Capítulo 41: Mi redención

1.1K 116 8
                                    


Clarke POV

—Yo no puedo creer que estés pensando en adoptar un gato para que Lexa se sienta menos sola mientras tu trabajas. — Se burló Raven, mientras firmaba un par de recetas.

—¿Es muy tonto? Creí que podría ser tierno tener una mascota. — Me encogí de hombros aun creyéndolo.

—Ustedes dos me matan desde tiempo inmemorables. — resopló y continuó. Esta vez mirándome. — Quieres regalarle un gato, regálaselo, pero no para que no te extrañe. Es tonto, y cursi, y... muy ustedes. No sé ni porqué me estresó. — Negó con su cabeza riéndose burlona a la vez que lanzaba el bolígrafo que tenía en su mano.

—Gracias por ser de tanta ayuda doctora Reyes. — Soné molesta y me senté en medio de un berrinche, en la silla que tenía a corta distancia. — Es sólo que...— Dejé escapar en un suspiro lleno de pesar.

—Ya... ya... Sé que quieres que no se sienta abandonada de nuevo. Pero Lexa entiende que es tu responsabilidad ser esclava de este hospital y te ama con eso y todo. — quise responder, pero mi amiga fue más rápida.

—Y no tienes que compensarla con nada. — Leyó mis pensamientos. — No vivas del pasado. Quédate con lo que hoy tienen y lograron. Además, para compensar un error está el sexo no el regalar un gato.— logró que una pequeña risa saliera de mis labios.

—¡Ay Raven! Que bien le haces a mi vida. — Acepté.

—De nada. — Guiño un ojo sintiéndose triunfadora, no sé de qué. Pero deje que disfrutara el momento.

—¿Cenas en casa esta noche? — quise saber mientras me ponía de pie.

—Cuenta conmigo. Acabo un tanto más tarde que tú, pero allí estaré.

—Vale, te esperamos entonces. — Me despedí de mi gran amiga y colega, y me encaminé al consultorio a continuar con el trabajo.

A pesar de los comentarios de Rae, el buscador de mi laptop se llenó de centros de adopción a los que iba echando un vistazo en los minutos libres entre paciente y paciente. Había muchísimos, así que aproveché y anoté el numero de un par. Guardé el papel en mi bata, y continué atendiendo las siguientes dos horas con la ansiedad disparada.

Luego de que, desde recepción me avisaran que por el momento estaba sin pacientes, al menos por la próxima media hora, dediqué ese rato a realizar las llamadas a los tres centros de adopción que había anotado.

Sólo uno terminó de convencerme, sobre todo porque era el único que estaría abierto cuando yo saliera del hospital.

Interminable fueron las horas siguientes hasta las 5 pm que me pude desocupar. Más allá de que Raven me había alentado a no pensar que debía compensar a Lexa por lo de África, aún tenía un poco de remordimiento, y mi único anhelo era que ella se sintiera valorada, cuidada, y que no la dejaría sola nunca más.

La culpa a veces puede ser demasiado pesada dentro de uno, y si existe es porque somos conscientes de que no actuamos como debíamos. Me llevaría mucho más tiempo perdonarme a mí misma que otra cosa... Suspiré y reí entre dientes de manera irónica, cuando me percaté por completo de que mi gesto era más para aliviar ese sentimiento de culpa que por el mero acto tierno de hacerle un regalo desinteresado a mi novia.

Ya no podía alimentar aquello, ya no podía seguir torturándome por lo que había pasado. Raven estaba en lo cierto. Tenía el presente y todo lo que junto a Lexa habíamos logrado.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora