Capítulo 46: Mellizos

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Lexa POV

El primer mes de embarazo fue el más emotivo y caótico; no sólo por las repetidas náuseas que no me dejaron en paz, sino, por el protagonismo de mi madre y la madre de Clarke. Eran llamados constantes con algún consejo o advertencias de todo tipo, o apariciones sorpresas a mi trabajo para llevarme viandas con comida para asegurarse de que no me saltara ninguna, me conocían muy bien e insistían que ahora debía comer por dos. Al principio fue todo risa y sentirme conmovida porque mi madre estaba contenta con la noticia, pero ya luego ambas mujeres me estaban volviendo loca. Clarke si bien estaba agradecida con Abby y su suegra terminó por decirles muy amablemente, que si las necesitábamos acudiríamos a ellas, que no hacía falta que se molestaran de más, y aunque no lo admitía, disfrutaba de ver el caos que producían con sus clases de maternidad.

Las náuseas me acompañaron los tres primeros meses, pero poco a poco desaparecieron, lo más espantoso fue, que muchas de mis comidas preferidas ya no podía ni probarlas porque acababa por asquearme de tan solo olerlas. Sin embargo, lo destacable y más hermoso del primer trimestre fue la primera ecografía en donde llena de nervios y tomada de la mano de Clarke, nos enteramos que no tendríamos sólo un bebé, sino que serían mellizos.

—¿¡Clarke es en serio?! — pregunté sonriente sin poder creer aquello. Clarke rio con sus ojos llenos de lágrimas y afirmó con su cabeza.

—¡Tendremos mellizos! — se estiró hacía mis labios y me regaló un cálido beso, que se mezcló con mis lágrimas.

—Aquí están. — señaló sonriente y de manera amistosa la doctora encargada de la ecografía.

—¡Son muy chiquitos Clarke! — Exclamé ahogada en emoción.

—Son nuestros chiquitos. —dijo conteniendo el llanto, mientras me tomaba fuerte de las manos.

—¿Está todo bien? ¿Ellos están bien? —quise quitarme la duda.

—Sí. Por ahora marcha todo perfecto. Así que no tiene nada de qué preocuparse. — Fue un gran alivio escucharlo, más allá de mi confianza.

Los controles y cuidados se incrementaron y fueron más seguido debido a que ahora eran dos en lugar de uno. Clarke volvió más rigurosos sus cuidados, estando al pendiente de todo. Tanto que a penas dormía. Aquello comenzó a preocuparme, y una noche que regresó tarde de una de las guardias, la senté y le hablé: Si ella no estaba bien ninguna de las dos lo estaríamos, e insistí que debía cuidarse también.

—Sólo quiero cuidarte y brindarte todo para que estés bien. Que los tres estén bien.

—¿Crees que no lo haces? Todos los días nos cuidas. —froté mi abdomen, el a duras penas sobresalía, hablando por los tres. —Tienes que tomártelo con calma, y no exigirte más de lo que puedes hacer. Haces demasiado y estas muy cansada. Mírate.

—Prometo tomármelo con calma.

—Gracias. — Me estiré para abrazarla y luego los cuatro nos fuimos a dormir.

***

Llegando al quinto mes, comenzó anotarse por completo el embarazo. Me sobresalía una delicada barriga que tanto mi madre como Abby envidiaron, provocando risas por parte de toda la familia ante las comparaciones con las suyas tiempo atrás. Ya para entonces me tomaba con gracia todo lo que aportaban con sus comentarios. Era consciente de que ellas demostraban su nerviosismo por la llegada de sus primeros nietos, de aquella manera, y sinceramente me causaban ternura, además de la alegría de ver como su lazo de amistad se había fortalecido y unido nuevamente.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora