Capítulo 52: Quebrarse hasta llorar

12.7K 775 11
                                    

Los días iban pasando y cada vez me gustaba más ese lugar.

Maisie se había transformado en una gran aliada. Conversábamos, reíamos, y hasta estudiábamos juntas. De vez en cuando le confesaba algunos secretos y ella también lo hacía conmigo.

Mi relación con Chase también había evolucionado. Él me recordaba mucho a Ethan. Su trato hacia mi siempre era cordial y cariñoso, aunque a veces me jugaba algunas bromas. Se comportaba tan amablemente que me hacía olvidar que formaba parte de una banda de narcotraficantes.

Sam y Bruce se mantenían al margen. Principalmente Bruce, que desaparecía en la mañana y no volvía hasta el anochecer. Raramente compartíamos un momento juntos, y cuando lo hacíamos se mostraba triste y callado. No podía deducir si realmente esa era su extraña personalidad o era simplemente que la muerte de su novia lo había destruido.

Y con Matthew, bueno, esa era otra historia.

Luego de observar la ceremonia que habían hecho, Maisie tocó a mi puerta. En ese momento no sabía quién era, pero después de presentarse, me aconsejó y resolvió algunos de mis problemas.

Me contó brevemente cómo había conocido a Matthew y cómo se había transformado en Black Soul. Habló un poco sobre su adolescencia y el camino hacia lo que era en ese entonces. Sus ideales, sus pensamientos y acciones.

"Sólo somos un par de chicos rotos" dijo antes de irse.

No me dio tiempo a pensar. En el momento justo en el que la puerta se cerró, una melodía relajante invadió el ambiente. De pronto, la voz de Matthew cantó con una fuerza desgarradora. Escuché la letra de la canción con la piel erizada y la respiración entrecortada.

No pasó mucho tiempo luego de que la canción haya terminado para que golpearan a mi puerta nuevamente.

Era él. Lo supe antes de que hablara. Lo dejé pasar. Le pedí que me lo contara todo. Le dije que estaba lista para escucharlo y eso fue lo que hice.

En esas horas se sinceró. Me lo contó todo, desde el principio hasta el final. Escuché relatos felices, crueles, tristes, graciosos y horribles. Conocí más de él, de su vida, de su familia. Cómo creció y cómo fue cambiando a través del tiempo. Cómo se adaptó a distintos modos de vida, ideales y sentimientos. Cómo fue perdiendo su inocencia, transformándose de a poco en algo cada vez más oscuro. Cómo perdió la esperanza y la confianza en los demás, después de que lo hayan herido y traicionado en montones de ocasiones. Pude conocer cómo llegó a ser lo que era.

Hizo cosas horribles, y algunas se arrepintió de hacerlas. Se llegó a quebrar en el momento de contarlas. Esa fue la primera vez que lo vi llorar.

Y yo lloré también.

Porque lo entendí. Aunque alguna vez haya pensado que no iba a poder hacerlo, lo entendí. Comprendí el por qué de todo. Me puse en su lugar y me di cuenta que sólo era un chico que había crecido si otras alternativas. Creció sin conocer otras creencias, estilos de vidas y modelos a seguir. Se crió en dónde pudo, cómo pudo y con quién pudo. ¿Podría haber buscado refugio en su familia? ¿En su madre? Sí. Podría haberlo hecho, pero sin embargo no lo hizo. Y tampoco lo culpo por eso.

Entiendo lo que se siente no pertenecer. No encontrarte en un lugar. Sentirse solo aunque estes rodeado de gente. Estar perdido. Sé lo que se siente. Probablemente no lo hubiese hecho antes. Cuando vivía en Carolina no lo hubiese entendido. Pero como le dije a Cat, este lugar me había cambiado. Y aún no sabía si era para bien o para mal.

Cuando terminó de hablar solté un gran suspiro. Lo había escuchado hablar en completo silencio. Me miró con los ojos caídos y antes de que pudiera decir algo, lo abracé.

Se sorprendió. Yo también lo hice. Lo quería, a pesar de todo había logrado quererlo. Y ese no era un sentimiento que se fuera con el viento. Era algo real, algo que me aterraba y emocionaba al mismo tiempo. Era algo que, por más de que intentase, no podía evitar. Algo que se encontraba en lo más profundo de mí.

Nos quedamos así un rato. Sintiendo esa corriente eléctrica que nos invadía con cada toque. Pensando en qué nos depararía el destino. Pensando en cómo íbamos a vivir los últimos meses que nos quedaban juntos. Y luego pensé en que quería dejar de pensar. Quería dejar de imaginarme un futuro. Dejar de atormentarme con tantas especulaciones.

Sólo disfruté el momento, porque allí en sus brazos, después de tanto tiempo, me sentí en casa.

Black Soul   |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora