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Espero fuera del despacho de Adam, mi antiguo profesor de Literatura Inglesa y jefe a tiempo partido, ya que era él quien me había estado pagando por ir traduciendo una serie de relatos, artículos y demás variedad de textos de todo tipo. 

La verdad es que me había sorprendido su llamada ya que era bastante raro que hablásemos fuera del correo electrónico, que era nuestra prácticamente la única vía por la que manteníamos el contacto siempre. Todo era igual siempre, es decir, él me mandaba los archivos a traducir y yo se los devolvía antes de la fecha límite, recibiendo sólo un breve "¡Gracias!" por su parte, así como la notificación mensual de mi banco con cada ingreso. Así que, como se podía comprobar, no era usual que nos viésemos en persona.

La verdad es que el hecho de haberme citado aquí me había dejado realmente intrigada porque no me había dicho el motivo por mucho que le había intentado preguntar. Por lo tanto, aquí estaba, sentada, sin más, esperando que terminase una reunión con un par de alumnos. 

A pesar de haber pasado varios años de mi vida en esta universidad deseando que se terminase, una cosa que no podía negar aunque quisiera era que este profesor me había dado la vida tantas veces, que era lo único que me llevaba de este sitio que valiese la pena. Con todas sus locuras y su gran empatía y capacidad de escuchar, había sido el mejor profesor que había tenido ya no sólo en la universidad, sino en general en todos mis años de estudios. Cada día en su asignatura era una pequeña aventura diferente, donde aparecía con alguna camisa de belleza discutible, pantalones de pana, pelo plateado y alocado, gafas de pasta negras de cristales más gruesos de lo normal. Su apariencia nos hizo pensar el primer día que sería alguien intentando gastar alguna broma, pero lo más gracioso de todo fue descubrir que realmente iba a ser nuestro profesor y que, sin duda, iba a ser el mejor. Me hizo amar la literatura de la forma más agradable y divertida posible, enseñando todo con tanta pasión, contando tantas anécdotas de cada  que realmente nunca hubo otra opción más allá que sentir esa pasión también que, junto con la cantidad de anécdotas e historias que tenía siempre guardadas, me hizo este lugar algo más agradable y me hizo descubrir lo mucho que me gustaría leer a partir de ahí.

*¿Has entrado ya?* - Luna me manda un mensaje.

*Sigo esperando.*

*Avísame cuando salgas para salir también.* 

*Sí, no te preocupes.*

Guardo el móvil cuando la puerta del despacho se abre, dejando salir a dos chicos de allí que, en cuestión de segundos, desaparecen de mi vista.

"¿Addy?"- Suena la voz de mi profesor desde el interior del despacho, haciendo que me ponga en pie.-"Pasa, por favor."

"Hola."- Saludo cuando entro en el cuarto y me sonríe.

"Addy, qué alegría verte."- Señala la silla frente su escritorio.-"Por favor."- Asiento y me siento.-"Te preguntarás por qué te he llamado para que viniese."

"La verdad es que sí."- Digo y sonríe.-"No sabía muy bien si era por algo malo o no."

"¿Cuándo he dado yo alguna mala noticia?"- Ríe señalándose.-"Ni siquiera cuando suspendo a alguien doy una mala noticia porque ya lo dejo claro el primer día."

"Porque sólo suspendes a quien falta a tus clases."

"¡Qué bien me conoces!"- Aplaude un par de veces.-"Aprobar conmigo es tan fácil como escucharme hablar y leer, leer y hablar... Y así todo el tiempo. Aunque igual debería ser más duro."

"Puede, aunque creo que así está bien."- Digo y sonríe.

"Bueno, vayamos al grano. Tampoco quiero hacerte perder mucho tiempo."- Se mueve en su sitio, buscando entre un par de montañas de papeles apiladas sobre su mesa a punto de caer, aunque se mantienen en su sitio.-"Un segundo... Lo tenía por aquí."- Habla mientras sigue moviendo cada papel a su vista, pasando a buscar entre sus cajones.-"¡Aquí!"- Afirma sonriente.-"Mira, esto es para ti."- Arrastra con el brazo todo sobre su mesa hacia un lado para poner la carpeta frente a mí, sacando unos papeles de ella.-"Te explico... ¿Recuerdas esos artículos del periódico web de la ciudad que te he ido mandando para traducir? Esos que iban, ya sabes, realmente un poco de todo... Uno era sobre la estigmatización de las enfermedades mentales, otro sobre la influencia de los factores ambientales en la personalidad de las personas, otro sobre la sinestesia... Ah, ¡amé ese sobre la sinestesia! Realmente abrumador lo que puede llegar a sentir un humano, ¿cómo puede ser posible que alguien pueda escuchar un color o saborear un sonido? Tremendamente curioso."

Let me hold your hand. ~G7JACKSON/BTSJIN~Where stories live. Discover now