa- le dije- Creo que te equivocas.
- No es por eso – contestó- El chico que estaba contigo ha echado algo en ella.
- ¿Theo?
- Supongo, y tiene todas las papeletas para ganar que es droga. Es decir, ha intentado drogarte.- cuando dijo eso me quedé un poco parada. Obviamente me fiaba de la chica, pero era algo que no habría esperado de él. Parecía el niño más apañado y bueno del mundo. Y aunque lo primero que me hubiera gustado hacer era empezar a correr y salir de allí lo más rápido que pude, decidí seguirle el rollo. - ¿ Me ayudarías col una cosa? – le pregunté a la chica.
- En lo que quieras- dijo.
- Cuando era pequeña, en el colegio, representé una obra de teatro, yo era una simple oveja que lo único que hacía era gatear por todo el suelo diciendo “bee". La cuestión es que actué muy bien.
- Ya sé que quieres hacer, en realidad me parece una buena idea.
- Lo único que quiero es darle un pequeño susto, para que no lo vuelva a hacer.

Las dos quedamos en eso,  yo iba a actuar como una chica que iba drogada y cuando menos lo esperase me tiraría al suelo.
Antes de que viniera Theo tiramos la bebida.
- Hola- dije alargando la “a"- Te he echado mucho de menos- le dije. Theo sonrió creyendo que su plan había funcionado.
- Yo también, cariño - ¿ cariño?¿ Qué mote es ese?
- ¿ Soy tu cariño? – le pregunté poniendo cara de “niña buena".
- Sí, eres mía-  que asco.
- Soy tuya- le contesté mientras intentaba no vomitarle en toda la cara.- ¿ Bailamos? Tengo ganas de bailar.- le cogí de la mano y lo arrastré hasta una zona de la pista de baile.

Tenia que esperar a que terminara la canción para poder hacer mi actuación de Óscar. Bailé como si de verdad supiera hacerlo mientras la canción se hacía eterna. Me fijé que la chica ya estaba preparada para gritar un poco, aprovechando que ella estudia medicina, como me había dicho, iba a tomarme el pulso y a gritar que alguien habia muerto. Y el papelón empezaba en 3…2…1 Acción.

Me tiré al suelo e hice todo lo posible para no moverme. Theo intentó moverme. Me llamó varias veces desesperado pero nadie le contestaba. Empezó a ponerse nervioso, no dejaba de llamarme. En este momento apareció ella como habíamos planeado.

- Tranquilo- le dijo- soy estudiante de medicina. Puedo ayudarte- le dijo. Ella empezó a tomarme el pulso y a hacer muchas cosas más para que pareciera más real. En realidad, nos habíamos pasado un poco, pero era necesario, lo hicimos por una buena causa. Escuché a Kora decir que qué me pasaba, me daba un poco de pena, porque ahora venía la parte final de este gran teatro. – Yo… - empezó a decir.
- ¿ Tú qué? – continuó él.
- Lo siento mucho… yo ya no puedo hacer nada. – Que bien le salían las lagrimas.
- ¿ Cómo que no?- Theo empezó a dar voces, se volvió loco. Kora empezó a pegarle a todo el mundo y a gritar. En ese momento me sentí como la peor persona del mundo.
- Ella está muerta- Y cayó la bomba.

*


Cuando estaba a punto de levantarme empiezo a escuchar como dos personas se están peleando. Alguien le está gritando a Theo. Me levanto y antes de tirarme ya reconozco es voz. Con un poco de miedo o intriga, no lo sé, me giro y lo veo. Abraham le está pegando muy fuerte. Él tiene a Theo arrinconado junto a la pared y no deja de pegarle puñetazo sin descanso.
La chica que antes me había ayudado no dejaba de gritarle que lo dejase en paz, que no se metiera en más problemas. Yo lo había metido en esto y yo debería sacarlo.
Me acerqué a ellos y le grité que esta aquí.
- Abraham – grité – Estoy bien, no estoy muerta. Para. – Él se giró, parecía que había visto un fantasma, pero en realidad, quien lo había visto era yo.
- Mari… Eva – dijo un poco sin creer que yo estaba ahí.- Pero si tú…
- Solo estaba actuando, quería darle un pequeño susto a él.
- Tú – le miró- Vas a morir.- Levantó la mano para volver a darle. Y de nuevo, no iba a dejarlo hacerlo, por más que creía que se lo merecía. Agarre su mano, él fijó la mirada donde nuestra piel volvía a unirse.
- No lo hagas, tú no eres así.- Abraham recapacitó y bajo la mano. Theo corrió como un niño pequeño, aunque no se fue hasta que Abraham no le amenazó.

Kora al darse cuenta que estaba bien empezó a abrazarme. Me iba a dejar sin aire al final. Ella no dejaba de darme besos y abrazos.

- Te lo explicaré todo- le prometí.
- Eso espero.
Intenté salir de allí sin que el otro se diera cuenta, pero no funcionó, Abraham no me quitaba los ojos de encima.
- ¿ Quién era ese?- me preguntó.
- Ese es Abraham- le contesté a Kora.
- ¿ En serio?
- Y tan enserio.
Kora sin darme tiempo a reaccionar, se acercó a él. La situación en sí era cómica. Ella estaba detrás de él. Ella le dio un toque en la espalda para que él se girara. El doble de altura que ella se notó más cuando se dio la vuelta.
- Hola – le dijo.
- ¿ Te conozco? – le preguntó él.
- No, pero ahora sí- le dijo- Esto va por mi amiga- y sin que nadie pudiera reaccionar, Kora le dio una patada entre la entrepierna a Abraham. Abraham puso sus manos ahí.
- Kora- grité desde el otro lado de la sala. Ella solo me miró y sonrió. Abraham la miró primero a ella y después guió su mirada hasta mí. Tras eso se acercó a zancadas hacia donde yo estaba, a su vez iban Kora y la chica.
- No sabía que tenías que mandar a tus amigas a hacer algo que quieres- me dijo.
- No me ha mandado ella, lo he hecho yo porque he querido-  le contestó.
- No estoy hablando contigo- le contestó demasiado borde.
- Mira- esta vez hablé yo – lo primero, a Kora la tratas bien, que ella te ha contestado bien y lo segundo, no, si hubiera querido, hubiera ido yo y te hubiera pegado la patada.
- Oye mari… - lo corté.
- Para ti soy Eva, recuérdalo.
- Principe – lo llamó la chica- ¿ me explicas que está pasando?
- Claro princesa – “ cliri princisi" dije en mi mente – ella es una conocida, es amiga de mi hermana Julie. – claro, súper amiga de su hermana y se le olvidaba un dato que no sabía si decir, fui su “novia" o algo por el estilo.
- ¿ Tú eres la famosa Eva?- me preguntó.
- Famosa no sé, pero si, soy Eva.
- Me han hablado mucho de ti, no él- lo miró- sino Julie. Yo soy Martina, su prometida- porque no tenia nada en la boca, sino habría acabado fuera de ella, ¿su prometida? Ahora todo tenía algo de sentido, por ellos era la fiesta de compromiso. 
- ¿ Os vais a casar? – le pregunté.
- Aún no. Somos muy jóvenes- dijo ella.- La fiesta de hoy en realidad es para formalizar la relación.
- Claro. Kora- la llamé- nosotras nos vamos. Y a vosotros, felicidades.

Con esta confesión, lo único que quería era salir lo más rápido de ahí y meterme en la cama. Aunque tal vez me costaba decirlo, mi cara lo expresaba todo. Esto me había dolido, era obvio que no me imaginaba algo de esta magnitud.
Arrastré a Kora hasta la salida, el único taxi que había acabada de salir y aún tendríamos que esperar al rededor de una hora hasta que volviese. Sin ánimo me senté en un banco que había cerca de la entrada, deseando que la hora se pasara lo más rápido posible, cosa que veía imposible.
No dejaba de mirar la hora en el móvil y apenas habían pasado quince minutos desde que nos lo dijo. Desesperada me quité los tacones que ya empezaron a hacerme daño y anduve de un lado a otro sin rumbo fijo. Kora, por su parte, no dejaba de resoplar. Ella ya estaba cansada de estar aquí y aunque sé que quería preguntarme muchas cosas, no lo hizo porque sabía que en cualquier momento me pondría a llorar.

Justo los que no quería ver aparecieron. Ellos iban cogidos de la mano y la verdad es que parecían felices juntos. Tal vez esa era la persona que el necesitaba y la que lo hacía feliz.  Ellos se fueron juntos hacia un coche. Él le pasó las llaves y ella se subió en el lugar del piloto. Arrancaron y ya estaban preparados para irse. Justo cuando pasaron por delante nuestra,pararon.
- Hola- dijo Martina- ¿ Necesitais ayuda?
- No, gracias- le contesté. Kora me dio un codazo, sabía que quería decir, pero no lo haría, esperaría al taxi.
- ¿Esperais a alguien? – preguntó.
- Al taxi- contestó Kora.- llevamos más de cuarenta y cinco minutos esperándolo.
- Si queréis os podemos llevar.
- No hace falta.
- Sí- respondió Kora- Nos haríais un gran favor.

Y sí, aquí me veía, subida en un coche con Abraham, con su prometida y Kora. Kora, que es muy sociable, estuvo hablando con ellos durante todo el trayecto. Les dijo que estábamos aquí de viaje de estudios, como habíamos conocido a Theo y a sus amigos, y muchas cosas más. En cambio, yo permanecí callada. 

*POV. MARTINA ( LA CHICA)
- ¿ Qué ha pasado, princesa?- me preguntó
- Ese chico ha echado algo en la bebida de la chica- le dije.
- ¿ Y la chica?
- Murió- no me dio tiempo a decirle que en realidad estaba actuando, cuando Principe se estaba acercando al lugar donde estaba ella y donde estaba ocurriendo todo.


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¡ VOLVIÓ ABRAHAM !

Llevo esperando este día mucho tiempo!!

The Eva's ProblemWhere stories live. Discover now