17- Cada latido.

109 12 0
                                    

Valentina

Jamás pensé que cenar todos juntos fuera tan incómodo y doloroso para mí, ver a Rafael con Leslie me dolía mucho, aunque ya acepté que él iba a estar con ella y que ella lo hacía feliz, aún así no dejaba de dolerme. Tenerlos a ambos frente a mí, besándose y diciéndose lo mucho que se amaban, era doloroso. Desearía poder retroceder el tiempo y volver a ser yo a quién él le diga te amo, volver a ser yo quién esté a su lado, abrazándolo, besándolo, haciéndolo reír.

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, así que respiré hondo, no quiero llorar, no quería que vieran que me dolía, debía ser fuerte.

Seguí comiendo, mientras todos conversaban y reían, yo sólo comía en silencio, me arrepentía de haber llegado, debí decirle a Rafael que sólo llevara a los niños. En esos momentos preferiría estar en casa, sola, pero cero incómoda, me sentía fuera de lugar, no lo sabía, todo era tan diferente ahora.

Terminamos de cenar, pero todos nos quedamos ahí sentados, yo igual que antes, mientras ellos hablaban, yo guardaba silencio.

Mi celular sonó, era un mensaje así que lo tomé y revisé rápido, necesitaba distraerme en algo.

›Hola, Vale. ¿Cómo estás?

Era Octavio.

›Bien. ¿Y tú? ¿Qué ha sido de ti estos días?

Hacia días que no me buscaba para saber del niño.

›He estado trabajando mucho, aparte quería darte tu espacio. No quiero ser tan intenso.

›Pues gracias por eso, pero ya sabes que siempre y cuando me busques para saber del niño, estará bien.

›Lo sé, pero también se me hace difícil verte y no decirte cuánto te amo o... Desearía poder tener alguna oportunidad contigo.

›Octavio, ya sabes que eso no se va a poder.

›Después de ver a Rafael, perdí las esperanzas.
›Aunque él esté con alguien más, aún lo amas.

›Desgraciadamente así es ¿y sabes qué? Si tú no hubieras hecho todo lo que hiciste, yo estaría contigo, realmente estaba enamorándome de ti.

›Soy un imbécil.
›Te perdí... ¿para siempre?

›No lo sé Octavio, la vida da mil vueltas.

›Espero que algún día las dé a mi favor, para demostrarte que no soy tan malo como crees y para que compruébes lo mucho que los amo a ambos.

›Si algún día llega a suceder, será un placer comprobarlo.

—¿Vamos al jardín? —preguntó Rafael y todos estuvieron de acuerdo, así que salimos al jardín. En el camino seguía distraída en mi celular—. Valentina, despega la vista del celular, te puedes caer —vi a Rafael y asentí—. ¿Qué tanto haces en él que ni siquiera has prestado atención a la conversación?

—Estaba revisando unos mensajes de Octavio —levantó una ceja.

—Deberías disfrutar que estamos todos juntos, en lugar de prestarle atención a él.

—¿En serio crees que puedo disfrutar este momento cuando estás con alguien más? —bajó la mirada—. Prefiero prestarle atención a Octavio, que a ti y a tu novia.

Seguí con mi camino y lo dejé atrás, mis hijos estaban sentados un un sillón y me senté a su lado. Revisé mi celular y ya tenía un nuevo mensaje de Octavio.

›Algún día te lo comprobaré.

Sonreí.

—Mami —Benja se paró en el sillón y me dio un beso—. Amo muto.

Por ti TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora