Capítulo 35 "¿Qué pasó?"

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Sky me miraba esperando a que lo mío retirara la atención de lo de ella, pero yo estaba en la misma situación.

—Hope— mi padre me llamó. —Solo quiero comprenderte, ¿qué es lo que te pasó?.

Su frase, como muchas otras parecidas, me hizo rabiar.

—¿Qué me pasó?— me ayudé de la mesa para alejar la silla. —Me preguntas qué me pasó como si yo hubiera sido incapaz de hacer algo de lo que tu no estuvieras enterado.

—Es que, de hecho, así es.

Me levanté de la silla.

—El que sea responsable no significa que no tenga iniciativa.

—Para todos los padres siempre es un problema no saber exactamente cómo son sus hijos, y yo te conozco como la palma de mi mano. No eres rebelde, no tienes esa malicia de todos los jóvenes...

—¿¡De todos los jóvenes!? ¿¡Malicia!? ¿¡Estas escuchando lo que dices, papá!?.

Él también se levantó y me señaló acusador.

—¡No me hables así!— su expresión cambió a una horrorizada de nuevo cuando me negué a callar.

—¡No! No pienso enmudecer una vez más como tantas otras en las que me he guardado cosas por no preocuparte— me puse una mano en el pecho, —dices conocerme pero es claro que no tienes ni una idea de lo que soy. Sólo vez lo que te gustaría que fuera todo el tiempo...

—A tí te gusta ser así.

—Por supuesto que si, ¡adoro ser la mejor de la clase y saberme el diccionario de memoria!. Pero también amo otras cosas como...

—¿Cómo qué?.

Su mirada centelleaba ira. Esta había sido la prinera vez que sus ojos reflejaban esa expresión mientras yo estaba frente a él, pero también era la primera vez que me revelaba y además, que tenía el valor para contradecir la imagen que tiene de mi.

Abrí la boca para hablar, ya no tenía nada que perder, pero Dean me calló.

—¡Hope!— me gritó.

—Tengo que decirle— lo miré.

Hasta ahora no me había dado cuenta por la euforia que estaba a punto de llorar, pero en los anteojos brillantes de Dean pude ver mi reflejo.
Mi cabello estaba alborotado gracias a que varias veces en los últimos momentos lo había frotado, y mis mejillas igual de rojas que mi cabello o mis ojos llorosos.

Tanto problema solo por reprimir una parte de mi.

—Hope— mi padre volvió a decir mi nombre.

Lo miré cansada, ya no podía seguir con esto.

—Si te digo lo que amo además de lo que conoces, no lo entenderás— dije.

—No tengo que entender. Ti eres quien necesita recapacitar, ¿qué tiene de bueno algo que te hace desobedecer y romper las reglas?.

Me quedé en silencio un minuto mirándolo solamente.

—No vas a darme ni siquiera una oportunidad.

—No— decidió. —Sea lo que sea, se terminó.

Negué varias veces y solté una risa amarga.

—Lo único que se acabó es tu fantasía de la hija perfecta, papá.

Corrí escaleras arriba y me encerré con seguro en mi habitación.

—¿Estás en tu casa?— pregunte al teléfono cuando dio la señal de que Kas había contestado.

¿Soy mala ahora?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ