Nunca había estado tan cerca de morir...

Escuché pasos rápidos acercándose a nosotros, apartando mis manos, viendo a Luzbel hiperventilando a unos metros de nosotros.

-¿Estás bien? - ​se acercó para levantarme del suelo y analizarme de arriba abajo, buscando alguna herida.

-Estoy bien, creo... - ​me costó decir al notar como las manos y las piernas me temblaban por el miedo.

Gabriel se acercó con un suspiro, mostrándome la pulsera; extendí mi brazo con rapidez para que me la volviera a poner, ya que me sentía muy desprotegida sin ella.

-¿Se la has quitado? - ​preguntó Luzbel, tomándolo del cuello de la camiseta.

-Sabía lo que hacía - ​aseguró encarándolo después de asegurarse de que la esposas estuviera bien puesta.

-Tamiel... - ​murmuré, acercándome a él corriendo al verlo a lo lejos.

Se encontraba sentado en el suelo con sus alas ensangrentadas clavadas a la pared. Intentó sonreír, para demostrarme que estaba bien, pero tan solo le salió una mueca de dolor.

-¿Qué prefieres? - Luzbel toqueteó una de las flechas plateadas mientras sonreía con diversión al ver la cara de dolor de Tamiel -. ¿Te arranco aun estando consciente las flechas o te dejo K.O antes?

-Vete a la mierda.

-Una por una consciente entonces.

-Es mejor que lo dejes K.O, Lucifer - ​aconsejó Gabriel.

-Bien... - ​suspiró, posicionándose de cuclillas frente a él -. ​Ya tenía ganas de darte un puñetazo - ​sonó sus nudillos.

-Entonces cuando sepas que he besado a Ash me dejarás inconsciente al instante, ¿no? - ​abrí los ojos sorprendida, ya que eso del río no se podría considerar un beso.

Luzbel lo observó por un instante, pero antes de que explicara el contexto, estrelló su puño en el rostro de Tamiel, dejándolo inconsciente al instante y creándole una hemorragia nasal.

Gabriel le arrancó las cuatro flechas y las tiró a un lado.

-Yo no pienso llevarlo, dejad que se desangre ​- bufó con molestia -. ​Tendría que haber arrancado las flechas lentamente...

-Ya lo llevo yo de vuelta al bar - ​suspiró Gabriel con pesadez.

-¿Me puedes explicar antes que ha pasado hace un momento? - ​interrumpí, queriendo resolver mi duda.

-Hace unas horas hablé con mi Padre - ​asentí, al recordar cuando se marchó con prisa -. ​Le comenté el plan de mi hermano y Zophiel...

-¿No es vuestra hermana?

-​No, ella es la mano derecha de Mikael y la que ayudó a enviar a Lucifer al infierno - explicó -. ​Lo que acaba de pasar es que nuestro padre a prohibido intervenir hasta el Juicio Final, por eso te había quitado la pulsera - ​Luzbel ayudó a su hermano a ponerse a Tamiel a la espalda -. ​Sabía que mi padre intervendría antes de que te matara - ​suspiré aliviada y sonreí agradecida -, ​así que podéis estar tranquilos durante estos días o iros preparando para lo que se os viene.

-Ya me parecía raro que Zedequiel se fuera tan de repente en medio de una pelea - ​murmuró Luzbel pensativo -. ​¿Por qué no robas un coche? - propuso, haciendo que los dos lo miráramos con una ceja arqueada -. ​¿Qué? Lo digo por su bien, para que no lo lleve a cuestas todo el camino - ​se encogió de hombros con las manos en los bolsillos de su pantalón. Gabriel negó con la cabeza y empezó a andar lejos de nosotros -. ​Hey, hermano - Gabriel se giró -. ​Ten, por si pasa algo - puso la espada de Uriel en el cinturón de sus pantalones -. ​Aprende a llevar siempre contigo tu espada - asintió con una pequeña sonrisa antes de seguir con su camino.

-Con que hermano, ¿eh? - ​sonreí cuando se acercó a mí de nuevo, intentando picarlo.

-Con que te ha besado Tamiel, ¿eh?

-Eso no se puede considerar beso, me estaba ahogando y pues... - ​intenté explicar lo sucedido, pero no pude finalizar porque posó una mano en mi nuca y me acercó a él, volviendo a rozar nuestros labios como cuando estábamos en el puente, aunque esta vez no me empujó y ese roce fue un poco más allá, un ligero beso que me hizo querer más.

Sin embargo, se separó con una sonrisa divertida al notar mi respiración agitada, me esquivó y comenzó a andar de regreso al puente sin comentar nada al respecto. Me lo quedé mirando totalmente confundida antes de perseguirlo, sintiendo como mis mejillas ardían por el rubor que estaba sintiendo.

Por un momento, llegué a pensar que aquel gesto en el puente había sido una excusa para poder salvarme, pero me acababa de demostrar que fue por un motivo totalmente distinto.

Un motivo, que correspondía tanto como él.

Lucifer (1° Parte) || En Físico ||Onde histórias criam vida. Descubra agora