Let me hold your hand. ~G7JACKSON/BTSJIN~

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Una vez leí que cuando pierdes un ser querido, hay un largo proceso por el cual tu mente tiene que pasar antes de poder seguir con tu vida de nuevo.

La mente pasa por varias fases desde que el ser querido se va, de comenzar a vivir con su ausencia hasta poder asumir la pérdida y el dolor. Para ello, dicen que se tarda un año y un día. Un año para vivir cada día de nuevo sin tener a ese ser querido a tu lado, cada cumpleaños, cada fiesta, cada comida o cena... Cada día que ese ser habría pasado cerca de ti antes de irse, pero ahora sin él. Es como repetir un año de tu vida en el que aprendes a vivir sin alguien que antes siempre estaba en todos y cada uno de los momentos, y ahí tu mente es cuando realmente empieza a asumir la realidad. Cuando su cumpleaños llega, cuando llega la Navidad, y esa peersona no está, es cuando la cabeza realmente empieza a asumir el presente en su mayor y más doloroso esplendor.

Entonces, cuando pasa un año, cuando ya han pasado de nuevo todas esos días importantes y la ausencia ha hecho más acto de presenca que nunca, es cuando llega el primer día. Ese día, ese día que llega justo después del primer año, es considerado como el primer día de una nueva vida. Y ahí, es cuando dicen que por fin tu mente comienza a liberarse de una gran carga con la que por primera vez desde que alguien se fue, puede vivir en paz.

Y hoy por fin, mi mente puede comenzar de nuevo sin él.

Hace demasiado rato desde que me fui a dormir, pero no lo he conseguido. No es que estuviese totalmente despierta, pero me mantenía en un estado entre el sueño y la realidad, como si flotase pero no consiguiese realmente descansar. Era como tocar el sueño pero siendo totalmente consciente de que estaba en mi cama e incluso podía escuchar algunas gotas de agua chocar contra mi ventana.

Podía ver parcialmente algunos recuerdos, casi como si estuviese viviéndolos de nuevo, pero me hacía sentir algo triste ser consciente de que no eran reales. Bueno, sí, sí que eran reales, o al menos lo fueron en algún punto de mi vida, aunque ahora no estuviese ocurriendo de nuevo.

Era como soñar despierta.

No sé ni siquiera cuánto tiempo había pasado desde que había empezado a poder soñar parcialmente con mis recuerdos, pero llevaba mucho rato haciéndolo. Era como revivir algunos de los momentos más bonitos de los que mi memoria aún guardaba en algún rincón, como si los hubiese estado guardando en una pequeña caja en algún lugar de mi cabeza y los sacase todos ahora de golpe, como si supiese que en parte mi cuerpo necesitaba ver y sentir de nuevo algunas de las sensaciones más bellas que había podido sentir. Y era un sentimiento realmente acogedor.

Podía ver el día que JB me ayudó a aprender a montar en bicicleta, el momento en el que mi madre nos dijo que fuésemos a un parque de atracciones porque el día anterior JB había estado llorando mucho por alguna pelea sin importancia en el colegio, la forma en la que me sentí cuando empecé a encontrarme personalmente en mi adolescencia, el brillo que JB tuvo en los ojos cuando por fin consiguió meterse en el mundo de la música, su presencia el día en el que mi primer novio me rompió el corazón cuando tenía apenas trece años, la carta que JB me escribió un día diciendo que no volvería a hablarme aunque seguía queriéndome cuando de pequeños estábamos enfadados... Era como un sin fin de sentimientos y momentos por los que pasaba sintiendo de todo, recordando todas las veces que había sentido por alguien lo que describen como amor, y entonces su imagen aparece. El día en el que me enamoré por primera vez de Jackson, de ese amigo de mi hermano al que vi durante años como algo parecido a un hermano mayor que me veía a mí como a su hermana pequeña, al que veía venir a nuestra casa y automáticamente sentía que mi corazón se paraba.

Siempre sentí una devoción por Jackson, algo especial, puede que por ser el más cercano de los amigos de mi hermano, puede que porque su presencia era bastante común cerca de mí, o no lo sé... Pero sé que siempre sentí algo especial por él, aunque no fue hasta más adelante cuando supe que era al mucho más único que todo lo que había podido sentir antes.