capítulo 34:

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CAPÍTULO 34:


Me acerqué a la puerta de la casa y escuché gritos dentro. Pude distinguir la voz de Marco, su hermano y la de una chica.
Me quedé unos minutos en la puerta, escuchando la conversación. Una vez que los gritos cesaron, fui a tocar al timbre. Justo en el momento que iba a ello, de abrió la puerta.

- ¿Eva?
- ¿ Kora?
- ¿ Qué haces tú aquí? – dijimos a la vez.
- ¿Os conocéis? – nos preguntó Marco.
- Sí, es una amiga.- le respondió ella. - ¿ Y vosotros?
- Es el hermano de Finch.- dije.
- Era la novia de mi hermano- dijo él.
- ¿ Tú eres la famosa Eva?- preguntó Kora.
- ¿ Vienes por la casa, verdad?-  asentí- No vas a conseguir nada, van a tirarla. Llevo intentando convencer a mi madre unos cuantos meses, pero no hay manera.
- Tengo que intentarlo. Ahí pasé buenos momentos con él, si lo tiran, será como deshacerse de él. Y le prometí que eso no sería posible.
- Sabes que yo te voy a apoyar, pero no creo que consigamos nada, mi madre se ha vuelto loca, a pesar de los años que han pasado, dice que no puede ver nada que esté relacionado con mi hermano. En casa casi rompe toda su habitación, no lo consiguió porque la paramos.
- Bueno, tal vez debería entrar e intentar hablar con ella.

Me despedí de ambos, anotando en mi cabeza que después hablaría con Kora ya que quería saber de qué le conocía.

Entré en esa casa en la que había comido tantos pastelitos y galletas. Escuchando la voz de Carla y la de Martina. Llegué hasta la cocina y antes de entrar toqué a la puerta.
- ¿Se pude? – pregunté.
- Eva, cariño, pasa.- me dijo Martina, la abuela. Me adentré en ella y la saludé con dos besos- ¿Qué haces por aquí?
- Me he enterado sobre la casa y…
- ¡Oh! Si vienes a hablar con Carla, lo veo difícil, lo ha decidido y no va a cambiar de opinión tan fácil.
- Tengo que intentarlo, sino lo hago, lo habré defraudado.
- ¡ Ay mi niña!¡ Nunca lo harás! Él te amaba tanto como tú a él. Hagas lo que hagas te estará apoyando desde ahí arriba- señaló el cielo- siempre se sintió orgulloso de ti, mi amor.
- Va a derribar la casa del árbol, Martina, no puedo dejar que haga eso.
- Mi niña, piensa que tan sólo es una casa, si se pierde, sólo lo hará de manera material, los recuerdos están aquí- puso una mano en su corazón y me sonrió sólo como ella sabía, haciéndome sentir mejor.
- Lo sé, sé que es una casa solamente,pero ahí están todos mis recuerdos con él. Ahí nos dimos nuestro primer beso, ahí le dije que le amaba y fue ahí cuando supe que ya no lo volvería a ver, a abrazar o decirle cuanto lo amaba mientras el sonreía de oreja a oreja . Y tal vez no pueda convencer a Carla, pero puedo intentarlo con los nuevos propietarios, tal vez ellos…

Carla entró en la cocina. Cuando la vi me di cuenta de que había envejecido muchos años. A pesar de ser una mujer joven, los años le habían caído como una cubo de agua fría.
Tenía los rasgos muy marcados y su aspecto había cambiado totalmente. Cuando la conocí era una mujer muy sencilla. Siempre iba con traje, pocas veces o ninguna vez la había visto com ropa casual. Ella vestía un pantalón de chandal y una sudadera.
Su pelo color canela estaba recogido en un semi recogido bajo. Algunos mechones le caían como agua que desciende de una cascada por la cabeza. Sus ojos azules habían perdido ese brillo tan especial que tenía y ahora sólo había una profundidad oscura que transmitía tristeza.


- Eva,¿ qué tal? Estaba en la despensa y me ha parecido escuchar tu voz.
- Hola Carla, estoy bien. Sólo he venido a…
- Lo sé- me cortó- no vas a conseguir nada. Ya está decidido. Es más en un mes el propietario vendrá y lo tirará.
- Hablaré con él.- le dije- haré lo que haga falta por mantenerlo en pie.
- Eva, no te escuchará. A él le dará igual tú infantil recuerdo.
- ¿Mi infantil recuerdo? – cuando dijo esas palabras me quedé a cuadros.
- Sí.- afirmó.
- ¿ Te parece infantil eso?
- Tienes que pasar página, es un simple árbol.  Por cierto, veo que ni Marco ni Martina te han dado la noticia.
- ¿ Qué noticia?
- Nos vamos a llevar a nuestro hijo de aquí. Sus restos serán llevados más cerca de nuestro hogar.

The Eva's ProblemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora