Capítulo 21: Perfect

3.9K 249 70
                                    

Lexa POV

Cuán rápido nos acostumbramos a las cosas que nos hacen bien. Cuán rápido nos acostumbramos a despertarnos en los brazos de la persona que se ama. Cuán rápido hacía latir ella, a mi corazón con tan sólo observarla dormir. Algo tan sencillo como observarla respirar suave y pausadamente, y sentir el calor de su cuerpo desnudo a centímetros del mío. ¡Era un sentimiento tan hermoso el sentirla parte de mí!

Me acurruqué de costado, observando cada detalle de su rostro relajado, disfrutando ese pequeño momento de tenerla así, tan sólo para mí.

―Eres hermosa. ― Susurré de forma casi inaudible, teniendo la gran tentación de acariciar su rostro y robarle un beso. ¿Y por qué debía contenerme? Si cuando un anhelo es tan grande y lo tenemos al alcance de nuestras manos, con qué necesidad nos privamos de ello. Sobre todo, si ese anhelo nos hace bien.

Con la yema de mis dedos, acaricié sus mejillas, luego su frente y descendí con suavidad hasta su nariz, pudiendo sentir su piel aterciopelada. Se removió arrugando las facciones de su rostro y abrió sus ojos, que al instante se cruzaron con los míos. Sonrió, los volvió a cerrar y soltó un pequeño suspiro.

―Bella durmiente... ― Murmuré sin dejar de acariciarla.

―Dime que no debemos levantarnos y podemos seguir aquí todo lo que resta de nuestras vidas. ― Propuso adormitada, pero segura de lo que estaba diciendo.

― ¿Toda nuestra vida, en tu cama, y desnudas? Suena a un muy buen plan. ― Respondí sonriente, anhelando demasiado aquello. Me di la vuelta quedando recostada boca arriba, pero sin dejar de mirarla.

― ¿Aceptas entonces? ― Preguntó con voz ronca, colocándose boca abajo, con la mirada puesta en la mía, esperando sonriente una respuesta, que sabía cuál sería.

―Acepto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

―Acepto. Le devolví la sonrisa, y luego agregué con picardía. Pero luego de comer algo. Muero de hambre. ― Exclamé inocentemente, mientras tapé la mitad de mi rostro con las sábanas.

―Después la adorable soy yo... Que confundida estabas mi amor. ―Aseguró, y se colocó sobre mí, para luego dejarme un pequeño beso en la punta de la nariz. ― ¿Qué has hecho conmigo Lexa Woods? ― Musitó, con sus labios pegados a los míos.

―Nada que no hayas hecho tú conmigo. Sonrió sobre ellos y permitió que nos fundiéramos en un beso. Beso que fue profundizándose hasta tornarse más apasionado y necesitado.

Su cuerpo desnudo sobre el mío era una perdición a la que estaba totalmente entregada. La calidez y el deseo que emanaba con cada roce, cada fricción, tenía un control de mi cuerpo y mente que jamás nadie había logrado. Una conexión que iba más allá de lo racional. Una conexión que permitía que sintiera seguridad. Una conexión que confirmaba lo especial que Clarke era.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora