3. Alguien más.

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La música sonaba fuertemente en mis audífonos, caminaba con tranquilidad hacia el colegio pensando en si debía sentirme intimidada o no por la clase de advertencia de Brooklyn.

Han pasado dos días desde ese incidente, de ahí no ha parado de enviarme sus estúpidas cartas de advertencia. Me lo he encontrado varías veces en el pasillo y él se limita a reír.

Entro al colegio decidida a ignorarlo ¿qué mal me podría causar Brooklyn Samuels? Rebusco entre mi casillero los libros que ocuparé para otra dura jornada de escuela. Escucho el timbre y me dirijo a mi clase de Física, siento el enorme brazo de Cole enrollarse en mis hombros, volteó y le sonrió.

—Hola, rulitos—Dice riendo, lo miro mal en juego y él aprieta mi nariz.

—¡Oye! Te he dicho que odio que hagas eso—chillo, Cole ríe.

—Como sea, ¿ya oíste lo que se rumora?—pregunta sonriendo, niego con la cabeza.

—Creí que no te importaban los rumores que siempre circulan—admito, acomodando mi cabello.

Se encoge de hombros sonriendo—Dicen qué hay una chica nueva, en realidad, dos hermanos pero ¿qué importa? Dicen que la chica es hermosa—mi corazón se estruja un poco y trato de seguir con una enorme sonrisa en mi cara.

—Siempre dicen eso de las nuevas—susurro—En fin, me toca Física con Morales, te veo al rato.

Deja un casto beso en mi frente y se va a su clase. La clase de física comienza y yo tomó apuntes de lo que vendrá en el examen que hará la próxima semana. Estoy tan concentrada anotando que no me doy cuenta de que el timbre ha tocado. La clase termino. Tomó mis cosas y soy la última en salir, me dirijo hacia la clase de educación física, que es la siguiente que toca. Voy a los vestidores, donde se encuentran todas las chicas en la entrada formando una especie de círculo discutiendo algo.

—¡Se los digo, chicas! Se llama James—chilla Eunice, me doy cuenta que hablan del chico nuevo, no le tomo importancia y comienzo a cambiarme.

{...}

El timbre suena, anunciando que el descanso ha comenzado. Me levanto rápidamente de mi lugar y me dirijo a mi casillero, voy tan concentrada pensando en los exámenes que rendiremos que choco con alguien en los pasillos. Levanto la mirada y me encuentro con Cole, quien me sonríe anchamente.

—¡Hola!—murmuró, él me ayuda a recoger todo.

—¡Hola, Cam! Justo iba por ti—sonríe, mira a un lado incomodo y me doy cuenta que viene acompañado de una chica rubia y de lindos ojos grisáceos. Me sonríe amable—Oh, ella es Astrid, es nueva así que la invite a almorzar con nosotros—mi corazón late fuertemente, él nunca lleva a nadie más a comer con nosotros.  Mi corazón se rompe un poco pero mi sonrisa queda intacta—Astrid, ella es Camila, Camila ella es Astrid.

—Un gusto, Astrid—Una sonrisa forzada sale de mis labios, ella iba a hablar pero la interrumpo—Debo ir a dejar esto; los alcanzaré luego.

Y huyo de ahí, con un enorme nudo en la garganta. Sé perfectamente que Cole no siente nada por mi pero no puedo evitar sentirme así. No puedo evitar pensar que él nunca había sido tan amable con otra persona que no fuese yo. No dejo de pensar en la posibilidad de que él la quiera, en qué él se enamore de alguien más. Las lágrimas pican mis ojos pero no me permitiré llorar por Cole. Tú sabías que él no te quería. ¿Pero a caso le da derecho a andar por ahí con otras chicas?

Sacudo mi cabeza, tratando de dejar de pensar en Cole. Guardo mis libros y saco unas galletas de mi casillero. Me dirijo al comedor, saludando a algunas cuantas personas y deteniéndome conversando con ellos por unos minutos, tratando de juntar coraje. Eres una dramática, Camila. Reclama mi conciencia.

Entro al comedor y visualizo a Cole en la mesa de la esquina charlando animadamente con Astrid. Me acerco lentamente me acerco a ellos y les sonrió.

—Hola, Camila.—Dicen al unísono, sonrió y escuchó atentamente de lo que hablan.

—¡Pero tenía 10, Cole!—reclama Astrid riendo, Cole sonríe.

—Yo a esa edad me colgaba de árboles.

—Bueno, yo no era una exploradora—Dice comiendo una galleta, sonrió cuando Cole me mira.

El timbre suena y caminamos por los pasillos para dirigirnos a nuestras siguientes clases, me dejan atrás y no se los reclamo, van tan sumergidos en su mundo hablando de música que no me atrevo a interrumpirlos, me dirijo hacia clase de historia universal y un papel cae en mi banca. El quinto de esta clase. Volteó molesta a ver a Brooklyn.

"Creí que Cole por lo menos tardaría un poco más en cambiarte por alguien más." Dobló el papel entre mis manos, me levanto molesta, sintiendo todas las miradas en mi y mi mano temblorosa le lanza el papel a Brooklyn en la cara.

—¡Deja de molestarme, joder!—le gritó, Brooklyn me sonríe, tratando de contener la risa. Que exagerada eres, Camila, solo dice la verdad.

Salgo de la clase, sintiéndome más estúpida de lo que debería. Me dirijo hacia mi hogar incapaz de seguir en la escuela.

—Cariño, llegaste antes—dice mi madre, subo corriendo las escaleras ignorándola. Me siento idiota, soy una idiota pero realmente no sabía como sentirme. Nunca me había sentido así.

Mi celular vibra.

Lastima que cuando mas lo ibas a necesitar, él te abandonó. Cuídate, bonita.

No without you, Cole.Where stories live. Discover now