—Debió ser difícil para ella escoger entre los dos.

—Por suerte no tuvo que escoger—Rhodey sonrió—. ¿Tienes un problema similar, Tony?

Tony tardó en responder.

—N-no, ¿por qué?

—No me habías preguntado sobre esto.

—Bueno, creo que para mí sería difícil. Quisiera que quien me ame, me ame sólo a mí...

—El amor funciona de maneras inesperadas, no es igual para todos—Rhodey se encogió de hombros—. Como tú, jamás creí que salieras con un hombre y ahora sales con Víctor.

Eso último lo dijo con un mohín que Tony interpretó como desagrado. Ni Rhodey ni Pepper aceptaban su relación. Pepper, después de la pelea de Steve contra Víctor le había recalcado que no le gustaba y que, además, tenía que hablar con él seriamente. Pero él no tenía mente en ese momento para una plática seria. Y estaba seguro que le hablaría del Ironman. En fin, necesitaba una plática con más testosterona.

—De eso quería hablarte—dijo—. Tengo un problema con Víctor.

Rhodey no dijo nada, lo dejo hablar libremente.

—Bueno, primero está lo de la armadura. Honestamente, no sé si quiero venderla. Me gustó usarla esa vez, ¿recuerdas? ¿Cuándo me pediste ayuda en la misión esa de Siberia?

—La vida del capitán Rogers, me creas o no, es casi asunto de seguridad nacional.

Tony sonrió.

—Eres un exagerado.

—Piénsalo, de otra manera no te habría pedido ayuda para salvarlo. Ni te lo habría recomendado para que fuera tu guardaespaldas en Helsinki.

—Lo sé. El punto es que... —tomó aire—...me acosté con él.

Rhodey escupió el café, incluso salpicó a Tony, quien sólo tuvo tiempo de cerrar los ojos.

—¡¿Qué?!

—Lo que oíste—Tony tomó una servilleta y comenzó a limpiarse las gotas del rostro y la ropa.

—Pe...pero ¿cómo es que...?

Tony se encogió de hombros, realmente no recordaba la cascada de eventos que lo condujo a la cama de Steve aquella noche. Pero de que había dormido con él, había dormido con él.

—Sé que me vas a decir: que estoy saliendo con Víctor, que Steve acaba de perder a su esposa...sí, eso ya lo sé. Pero lo hecho, hecho está—dijo Tony—. El problema es que no me lo puedo sacar de la cabeza.

—¿Se lo dijiste a Víctor?

—No. Imposible...también me siento culpable por eso; le he sido infiel. Pero me tiene más mal lo que Steve pueda pensar de esto.

—¿Qué malinterprete una noche con que quieras una relación con él?

Tony negó.

—Que piense que estaba jugando y que me aproveché de su vulnerabilidad para complacer un deseo egoísta.

Rhodey suspiró y se reclinó contra el respaldo de su silla.

—Tony, ¿te gusta el capitán Rogers? Antes de que digas que no, piensa que por alguna razón te acostaste con él.

Tony se mordió el labio una vez más, antes de contestar.

—Ese es el problema. Tengo en mi mente recuerdos de mi romance con Víctor; en teoría, debería estar tranquilo y completamente inmerso en la relación. Pero, cuando me encuentro con Steve, cuando lo veo, cuando simplemente dice mi nombre, algo me pasa, Rhodey.

El inesperado despertar a tu ladoWhere stories live. Discover now