Por ti Todo

69- La familia.

Valentina

Todos estábamos en la sala, en silencio, cada quién en sus pensamientos. Para todos la pérdida del bebé de Ale había sido duro, pues todos estábamos ilusionados con que hubiera otro bebé en la familia. Rafael desde que lo supo había estado súper mal, tanto que en esos días no había querido dejarlo solo, todo el tiempo trataba de distraerlo y los niños me habían ayudado con eso.

Efrén era otro que había estado muy mal, cuando se lo dije empezó a llorar como un niño y sufrió aún más por no poder estar todo el tiempo con ella mientras estaba en el hospital, pero debía cuidar a Frida, ya que al estar en recuperación había muchas cosas que no podía hacer sola.

—Papi, tía Ale etá tlite —dijo Benjamín con un puchero en sus labios—. No uta vela atí.

—A mí tampoco —Rafael pasó un brazo por sus hombros y le dio un beso en el cabello.

—Hay que procurar no dejar a Ale sola —vi a Efrén—, no vaya a hacer algo —vi a Rafael y bajó la mirada.

—Yo también tengo miedo de que haga algo como lo de la vez anterior —suspiró.

—Nosotros estamos aquí para evitar que eso pase, todos la vamos a cuidar, ¿verdad mi amor? —acaricie el cabello de Benja.

—Shi mami, yo tuido mi tía Ale —Rafael sonrió.

—Ama, eto —las gemelas que estaban jugando con Kaela vinieron hasta a mí y me dieron un conejo de peluche.

—Ete e mío —Benja lo tomó de mis manos—. Mami, eta ebés tiempe toman mi peluche.

—Mío —Valery se lo quiso quitar.

—¡No! E mío.

—No, eto mío —Valeska también empezó a jalarlo.

—¡Ya los tres! —gritó Rafael provocando que Diefrén que estaba en sus brazos se asustara—. Valery, Valeska, suéltenlo —ambas negaron—. Ese conejo es de Benjamín.

—Shi, mi toneo.

—Ya dejenlo —ambas lo soltaron y empezaron a llorar—. Ay Dios —se pasó una mano por la cara.

—Pero quieres otro, ¿verdad? —me vio mal.

—No, ya no quiero, estos segundos bastaron para ya no querer más —reí.

—Vengan mis niñas —Lorenzo abrió sus brazos.

—¡Ino! —Enzo cargó a ambas y limpió sus lágrimas.

Escuchamos como alguien bajaba las escaleras, volvimos a ver y era Sheko que iba muerto en llanto, de inmediato supuse que le había pasado algo a Ale.

—¿Qué pasó, por qué estás llorando? —le preguntó Diego y Sheko lo vio—. ¿Le pasó algo a Ale?

—Ella está bien —dijo eso y salió de la casa.

—Voy a ir con...

—Déjalo —le dijo Rafael a Diego—. De seguro sólo necesita estar solo.

—¡Javier! —vimos hacia las escaleras y Alejandra iba bajando—. ¡Javier! —Diego se acercó a ella—. ¿Dónde está Javier?

—Se fue.

—No, no, no —salió de la casa.

Rafael me dio a Diefrén y fue detrás de su hermana, yo me acerqué a la entrada y ella estaba tirada en el piso, llorando bajo la lluvia, mientras que sus hermanos estaban agachados a su lado. Esto casa vez se complicaba más.