Capítulo 23: Nadie es perfecto, nena

35K 1.1K 62
                                    

Sentí un frío inmenso inundarme, estaba asustada como la puta mierda.

Amber pareció perdida por unos minutos, parpadeaba y me miraba como si fuese una película en pausa.

-¿Que dijiste?-murmuró cuando por fin pudo hablar, con una expresión de horror plasmada en su rostro.

-Lo que escuchaste-suspiré-no soy capaz de repetirlo

Sus ojos viajaron de mi a algún punto de la habitación, como si estuviera analizando lo que acababa de decirle.

Justo cuando creí que se había vuelto lela, o que estaba ideando las mil y una formas de saltar a mi cuello y proporcionarme una muerte dolorosa, ella apretó los labios, y luego río... ¡Si! Se rió.

Me quedé mirándola atónita, incapaz de creer que mi mejor amiga fuera tan idiota.

-¿De qué mierda te ríes?-chillé

-¡Pues de ti!-dijo elevando sus manos al aire-mierda Emma, tienes el gusto jodido-comentó sin dejar de reír, y sólo entonces respiré tranquila.

-Joder Amber, me asustaste-gemí llevando una mano a mi pecho.

-Eres asquerosa-sonrió negando con la cabeza, enarqué una ceja y sonreí divertida y más relajada.

-Lo dices porque es tu padre, pero yo y todas las hormonas femeninas de esta tierra sabemos que tu padre está buenísimo

Ella puso una cara de horror que me hizo estallar en carcajadas.

-¡Asco, asco, asco, asco!-dijo rápido, haciéndome reír mas fuerte.

-Tu no lo entiendes-sonreí.

-Espera-frunció el ceño de pronto-¿de qué clase de atracción hablas?

Me sonrojé como nunca antes en mi vida y decidí que si iba a decirle la verdad, lo haría por completo.

-Pues...él...-mordí mi labio y tapé mi boca con mis manos para luego decir rápidamente-él me atrae como para amarrarlo a una cama y follarlo toda la noche

Ella abrió su boca en una gran 'O' horrorizada y saltó de la cama, sacudiendo su cuerpo como si estuviese empujar esa idea fuera de ella.

-Oh maldita perra, me pagarás por haberme hecho imaginar eso ¡Que asco!-gritó ahogada y se sacudió en un escalofrío

Reí escandalosamente y sostuve mi estómago con mi mano, porque si bien lo que le había dicho era la pura verdad, en parte lo hacía para fastidiarla.

-Es mi jodido padre-chilló

-Lo sé, pero esta buenísimo-me encogí de hombros

Su cuerpo se tambaleó una vez más en un escalofrío haciéndome reir.

-Definitivamente eres asquerosa, joder, ni siquiera entiendo en qué momento pusiste tus ojos en él-dijo ella con cara de desagrado, como si no entendiera en qué momento la idea cruzo mi cabeza.

-No lo se, no creo haber puesto mis ojos en él, realmente es algo que no creo que controle-respondí sonrojándome furiosamente.

-Emma, es un maldito anciano-se quejó.

-No lo es-me quejé frunciendo mi ceño.

-Si que lo es- dijo remarcado sus palabras, y después me miró fijamente-¿creíste que me enfadaría?

Por Dios, por supuesto que creía que se enfadaría ¡era su padre!

Asentí con la cabeza, y ella chasqueó la lengua para posteriormente negar con la cabeza.

-¿A quien le importa? de todos modos sólo es un tipo que dice ser mi padre-se encogió de hombros-además mamá siempre me dijo que las mujeres suelen caer como moscas muertas a su alrededor

Sentí una punzada apretar mi pecho, y por un segundo imaginé la situación.

Bueno, quiero decir, no me sorprendía para nada que las mujeres se volvieran locas por él, podía notarlo en mí misma, y la noche de la fiesta, cuando el mundo pareció detenerse a su alrededor. Y si bien eran las mujeres las que parecían morir por él, su presencia no pasaba inadvertida por nadie.

Y lo más atractivo de él era que no parecía notarlo, o incluso, si lo notara, no parecía importarle.

-Amber...¿qué con tu madre?-pregunté, de repente sintiéndome curiosa.

-¿Que hay con ella?-preguntó mi amiga, sentandosé otra vez a mi lado.

-Ellos ¿están casados verdad?

Ella asintió con la cabeza pero rodó los ojos.

-Si, pero ellos no se aman-dijo como restándole importancia-ni siquiera entiendo su relación, ni por qué siguen juntos

Amber hizo una pausa, se puso de pie y comenzó a cepillar su cabello rubio.

-Es decir, ni siquiera entiendo que hace él aquí

-No te enfades-rogué señalándola, y ella me miró expectante-pero realmente creo que él está aquí para ser tu padre, no veo que haya otra intención de su parte

Sus hombros cayeron y entonces supe, que había metido la pata

-Bueno, eso es extraño ¿no? el tipo se desaparece más de la mitad de mi vida y ahora aparece pretendiendo...todos pretenden que lo considere mi padre-se corrigió, dejando el peine sobre su mesita de luz y cruzándose de brazos con la mirada perdida.

-Lo lamento-hablé bajo-sé cuan difícil es esto para ti, y tienes toda la razón del mundo en estar enfadada, porque él realmente no estuvo ahí para ti cuando lo necesitaste-ella asintió frenéticamente con la cabeza, enfadada-pero...también sé, que Justin te quiere mucho y se preocupa por ti, aunque haya cometido un gran error

Sus ojos mieles se clavaron en los míos cafés casi acribillándome.

-¿Que dices?-gruño con voz autoritaria

-Solo la verdad-me defendí, ella rodó los ojos- Amber, el hombre ha conservado una insignificante taza blanca por mas de diez años, sólo porque fuiste tú quien se la obsequió-hablé rápido recordando aquella conversación con Justin.

Mi amiga frunció el ceño como si no entendiera de lo que estaba hablando, pero luego su expresión se volvio blanda y sus ojos decayeron, cristalizándose.

-¿La conserva?-preguntó mirándome confundida.

-Si-apreté los labios- y también recuerda cada detalle de cómo fue que la conseguiste, él ha dicho cosas hermosas de ti, y aunque tú no lo creas, he notado que sabe y recuerda mas cosas sobre ti de las que tu crees-finalicé

Ella se quedó en silencio, una sonrisa floja tirando de sus labios, pero finalmente su orgullo cedió y apretó los labios volviendo su vista a mi.

-Eso no cambia el hecho de que estuvo ausente los ultimos diez años de mi vida

-No lo hace-negué con la cabeza-no creas que defiendo ni justifico lo qué pasó, se muy bien cuan ausente ha estado el en tu vida, pero tambien se, que aunque actúes como si no te importara esto te molesta...y mucho-hice una pausa al ver su rostro decaído- no estoy pidiendo que lo trates como si siempre hubiese estado ahí, pero realmente no quiero que pierdas una oportunidad de ser aún más feliz-me puse de pie y me paré frente a ella, frotando sus brazos con mis manos- lo único que te pido es que le des una oportunidad, el beneficio de la duda

Amber frunció los labios y vi la duda en sus ojos.

-Nadie es perfecto, nena-agregué-tú y yo sabemos que Justin es un buen hombre y se merece aunque sea eso-murmuré- todos merecemos una segunda oportunidad

Luego de lo que pareció una eternidad en silencio por parte de las dos, Amber levantó la vista del suelo y con una sonrisa de lado asintió en mi dirección.

-Está bien, le daré otra oportunidad

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora