Capítulo 47.5: Raven y Luna

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Raven POV

—¿Estás segura de que quieres entrar? —Pregunté dudosa y arrepintiéndome de traerla.

—Muy segura.

—Es raro e incómodo si te lo pones a ver de manera objetiva.

—Raven, deja de pensarlo tanto. Quiero hacerlo, es algo importante para ti. — Dejé escapar un suspiro, y sonreí ante el amor que Luna me demostraba en cada detalle.

Tomada de su mano, entramos al silencioso jardín en donde abunda descanso eterno y dirigí nuestros pasos hasta donde yacía O.

Luna hacía semanas que insistía en ir a visitarla, sabiendo lo que significaba para mí, pero cuando accedí no pensé en lo raro que era traer una pareja actual a ver la ex difunta. Era tan horroroso como irónico, tanto que contuve la risa por el chiste de la situación. Pero todo aquello desapareció, cuando al llegar, Luna distinguió la fría lápida que llevaba el nombre de Octavia, la acarició y le dedicó unas palabras sinceras que lograron conmoverme.

—Nuestra chica está bien, quédate tranquila que estoy intentando que sea menos terca, y creo que lo hemos logrado. Te prometo que no permitiré que te olvide, y confía de que la cuidaré mucho por ti. — apoyó una rosa roja allí, y luego, al ponerse de pie me abrazó.

—Gracias por eso. — se anudó mi garganta y no pude decir más. ¿Cómo era posible que la vida volviera a darme a otra persona tan maravillosa? Algo había hecho bien. No tenía idea qué, pero otra respuesta no encontraba.

—Te amo, y eso significa que te apoyaré y acompañaré en cada situación, así como también le daré el valor que merece tu pasado y sus heridas. Significa mucho para mí, que hayas compartido esta parte de ti. Quiero que entiendas que le doy la misma importancia que tú le das, y quiero que no te olvides de ella, sino que la recuerdes con el amor que aún le tienes.

—A veces siento que O se complotó con alguien para que aparecieras en mi vida y me salvaras de misma. Deseo pensar que fue así, porque no pudo haber elegido a alguien mejor. —Me incliné hacía a placa, la acaricié y le agradecí confiada, sabiendo que en donde sea que estuviera seguía cuidándome buscando que sea feliz.

***

Pasó más de un año desde que Luna y yo habíamos comenzado a salir, y se convirtió en uno de los mejores años de mi vida. Hacía tiempo que no existía tanta calma dentro mío, alivio, y mi humor estaba mejorado y potenciado.

A las semanas de comenzar a conocernos más en profundidad, viajamos a Praga por asuntos laborales de Luna. Cuando me pidió que la acompañe me resultó un tanto apresurado, pero luego pensé que tal vez no era tan mala idea tomar un descanso para pasear y conectar con ella mucho más; Y fue una muy buena elección porque disfrutamos de una semana perfecta. Paseos, descanso, y obviamente buen sexo. Conectamos al instante y la experiencia de hacerle el amor, lo que generó en mí, hizo que me sintiera un instante Clarke y Lexa y toda su cursilería de la que no se cansan de hablar, pero realmente me era imposible negar el sentimiento de sentirla tan parte de mí, y que aquello me aliviara tanto todo mi ser de una manera que asustaba. ¿Por qué ese sentimiento? Porque hay momentos en que la sensación de sentirse tan plena y feliz es tan grande que parece utópica, y lo que nos asusta, es que llegue el día de no sentirla más y regresar al vacío; sin embargo fue un pensamiento pesimista que deseché al instante, cuando advertí que estaba yendo por ese camino.  El autoboicot es normal en una persona que por mucho tiempo se sintió vivir en la miseria, pero el secreto está en no dejarse envolver por pensamientos de tal clase, y sentirse merecedores de cosas buenas. Somos capaces de enfrentar lo que sea si así lo deseamos, más allá de la dificultad que conlleve. Y siguiendo los consejos de Gaia, me mantuve en todo lo lindo que me generaba la presencia de Luna, para luego aceptar que merecía su amor y sus detalles. Un trabajo que llevó su tiempo, pero que se termina logrando con mucho esmero y amor propio.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora