―Alana.

―Es decir ya lo superé y no es AGRADABLE para NADA agradable que a cada momento me lo estén recordando. UNA Y OTRA Y OTRA VEZ.

―Tranquila ―dice levantando las manos y solo hace que me enoje más.

―¡NO TRANQUILA NADA! Me cansé que no me dejen tranquila con ese tema. Y…

¡Oh no!

Bajada de azúcar.

Mi cuerpo pierde el equilibrio, yéndome hacia atrás, cerrando los ojos y deseando que no pase nada malo con el bebe. Asi que suspiro aliviada cuando alguien me atrapa.

―Amiga ―dice la voz detrás mío―, no es por ser mala pero si estás más pesada.

Miro por detrás de mi hombro a Ivanna, intentando incorporarme, suspiro y miro a Dawn.

―No discutamos por ello. ―suspiro y sonrió a Dawn. Me giro a Ivanna―. Me acompañas a comer algo.

Ella asiente y apoyada en su hombro, caminamos al bufet, de nuevo.

***

Desde un primer momento sabes cuando una persona no está bien, ya sea por su actitud o por alguna acción te das cuenta, por lo mucho que llevas conociéndola, que definitivamente algo estaba pasando.

En cuanto entre al bufet con Ivanna a mi lado supe que definitivamente algo no estaba bien. Asi que espera a que nos sentáramos, con nuestras bebidas en nuestras manos y recién le pregunte.

―¿Qué pasa?

Ella suspira.

―Te diste cuenta ―levanto una ceja y asiento, ella se pasa la mano por el cuello, está ansiosa, lo sé―, no quería decirlo de esta manera, pero…

―Solo dilo ―las ansias me están matando.

―Termina con mi primo ―dice firme, mirándome a los ojos sin titubear―, quiero que dejes a Dawn.

¿Qué?

―¿Qué? ¿Por qué?

―Porque no lo quieres Alana, en verdad no lo quieres.

―No es…

―¡Es verdad! ―grita y luego suspira―, mira no quiero pelear contigo pero te digo lo que veo. Ninguno de ustedes dos, no Christopher y tu están con los dos pies en el plato, y no sé de Isabelle pero mi primo no se merece eso.

Me muerdo el labio y juego con mis manos en mi regazo.

Escogiendo cuidadosamente mis palabras.

―Yo quiero a tu primo, y no quiero hacerle daño ―suspiro―, pero no quiero forzar las cosas y obligarme… obligarnos a avanzar rápido cuando en verdad no sentimos… lo que decimos sentir…

―Entonces déjame preguntarte algo ―Ivanna juega con sus taza en la mesa, no atreviéndose a mirarme a los ojos―, si supuestamente, en el caso de que la boda fuera una mentira, una obligación…

―Eso no puede ser posible. ―la corto.

―Bien… entonces si Christopher te dice que con solo decirlo puedes detener su boda.

Pensando en las probabilidades, pensando en los supuestos, no quiero permitirme dicho sentimiento.

―No diría nada, Ivanna. Porque sino todo lo que he pasado seria en vano, porque no hay una explicación para esa boda, nadie se casa y organiza todo esto de por gusto…

―Pero y si fuera así. ―replica Ivanna.

―No lo sé Ivanna ―suspiro resignada―, y ciertamente no quiero pensar en eso.

Príncipe 7 tonos de azul (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora