Capítulo 60

2.2K 176 266
                                    

Capítulo final⚛

En la sala del hospital, sentada sobre la pequeña camilla, Beatriz se aferra a las sábanas con fuerza mientras presiona sus dientes. El dolor comienza a volverse cada vez más insoportable y el sudor moja su frente y recorre su espalda.

—Tranquila, mi bella dama. Ya casi llega el momento.

—No sé si pueda aguantar— dice la mujer, gruñendo una vez que siente otra contracción.

Marcus se encuentra junto a ella, mordiendo sus uñas, nervioso. ¿Cuántas vidas ha salvado? ¿Cuántas ha ayudado a traer al mundo? Han sido muchas. Y, aun así, no puede atender el nacimiento de su propio hijo, porque los nervios lo han traicionado.

— ¿Todo bien, doctor Smith? Lo veo algo nervioso— comenta el doctor Adam, con aire de burla, al ver la palidez en el rostro de su colega.

—Sigue molestando y me tomaré dos años sabáticos... te dejaré solo aquí.

—Pude con el hospital durante los dos meses que estuviste afuera. No solo tú tienes manos valoradas en casi tres millones— bufa el médico, cruzándose de brazos.

—A la verdad sí, soy el único con manos valoradas en esa cantidad— esboza una sonrisa de prepotencia—. Soy el mejor médico cirujano del país.

— ¡Cierren la maldita boca, ambos!— grita Beatriz, frustrada.

—Lo siento— dicen ambos al unísono—. El doctor Smith y yo tenemos algo de riña, es difícil disimularla— continúa el doctor Adam.

—Estoy seguro de que esa es la razón por la que comenzó a trabajar en mis hospitales, ¿No? Para hacerme la vida imposible.

—Touché— el hombre guiña un ojo—. Eso es lo que pasa cuando un veinteañero se mete en mi camino.

—Eso fue hace mucho tiempo, y todo ocurrió porque usted llegó tarde a la cirugía de un famoso diputado, y yo tuve que intervenir.

— ¡Te robaste mi gloria!

—Usted la perdió por ser tan egocéntrico.

— ¡Juro que los mataré a ambos si no se callan!— gruñe Beatriz al sentir otra contracción.

— ¡Eh! Par de inmaduros —los llama Roxanne, una vez que ingresa en la sala con todo lo necesario para intervenir a la mujer—. Ya comenzó la labor de parto.

Marcus y el doctor Adam dejan de discutir al instante y ambos se apresuran a volver a sus respectivos lugares. Beatriz contiene la respiración, el sudor en su frente aumenta al punto de humedecer su cabello. Intenta no gritar, pero se le es imposible no hacerlo.

—Beatriz, puedes tomar mi mano— sugiere Marcus, mientras se inclina un poco sobre la cama—. Estoy contigo.

— ¡Aléjate de mí!— grita, frunciendo el ceño.

Justo en ese momento, siente una contracción el doble de fuerte. Rápidamente guía su mano hacia la de Marcus y se aferra a ella con mucha fuerza, estrujándola al punto en el que el médico es quien comienza a gritar. El doctor Adam comienza a reír ante la escena, pero se tranquiliza al recibir un golpe en el brazo, proveniente de Roxanne, quien le señala la entrepierna de la mujer.

—Oh, ya casi— dice el médico—. Mi bella dama, es tiempo de que puje con todas sus fuerzas.

—No— gruñe—. No puedo.

—Vamos, Beatriz. Tú sí puedes, ya es tiempo.

— ¿Aún puedo pedir una cesaría?— inquiere, entre llanto.

La Niña Del OrfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora