Capítulo 47

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Allison

Abrí mis ojos lentamente. Sentía los párpados tan pesados, que lo único que quería era dormir para siempre. Miré a mi alrededor y me percaté que me encontraba en la habitación de un hospital. Tenía en mi brazo un suero el cual estaba conectado a una máquina y mis muñecas estaban vendadas. Intenté moverme, pero solo logré que un quejumbroso gemido saliera de mis labios.

¿Qué me pasó? ¿Qué pasó?

—¡Allison!—exclamó una voz. Yo me giré y vi a Denise, la cual estaba sentada en una silla con una manta sobre ella y tenía el cabello despeinado.—¡Estás bien!—se levantó y se acercó a mí con una sonrisa en sus labios. Sus ojos comenzaron a aguarse.

—Um... si, pero, no entiendo—fruncí el ceño-¿Qué pasó?

—Tú...

—Los cafés no son los mejores aquí, pero logré conseguirte un emparedado, por suerte este no estará fri...—me moví un poco para ver detrás de Denise y vi a mi hermano Andy, el cual cargaba con una bolsa de papel color marrón y dos cafés.—¡Allison!—soltó todo lo que tenía en manos y se lanzó sobre mí para abrazarme.—Por Dios, estás bien, estás a salvo—Andy comenzó a besarme todo el rostro con desesperación y luego sostuvo mi rostro con ambas de sus manos.—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre? ¿Te compro algo? Iré a buscar el doctor, vuelvo enseguida—y sin decir más, salió de la habitación casi corriendo.

Miré a Denise.

—Está loco—dije, por lo cual ella soltó una débil risa. Intenté acomodarme un poco pero Denise me lo impidió.

—No te muevas, aún estás delicada—dijo, bajando su mirada hacia mis muñecas.

—¿Qué fue lo que me pasó?—pregunté, realmente confundida. Lo único que recuerdo es dolor y el olor a sangre, y unos gritos. No recuerdo nada más.

Vi como Denise se mordió su labio inferior y como sus ojos volvieron a aguarse.

—Esperaba que tú nos respondieras esa pregunta—confesó, soltando un cansado suspiro—Cuando entré a tu habitación te encontré tirada en el suelo, cerca de tu cama, con unas heridas en tus muñecas, desangrandote hasta más no poder—me miró seriamente-¿Por qué lo hiciste?—preguntó, tomando una de mis manos y apretando la misma suavemente.

Y fue entonces cuando recordé todo. Mis padres, a Brooke, como divulgué la razón de la ruptura de los chicos, como me vería obligada a abandonar Australia para volver a Nueva York con mis padres, como viviría una vida infeliz junto a ellos. Recordé lo mucho que lloré, recordé cuando saqué la navaja de una de las gavetas y como me corté hasta el grado de despertar aquí.

¿Cómo pude hacerlo? ¿De dónde saqué las fuerzas para hacerlo? ¿Cómo pude ser tan egoísta de intentar suicidarme en el propio apartamento de mi hermano? ¿Qué esperaba? ¿Qué todo se resolvería con mi muerte? ¿Qué Andy me olvidaría y que continuaría con su vida al igual que todo el mundo? En ese momento lo pensé, claro que lo pensé, esa era mi única salida, pero ahora... ahora no estoy tan segura.

—Lo siento—murmuré, cerrando mis ojos con fuerza—Lo siento tanto, yo... estaba pasando por uno de mis ataques de depresión y no sabía qué hacer. Usualmente Chloe estába ahí para apoyarme y la música de 5SOS pero ellos acabaron y... y ahora seguramente me odian y... perdónenme, no los merezco—comencé a llorar, porque realmente los había echo pasar por algo terrible, me duele mucho más lo que sintieron ellos que yo misma.

—...entré a la habitación y ya había despertado—la voz de Andy distrae todo sentimiento de culpabilidad. Este entró y junto a él venía un doctor de color con la típica bata blanca. Me sonrió al verme.

Recuperando a 5SOSWhere stories live. Discover now