25. Risas.

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PDV COLE

Me encanta la risa de Camila.

Desde pequeña, su risa ha sido particular al resto de las chicas que procuran tener una risa discreta y baja; la de Camila en cambio, siempre ha sido tan escandalosamente divertida.

Recuerdo la primera vez que la escuché, les puedo jurar que se escucha a diez metros de distancia y cuando no la puede controlar empieza a reír con sonidos de cerdos.

Además de que cuando ríe, sus mejillas se enrojecen y se le forman lindos hoyuelos. Los ojos se le entrecierran y se ve preciosa.

Ahora mismo está riendo y les puedo jurar que se ve hermosa. Sostiene su estómago tratando de respirar entre risas y una vez que se controla, sus mejillas quedan rosadas.

Cuantas ganas tengo de besárselas.

—¡Eres un tonto! ¿Cómo se te ocurre que vamos a conseguir pescar algo si tienes la caña así? Bobo—Dice, tomando la caña y poniéndola de la manera correcta, yo me encojo de hombros.

—¡Lucía más fácil en televisión!—Le reclamó y ella me saca la lengua.

—Excusas de nenita. Anda, ayúdame—Me dice, asiento. Me acerco a ella e inútilmente comenzamos con nuestro intento de pescar.

Mañana es el baile de graduación.
Mañana es mi último día en la escuela: ya no recorreré los apretados pasillos ni fumaré en las gradas, ya no pisaré el asqueroso gimnasio ni veré al equipo de fútbol humillar a los nuevos.

Me voy, me iré a la universidad en una semana y Camila se mudará a Encarnación, una ciudad que queda a siete horas de la ciudad en la que está mi universidad.

Definitivamente, este sería nuestro final.

Ella se marcha y yo también. Ella conocerá a más chicos y yo a chicas. Estaremos lejos y aunque ella diga que "la comunicación seguirá igual" no lo será. Me quedaba el consuelo de que si yo me iba y ella se quedaba aquí, podría venir los fines de semana.

Pero se va lejos. Su familia decidió que lo mejor era comenzar de nuevo.

Y esta bien. Ella estará bien. Ya no tendrá la preocupación de encontrarse a Brooklyn, o tendrá que soportar las miradas curiosas en el supermercado, irá a la escuela sin que los maestros la traten extraño y caminara por los pasillos sin que murmuren de ella. Podrá sentirse cómoda al salir a la calle, o simplemente andará con confianza en el comedor de su colegio, conocerá a gente maravillosa y será feliz.

¿Entonces por qué duele tanto?

Porque se va...

Siento una pinchada de celos cuando pienso acerca de los chicos que la rodearan. ¿Se enamorará? ¿Tendrá un novio? ¿Besará a alguien que no sea yo?

—¡Cole! ¿Me vas a ayudar o te quedarás ahí todo el día?—Dice, sacándome de mi nube de celos de primaria.

—Ya, ya. —Me levanto con las manos en alto, me acerco a ella y me quito la caña, ella me saca la lengua y me siento a su lado.

Esperamos por lo que parece ser una eternidad, pero en realidad sólo han pasado tres minutos.

—¡No pescaremos nada! No he visto un solo pez aquí—Refunfuñó, Camila asiente.

—Wow, nuestro reto haciende de un minuto y medio a tres. Vamos bien—dice riendo. Luego asiente, me quita la caña y comienza a caminar.

»Vámonos de aquí.

[•••]

Termino de hacer mi última maleta y suspiro, observo mi habitación en la cual quedan pocas cosas pero un montón de recuerdos.
Me siento sobre la cama, tomando un portarretratos de la maleta que sigue abierta. Es la imagen de dos pre-adolescentes llenos de lodo, sonriendo hacia la cámara, uno con los brazos encima del otro y haciendo el símbolo de "amor y paz" con las manos. Acaricio con el pulgar la fotografía, añorando esos días.
Camila y yo hemos crecido tanto. Ella solía tener pequeñas pecas que con el tiempo desaparecieron, ¡oh, y sus dientes tan chuecos! Tuve que romper un par de huesos por defender esos dientes.

Mañana compartiríamos uno de los últimos recuerdos juntos.
Sonará dramático, pero es la realidad. Es indefinido si nos volveremos a ver.

Observó el traje que cuelga de un gancho. Pensar que odio tanto los bailes y veme aquí: ansioso porque sea mañana.

Guardo el portarretratos y cierro la maleta, la pongo en el piso y me dispongo a dormir.

Tomó mi celular y observo el mensaje de Camila inmediatamente:

De: Cam
Jajaja. Que asquito que estemos hablando de mocos.

Para: Cam
Jajaja. Que asquito que mañana iremos al baile.

Tecleó, espero con ansias su mensaje.

De: Cam
Uhm. Entonces ¿para que compre este vestido tan hermoso?:( Es una lastima. Tendré que esperar un año para usarlo en el baile de Encarnación.

El pecho se me oprime del solo hecho de pensar que algún estúpido vaya a ver a Camila. A la chica que tanto quiero.

Texteo rápidamente:

Para: Cam
Me sacrificaré

De: Cam
Nah. Me esperaré.

Observó el mensaje sin pensar en nada más que en sus ojos. Me pregunto si por mera casualidad su vestido será del color de mi corbata, o si bailaremos una canción lenta y nos besaremos. Si saldremos corriendo del asqueroso gimnasio tomados de la mano y por arte de magia, aparecerá un coche y nos fugaremos a la playa.

—¿Si?—La voz de Camila inunda mis oídos. Ni siquiera note que le llame pero me alegro, acomodo el teléfono en mi oreja.

—Hola—musitó.

—¿Que ocurre, Cole? Son las once de la noche—Dice, para después bostezar—Ya iba a dormir.

—Nada—admití—Solo quería escuchar tu voz. Me calma.

Y era cierto.

Ella comienza a reír y yo sonrió. Ahí está ese jadeo de cerdo.

—Mañana vas a querer callarme.

—Pero a besos—murmuro, Camila ríe nerviosamente y sé que se sonrojó.

—¡Cállate! Ya dormiré, Cole—Dice después de rato—Descansa tú también. Mañana viviremos la fiesta loca. Pasa por mi, no me dejes plantada.

—No lo haré. Adiós.

—Descansa.

—Descansa igual.

—No olvides que te quiero muchísimo—Dice, cuando estoy a punto de colgar. Mi corazón late rápidamente de la emoción.

—y tú no olvides que te quiero más.

____________

Okay, okay. Antes que nada ¡Hola! ¿Ya entraron a clases? Yo si y ha sido un lío todo.
En fin ¿alguien más ama a Cole? Es tan dulce que me da diabetes ahrr
Espero tengan un buen fin de semana, se les quiere mucho
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¡MUCHAS GRACIAS POR LOS 14.4K DE LECTURAS! en serio no se como podré pagarles por tanto. Muchas, muchas gracias. ❤️ es como un sueño.

No without you, Cole.Where stories live. Discover now