Capítulo 72 Sin personajes.

1.6K 159 22
                                    

Me quedé en silencio un momento observandolo.

—¿Qué pasa?— pregunté.

Soltó una carcajada amarga y luego regresó a su extensión de tristeza.

—No estoy tan borracho como para decírtelo— le ofrecí la botella de nuevo y sonreí. Miró mi mano y negó. —¿Qué haces aquí? Pensé que estarías con tu novio.

—Aun no somos novios...

—Me alegro.

—¿Qué?— pregunté. Kas dió un salto del sofá y como si se hubiera arrepentido, me quitó la botella para después beberse todo lo que quedaba.

—Que me alegra que estén avanzando— hizo los gestos propios de luego de beber tal cantidad de alcohol. —¿Pediste más de este licor? Creo que era la última botella.

—Mañana son las entregas...— lo analice detenidamente. —Kas, estoy preocupada por ti. Estás bebiendo demasiado...

—Sobrio no puedo con todo, Hope.

—Kas...

—No me escuches— suspiró. —Bombón, no quiero hablar mucho. Digo muchas idioteces, mejor dime qué estabas leyendo.

No sabía si él había leído la carta. Puede que no supiera nada de su existencia hasta que yo se lo diga y entonces no haría más que abrir una herida que ya tenía un tiempo tratando de cerrar.
Pero si no tenía idea de la carta entonces yo debía mostrarle, no podía quedarme para mí lo que había en ese documento.

Giré para buscar a mi espalda la hoja de papel que trataba de esconderle. La tomé y la sostuve un rato sin decir nada. Kas se quedó muy serio, su rostro cambió del blanco al transparente.

—¿De dónde sacaste eso?.

—Lo encontré— Kas se levantó y me quitó la carta. —Oye...

—No tenías que leerla— la arrugó y la lanzó al otro lado de la habitación.

Al parecer si sabía de la existencia de esa carta pero no reaccionó para nada a como creí que lo haría.

—Decía mi nombre, Kas— me levanté para estar en la misma posición.

—Eso no te daba derecho. El remitente era yo...

—¿Por qué te molesta? ¿Qué quiso decir Fred con que le diste razones para no darme la presidencia...?

—¡Porque cuando me lo contó le dije que estaba loco!— levantó la voz. —Antes de ser arrestados, la noche que discutiste con tu padre él me lo dijo y le supliqué que no lo hiciera.

La ira me subió por la garganta en forma de palabras y levanté la voz también.

—¿¡Por qué hiciste eso!? ¿¡Acaso no estábamos bien en ese momento!? ¡¡¡Pensaba que estabas enamorado!!!.

—¡¡¡Por eso mismo lo hice!!!— me tomó de los hombros y me habló muy cerca. —¿Acaso no te das cuenta, Hope? Solo quería protegerte. Cada vez que te miro recuerdo la historia de Fred. ¡Él también la amaba, bombón...!

Sus ojos se llenaron de lágrimas pero su voz no se quebró. Estaba decidido a decírmelo de una vez. Iba a decirme porqué nunca me quiso en el club.

—... él también la amaba con locura— volvió a decir. —Pero a pesar de lo mucho que la amaba y la hacia feliz no pudo hacer nada para salvarla. Solo sostenerla y ver cómo le arrebataban al amor de su vida. Ahora me lo quitaron también a él de la misma forma, no me pidas que este feliz por qué quieras seguir sus pasos.

Me desgarraba el corazón verlo llorando mientras me decía lo que salía de lo más profundo de su ser. Se estaba abriendo conmigo, me estaba dejando ver su lado más vulnerables... y era yo.

Me abrazó fuertemente como si temiera que me fueran a robar de su lado y me puso una mano en la cabeza para pegarme aún más a su cuerpo. Lloro escondido en mi cabello de la misma forma que llora alguien a quien tienen aterrado.

Puse mis manos en su espalda y traté de abrazarlo de la misma manera.

—Tu padre no quería que tuvieras miedo— le dije. —Kas, estoy aquí, no tengas miedo de quedarte solo...

—Comprende que mi único temor es perderte— me apretó aún más. —Le supliqué que no te dejara entrar, intenté alejarme de ti, luego quise tratar de estar contigo y mantenerte a salvo pero no puedo, bombón. — me acarició el cabello desesperadamente. —Trato de verte con ese enfermero y alegrarme porque hayas podido encontrar a alguien que va a darte la vida que mereces pero necesito beberme todo el bar para no correr a arrancarte de sus brazos y decirle que eres mía...

—¿Por qué no lo has hecho aún?— solté sin pensar.

Se quedó quieto un momento, luego se separó de mi para tomar mi rostro entre sus manos.
Dicen que cuando ves a los ojos a una persona puedes saber en lo que piensa... Yo no pude saber lo que pensaba pero definitivamente pude ver lo destrozado que estaba.

Yo había perdido a un amigo y mi novio, pero él había perdido a su padre, a su madre y además cree que la chica que ama insiste e hacer cosas que atentan contra su vida.

—Tienes una manera extraña de amarme— dije. —Tienes me confiar en mí, cariño.

Tomé sus manos. Él negó.

—No dejes la posibilidad de ser feliz con alguien más por arriesgar tu vida conmigo.

Se estaba alejando de nuevo.

—Por favor— rogué. —Dime que vamos a intentarlo de nuevo.

Derramó más lágrimas en silencio y pegó sus labios a mi frente.

—No puedo hacerte eso.

Como si estuviéramos unidos por un fuerte pegamento, poco a poco dió un paso atrás con un gesto de dolor mientras que yo me quedaba ahí parada con los ojos cerrados esperando a que me besara.

—No escapes de mi— suplique.

—Solo imagina que no dije nada esta noche y sigue como lo has estado haciendo...

—No soporto verte así— abrí los ojos. —Aun te amo.

Pero él ya había decidido. Solo me observó nos segundo más antes de irse.

Aquí no hubo personajes, no hubo máscaras ni personajes secundarios que no dejarán ver lo que sentimos de verdad.
Las defensas y los muros se cayeron, pero aún así, sin importar cuán desnudas estaban nuestras almas, no pudimos resolver nada.



¿Soy mala ahora?Onde histórias criam vida. Descubra agora