° 29 °

3.8K 298 17
                                    

Lauren:
Camila se había ido ya hace unos meses, fue difícil acostumbrarme a estar sola, pero lo logré.
Mis turnos en el supermercado habían pasado a ser de todo el día.

–Buenos días.–Salude a mi madre, la casa tenía un peculiar olor panqueques.

–Buenos días, ¿No tienes trabajo?.

–No, Dinah le comento a Bradly que mañana Camila esta de cumpleaños, y él me dio tres días libres, ¡Tres!.–Expliqué exagerando.

–¿Y cuándo te vas hoy o mañana?.–Pregunto dándome mi desayuno.

–¿Irme?, ¿Á dónde?.

–A Los Ángeles, ¿No piensas visitar a tú novia por su cumpleaños?.

–No, creo que la llamaré.–Me encogí de hombros.

–Actúas como si no quisieras ir y verla, pero yo y la abuela jamás olvidáremos la cara de tonta que hacías cada que venía.–Me jaló la oreja suavemente sentándose frente a mi en la mesa, tomó el periódico y su taza de café.–Ten  cuidado, sé que tu serías incapaz de estar con alguien más, pero... Ella es más joven, las hormonas a esa edad nos hacen hacer cosas tontas... Debes ir a verla.

–Sabes que tengo miedo, los aviones no son lo mío.

–Todos le tenemos miedo a algo.

–No creo poder comprar un boleto para hoy.

–El primo de Bob trabaja en una aerolínea, te lo puedo conseguir, pero ve y haz tus maletas ya.–Me quejé pero tomé el plato con panqueques y subí a mi habitación.

Llamando a Camz

–...Su llamada será desviada al correo de voz.

Bueno, supongo que llegaré de sorpresa.

(***)

–¡Corre!.–Mamá gritaba como loca corriendo detrás de mi entre la gente.

Mamá milagrosamente conseguido el pasaje, apenas eran las 8 pm pero el vuelo se iba en unos minutos.

Cuando llegué a la entrada de pasajeros la mujer que estaba me miró mal.
Puse mis manos en mis rodillas tratando de recuperar el aire perdido.

–Se... Señorita, ¿Estoy a tiempo?.–Pregunte con miedo dándole el boleto.

–Si justo a tiempo.–Tomó todo lo anotó con rapidez.

–Saludala de mi parte y ten mucho cuidado.–Mamá me abrazo antes que entrará.

–Se lo diré, gracias mamá.–Me separé de ella con una gran sonrisa y me subí a esa peligrosa máquina.

Agradecí que el vuelo no iba muy saturado.

Les pedimos abrochar sus cinturones...

Dios ayudame no quiero morir.
Aún no he hecho pee pee en un arbolito.
Estaba aferrada al asiento con todas mis fuerzas cuando el avión comenzó a separarse del suelo, pero me reí en voz alta de mis pensamientos y varías personas me miraron extrañadas.

Al fin me atreví a ver por la ventana y ya estábamos en el aire, si no fuera por las náuseas y ese sentimiento de que el avión caerá y moriré, el lindo paisaje de Miami por la noche sería perfecto.

Me puse mis auriculares como mamá me dijo que hiciera para calmarme, y verdaderamente funcionó.

–“Esto es muy lésbico...”.–Pensé escuchando mi lista de reproducción, reí nuevamente y una señora al lado me miró asustada.

Escritos De Un Corazón Noble || Camren G!P ||Where stories live. Discover now