Capítulo 2

170K 11.5K 6.2K
                                    

—¿Esto es realmente necesario? ​farfulló con molestia.

Tampoco me estaba haciendo ninguna gracia ir de la mano con él, pero tuvimos que tomar prestada una sudadera que habíamos encontrado en uno de los asientos metálicos de camino hasta aquí. La habíamos puesto por encima de nuestras manos para que no se pudieran ver las esposas, aunque el decírselo a los policías me seguía pareciendo buena idea, sin embargo, Luzbel seguía diciendo que no nos valdrían para nada, salvo para perder nuestro valioso tiempo.

Nos acercamos a una de las taquillas, donde nos sonrió la chica que se encontraba al otro lado atendiendo, aunque al levantar la mirada del ordenador sonrisa perfecta que tenía practicada para los clientes, titubeó por unos instantes. Ni siquiera sabía qué cara poner o qué decirnos al respecto por las pintas que llevábamos y, antes de que Luzbel saltara con alguna mala respuesta, intenté pedir nuestros vuelos, pero la recepcionista me interrumpió.

—¿Se encuentran bien? — fue lo único que se le ocurrió preguntar con una sonrisa forzada mientras nos miraba de arriba abajo con preocupación.

—Sí, bueno no... — negué con la cabeza, contradiciéndome —. Nos han robado y queremos irnos a casa cuanto antes, por favor — mentí.

—¿Quieren que llame a la policía o...?

—No, ya hemos puesto la denuncia antes de venir aquí, nos han dicho que nos marchemos a casa y ya nos llamaran si descubren algo — sonreí —. Queremos dos boletos para Nueva York, para hoy mismo.

—Os saldrá a un precio bastante alto, ya que el avión sale en una hora, además de que...

—Dame los putos boletos. Ahora — exigió Luzbel perdiendo la paciencia.

En vez de recibir una respuesta poco ética de la chica, tan solo tecleó en su ordenador e imprimió los boletos que le había pedido.

Sin más comentarios.

Sin quejas.

Luzbel tomó los billetes y me los dio para que los guardara mientras pagaba, posteriormente nos dirigirnos a un banco de metal para esperar pacientemente a que se pudiera abordar el avión.

—¿Quieres que compremos algo de beber o de comer? — propuse al ver los puestos de comida frente a nosotros.

—Tampoco tenemos nada mejor que hacer — se incorporó y se acercó a una de las tiendas, dejándome unos pasos atrás.

Paró frente a la tienda, dejándome leer junto a él el tablero con el menú que tenían, aunque pedí lo más barato que era una hamburguesa clásica y una botella de agua, en cambio, Luzbel no se compró nada; lo que me extrañó, ya que no había bebido nada en todo este tiempo.

—¿No tienes ni un poco de sed? — pregunté con curiosidad mientras volvíamos para sentarnos.

—No.

Y ahí murió la conversación.

Comí mi hamburguesa con tranquilidad, disfrutando cada bocado, ya que hacía años que no saboreaba una, pero al sentir la mayoría de las miradas de las personas que pasaban frente a nosotros en nuestra dirección, opté por terminármela rápido. Las miradas no eran por nuestro nefasto aspecto, sino más bien por Luzbel, quien estaba sentado a mi lado con su mirada gris clavada en el avión que estaba a punto de despegar frente a nosotros. O no se estaba dando cuenta de lo que llamaba la atención o los ignoraba porque estaba acostumbrado a ello.

No los culpaba, a simple vista era el prototipo de hombre perfecto para la gran mayoría de seres humanos.

Jugar con el dobladillo de mi camiseta fue lo único que me entretuvo en la próxima media hora de puro silencio y miradas que no iban dirigidas a mí, pero que me incomodaban por estar a su lado.

Lucifer (1° Parte) || En Físico ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora