Capítulo 36: No te metas en mis asuntos

33K 1.2K 129
                                    

Oh ¿y ahora que se supone que debo hacer?

Miré a Brad, que se veía enojado, bajé la vista a sus puños apretados y suspiré.

Si no detenía aquello Brad iría a intentar sacarle la mierda a golpes en cualquier segundo. Y en base a lo que había apreciado en el instituto, no tendría éxito con Justin, por lo que pensé rápidamente como calmarlo.

Justin mantuvo presionada la bocina otra vez, provocando un sonido ensordecedor y mirándome con esa expresión de amenaza.

Tomé uno de los puños de Brad y lo acaricié, haciendo que se suavizara y me acerqué a su oído.

-Por favor, ve por mis zapatos

Él me miro con una ceja arqueada, creía que estaba bromeando.

-Por favor-pedí otra vez-mañana nos veremos en el instituto ¿si?-pregunte calmada.

Brad me miró por un rato, evaluando mi expresión, mientras la bocina del auto de Justin rompía cualquier tipo de paz que pudiese existir.

-Está bien-susurró él y se adentró a su casa, aproveché para poner mi camiseta y mi cabello en orden observándome en el enorme espejo que había en la entrada de la casa de Brad, y evité mirar en dirección al auto de Justin, sabia que el estaba acribillándome con la mirada.

Maldita sea, ¿quién se creía? Era exasperante.

Brad volvió casi al instante con mis zapatos en su mano y mi teléfono, que había caído en alguna parte de su habitación mientras jugueteábamos.

-Gracias-susurré con una sonrisa y luego de ponerme mis zapatos, no lo dudé, enredé mis manos en su cabello y planté un beso en el medio de su boca, él, sorprendido, tomó mi cintura con una de sus manos.

La bocina de Justin, que desde que Brad había desaparecido dentro de la casa había cesado, volvió a sonar, haciéndonos separar con un bufido.

-Adiós-murmuré y caminé con piernas temblorosas al auto de Justin.

Me incliné, apoyando mis brazos en la ventana del copiloto y entrecerré mis ojos en su dirección.

-¿Que sucede?

Justin enarco una ceja, aún llevaba ese traje y desde donde estaba se podía oler su perfume.

Tan, tan lindo.

Pero de ningún maldito modo iba a demostrar el efecto que ya estaba produciendo en mí.

-¿Que sucede?-repitió sonando frustrado.

-Si, te dije que vendría a la casa de Brad ¿cuál es el problema?

Inspiró bruscamente, estaba enojado, podía notarlo.

-Tu madre dijo que vendría por ti y me ofrecí a buscarte.

Fruncí el ceño, ¿mi madre? ¿ir a buscarme a la casa de Brad?. La Clarise que yo conozco, normalmente solo reiría y diría "espero que usen condón".

-Así que vámonos-agregó-es tarde

Volví a fruncir el ceño, pero no creí que él estuviera mintiendo, de todos modos ¿para que lo haría?, así que abrí la puerta y me subí en el asiento del copiloto.

Justin condujo en silencio, con el semblante serio y los ojos en la carretera, mientras yo repiqueteaba mis uñas en el posabrazos intentando cortar con ese incómodo silencio.

-¿Lo hiciste?-preguntó de repente, sin mover los ojos de la carretera ni una vez.

Hice una mueca de confusión y miré para todos lados, dudando si él estaba hablando solo, o si hablaba conmigo.

-Dime Emma ¿lo hiciste?-repitió del mismo modo.

-¿Que cosa?-pregunté confundida, ese hombre era realmente desconcertante.

Cuando creía comenzar a conocerlo mínimamente me demostraba que estaba muy lejos de hacerlo.

Él suspiro y me miró por un segundo, para después volver su vista a la carretera.

-Si lo hiciste, ¿follaste con Brad?

¿QUE?

Abri la boca y luego la cerre

Madre mía que hombre mas directo.

Fruncí los labios y moví mis ojos en todas las direcciones posibles, sin saber bien que responder.

De todos modos ¿por qué le importaba?

-Eso es algo que no te incumbe-escupí bruscamente, porque me cabreaba extremadamente su forma de creerse que tenía algún derecho para preguntar una cosa así luego de lo que había dicho en la tarde.

Los ojos de Justin se abrieron en sorpresa, sus gruesas cejas elevándose, y volteó a mirarme despacio.

Él aún no se creía que le hablara así.

Se sentía bien sorprenderlo y destruir su muralla de confianza y tranquilidad.

-Eso es un si-dijo apretando los dientes, su mandíbula marcada a lo largo de su rostro.

-No, es un no te metas en mis asuntos-sonreí abiertamente.

Sus fosas nasales aletearon con su respiración frenética.

Oh si, el estaba muy cabreado.

Y yo estaba algo divertida con ello.

-Y dime ¿él sabe que lo engañaste?

-¿Que?-fruncí el ceño.

Lo vi sonreir

-Digo, ¿no eras tu la que estaba con sus piernas enrolladas en mi cintura y prácticamente teniendo un orgasmo en mis brazos hoy en la mañana?-preguntó, la calma presente en cada una de sus palabras, y una de sus manos pasando lentamente por su cabello despeinándolo.

Mi boca cayo abierta y lo vi sonreír otra vez, disfrutando de mi expresión.

Maldito cabrón.

-Brad no es mi novio y si lo fuera, no ha pasado nada, ¿lo olvidas? eso fue un error-dije arrugando los labios.

-¿Lo que pasa en los armarios se queda en los armarios?-sonrió, esa sonrisa egocéntrica de Justin Bieber.

-Exacto-asentí, quitando rápidamente mis ojos de él.

Cuando mire por la ventana, ya habíamos llegado a la casa de Amber.

Mierda, que rápido y que...intenso.

Cuando volteé a mi izquierda otra vez, el rostro de Justin estaba tan cerca que podía oler su aliento fresco.

-¿Que haces?-fruncí el ceño, pero él no contesto, tomó la parte trasera de mi cuello y unió sus labios con los míos en un beso salvaje y necesitado como ningún otro.

Sus manos se escabulleron entre mis piernas acariciando mis muslos y haciéndome tiritar, y su lengua asalto la mía, acariciándola y luego mordiendo mis labios.

Sentí mi cuerpo entero hormiguear en aprobación, y mi entrepierna dolía, exigiendo ser tocada por él.

Cuando nos separamos, mis manos estaban agarrando fuertemente los lados del asiento, y ambos estábamos respirando con dificultad.

-¿Que fue eso?-gemí, sin entender nada.

-Otro error-sonrió encogiéndose de hombros y sin decir mas, se bajó del auto dejándome sola y con la palabra en la boca otra vez.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora