Capítulo 34: ¿Sophie?

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El sonido de mi celular se repitió por tanto tiempo que me obligó a contestar la llamada. Eran las once y media de la mañana y tenía más de quince llamadas perdidas de Travis. Atendí el teléfono soltando un suspiro.

—¿Sí?— pregunté somnolienta.

—¿Mía? Estoy afuera.

Me levanté muy perezosamente, subí las escaleras y atravesé la sala de estar. Abrí la puerta e invité a Travis a pasar.

—Te ves muy mal.

—Gracias. No tuve una buena noche—le comenté lanzándome al sofá. Lo miré expectante. Tenía el ojo derecho hinchado—. Tú tampoco luces muy bien.

—Necesito que me contestes una cosa, con la verdad—habló cortante.

—Dime— dije un poco nerviosa. Probablemente me pregunté qué sucedió anoche con Matthew.

—¿Tú y McAlister están juntos?— preguntó firme.

Me miró intensamente esperando a que le responda.

—No.

—No me mientas Mía.

—No te miento. Sí, nos besamos un par de veces pero nada más. Cuando cumpla dieciocho me iré a estudiar a Londres. No estoy buscando nada serio aquí.

—Entonces, ¿qué hizo ayer contigo? ¿Te lastimó?—se sentó a mi lado y tomó mi mano.

—No pasó nada Trav. Sólo me dijo algo insignificante y yo estaba tan ebria que hice un escándalo.

—¿Solo eso?

—Sí. No fue nada, te lo aseguro.

—Necesito que te alejes de él. Sé que no soy quién para decírtelo, pero te quiero y tengo que protegerte—miró sus manos nervioso—. Es malo, Mía. Es una de las personas más peligrosas de Asterville. Créeme.

—¿Qué es lo que hace? Porque tú también andas en las peleas.

—No es solo eso. Es aún peor. Mucho peor.

*

Tiempo después Travis abandonó la casa dejándome con muchas dudas internas. ¿Y si tenía razón? ¿Y si Matthew no es una buena persona?

Llamé a Cat para hablar con ella. En estos momentos siempre es necesario la opinión de una amiga.

—Hola hola amiguis— saludó Cat del otro lado de la línea.

—Hola Cat, ¿cómo estás?

—Yo bien, pero al parecer no puedo decir lo mismo de ti. Te ves fatal— dijo acercando su rostro al teléfono.

—No voy a volver a beber nunca más en mi vida.

—Eso dices siempre.

Terminé la llamada con Cat una hora y media después. Hablar con ella me hizo sentir bien, pero por otro lado me llenó de dudas.

¿Y si el malo de la película no es Travis, sino Matthew? Black Soul me estaba usando para sacarle información a Travis, pero tal vez estoy posicionada en el bando contrario al que debería. ¿Por qué no confió en Travis, que lo conozco hace muchos años? ¿Y por qué debería confiar en alguien que apenas conozco?

Me quedé pensando un buen rato y llegué a una conclusión; no iba a tirar para ningún lado. A Matthew no le iba a decir cosas sobre Travis y a Travis no le iba a decir cosas sobre Matthew, aunque sea hasta que descubra en qué bando quiero estar y por qué.

Llamaron a la puerta en el momento justo en el que me encontraba con las manos en la masa, literalmente. Se me había ocurrido amasar unas pizzas caseras para cenar. Rápidamente me lavé las manos y corrí a atender, pero cuando abrí la puerta no había nadie. Miré para ambos lados ya que me pareció algo extraño.

Las calles estaban vacías y atenuadas. El Sol había bajado hace apenas unos minutos pero el cielo continuaba iluminado, solo que con menor intensidad. Silencio, solo eso se podía apreciar.

A mis pies, una nota. Qué extraño, ¿verdad? Tomé el sobre un poco temerosa y volví a ingresar a la casa. Pegué mi espalda contra la pared y leí el contenido del papel:

René: sé que hace mucho no nos vemos y aunque no me has llamado en los últimos meses puedo deducir que me estuviste buscando.
Te escribo esto por un único motivo; estoy embarazada. Me hice estudios y sí, es tuyo.
No me interesa criar a mi hijo aquí y sé con certeza que tú no lo quieres. Por eso me estoy yendo a Florida, con mi abuela, porque ella me va a ayudar a salir adelante. Por si tienes un poco de curiosidad es un niño y se llamará Lukas.
Si algún día cambias de opinión al respecto ya sabes dónde encontrarme.

Sophie.

Dentro del sobre había un test de embarazo y una ecografía. Al verla, los ojos se me llenaron de lágrimas y no pude evitar pensar en Ethan.

Me quedé anonadada. No podía creer que iba a tener otro hermano. Tampoco me entraba en la cabeza lo cruel que había sido mi padre al dejar embarazada a una chica prácticamente de mi edad. Si mal no recordaba Sophie debía rondar los veinte años y, aunque había sido mala conmigo en una ocasión, estaba segura de que no se merecía lo que le habían hecho.

Bajé cabizbaja a mi cuarto sin dejar de pensar en Sophie. Ella probablemente no conocía de mi existencia ni sabía que yo estaba ahí para apoyarla. Pero no tenía idea cómo contactarla ni mucho menos dónde encontrarla.

Volvieron a tocar la puerta. Suspiré cansada. Vivo prácticamente sola y no conozco a nadie ¿por qué siempre tocan a mi puerta?

Lancé las cosas del sobre en mi cajón y corrí escaleras arriba ante la insistencia de la persona detrás de la puerta. Al abrirla me encontré con nada más ni nada menos que Matthew.

—Ha pasado tanto tiempo— dijo con ironía entrando sin permiso. Dejó una bolsa sobre el mostrador y sacó una botella de vino—. Pensé que podríamos probar esta botella, es nueva.

—Estaba cocinando.

Avancé hacia la cocina y lavé mis manos mientras lo escuchaba decir:

—Había pensado que podríamos salir a comer. Pero ahora creo que quedarnos aquí es una mejor idea— habló con algo de emoción. No había pasado por alto el hecho de que acababa de invitarme a cenar.

Sequé mis manos y volví a ensuciarlas cuando las coloqué en la masa. No podía borrar una sonrisa boba que se había instalado en mi rostro desde el momento en que lo vi.

—¿Pizza?— preguntó posicionándose a mi lado.

—Ajá— contesté.

—¿Necesitas ayuda?

—¿Sabes cocinar?

—No soy un MasterChef pero me las arreglo.

—Entonces manos a la obra—lo miré y le sonreí. Él me correspondió.

Le tendí un pedazo de preparación y juntos nos pusimos a amasar.

Así pasamos un buen rato, cocinando y jugando con la harina.

Parecíamos unos niños... y esa sensación me gustaba.

Black Soul   |Completa|Where stories live. Discover now