No without you, Cole.

28. Amor fugaz

Cuando mi última maleta está hecha, siento las lágrimas bajar por mis mejillas. Mi pecho arde al saber que hoy es mi última noche en mi cama, es la última noche que cenaré en la mesa donde compartí tantas risas con mis padres, es la última noche en la ciudad donde crecí.

Me friego las lágrimas y suspiro. Bajo las escaleras deseando detener el tiempo y cuando veo todo en cajas.. mi corazón se rompe.

Los cuadros que antes adornaban la pared ya no están, al igual que tampoco las fotos de mi primera navidad o de mi viaje a Disneyland.

Llegó al comedor y veo a mis padres, quienes me regalan una cálida sonrisa. Les sonrió de vuelta y me siento a cenar.

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Termino de ducharme y me pongo la pijama, me meto de un salto a mi cama e intento dormir, pero mis pensamientos me invaden.

Recuerdo a Cole y muerdo mi labio, ¡lo extrañare tanto! Siento las lágrimas querer salir una vez más pero algo suena en mi ventana.

Me siento en mi cama y espero. Vuelven a tocar la ventana. Me levanto extrañada, pensando en si pudo ser una rama. Siguen golpeando. ¿Y si es Jack el destripador?
Me oculto en mis cobijas, indispuesta a echar un vistazo.

Mi celular timbra y salto. Me tranquilizo al ver que es Cole.

—Contigo no funciona esa mierda de ser romántico ¿verdad? Anda, abre. Soy yo, no el asesino que seguro piensas—Dice en cuanto contesto, él cuelga y una sonrisa se ensancha en mi rostro.

Tomó rápidamente un suéter y me asomo. Y ahí está el chico de mis sueños. Tan alto, tan atractivo y tan imponente. Mi corazón late con fuerzas y sin pensarlo dos veces salgo, bajo por las escaleras y me aproximo a la puerta, mis padres ya están durmiendo así que no tengo problemas en salir.

Al verlo, corro a envolverlo en un abrazo que me devuelve.

—¿Sigues usando pijamas de ositos?—Dice riendo, le golpeó amistosamente.

—Escuché por ahí que te vuelven loco. —Bromeó.

Cole ríe y me toma de la mano, me jala hacia él y me roba un beso.

—Vamos a caminar.

—¡Ando en pijamas!

—¿Qué importa? Te ves hermosa...

Me sonrojó pero no me niego. Comenzamos a caminar sin rumbo alguno, tomados de la mano y haciendo bromas. Pronto llegamos a un parque y nos sentamos en el jardín.

—Mañana te vas.

Asiento tristemente, Cole me mira fijamente.

—No quiero que te vayas—admite, los ojos se me cristalizan igual que a él—¡te voy a extrañar tanto, Camila!—Dice, abrazándome.

—No quiero irme—admití—pero tengo que, Cole—digo, apunto de estallar en llanto.

—Lo sé, lo sé y por eso odio ser tan egoísta. Pero te amo, Camila, eres la chica que más quiero y con la que siempre querré estar. ¿Este será nuestro final? No lo sé, porque ni siquiera hubo un comienzo, Camila, —me tomó de las mejillas, secándome las lágrimas con el pulgar—Nunca te olvidaré, siempre vivirás en mi alma, en mi mente y en mi corazón.

—Te juro que si pudiera cambiar las cosas, la historia... —las lágrimas no permiten seguir hablando. Cole me abraza.

—Tranquila, todo está bien. Así fue como las cosas se dieron, y gracias a Dios se dieron ¿no lo crees? No lo fuimos todo, pero fuimos algo, algo fugaz y lo fugaz siempre es lo mejor...

—Para mi no. Yo quiero estar contigo—digo llorando, Cole se limpia las lágrimas y sonríe.

—Estamos juntos ahora, es lo que importa. Es lo que me hace sentir que no todo está tan perdido.

Las lágrimas continúan bajando, y Cole me besa.
Sus labios me dicen todo. Él también se siente destrozado.

Cuando regresamos a mi casa, ya son las dos de la mañana. Me despido de Cole, y él me promete que mañana —hoy— vendrá.

—¿A que hora se van?

—El camión de mudanza viene a las 8 Supongo que a las 8.

Asiente.

—Llegaré a esa hora, te lo prometo.

Yo asiento, él me abraza y suspiro.

¿El penúltimo abrazo?

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ANTEPENULTIMO CAPÍTULO CHAOOOOO ME MUERO YA CASI SE ACABA ESTOOOOOO