Capítulo 96: Fin

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Justin tomó una ducha mientras me encargaba de preparar la cena, había buscado en internet una receta que fuera interesante y no demasiado complicada, y había encontrado las instrucciones para hacer Ratatouille, era perfecto porque siempre había deseado probarlo, por la película, claro está, y además ¡era una receta francesa!.

Justin tenía su cocina equipada con cientos de cosas, y tenía todo lo necesario allí, así que crucé mis dedos esperando no hacer un desastre y puse manos a la obra.

Luego de hora y media de cortar verduras, cocinarlas, hacer la salsa y luchar con ese moderno horno que no tenía idea cómo se prendía, logré algo bastante similar a un Ratatouille, o eso parecía cuando lo introduje por ultima vez al horno.

Mientras terminaba de cocinarse, puse los cubiertos y platos en la mesa de la cocina, y dos copas muy bonitas de los varios tipos que tenía Justin.

Estando allí había descubierto que a él le gustaba mucho cenar y almorzar tomando vino, aunque todos allí lo hacían, lo había apreciado en los restaurantes.

Al buscar en uno de los gabinetes de la cocina encontré varias botellas cerradas, y sin tener idea de que debía elegir, tomé una botella de vino blanco cuya etiqueta me pareció llamativa.

Cuando giré sobre mis pies para buscar un abridor, Justin se apareció con su paso lento y sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

Me quedé congelada en mi lugar y apreté el cuello de la botella bajo mis dedos mientras lo veía caminar cerca.

Traía pantalones chinos de color negro que llegaban a sus tobillos, una camisa por fuera de ellos de color rojo oscuro, casi bordó, con tres botones desprendidos, sus tatuajes a la vista, zapatillas negras y una cadena corta y plateada alrededor de su cuello.

Cristo, jamás lo había visto con ese tipo de pantalones, lo hacían ver más joven. Tampoco había visto ese color rojo tan oscuro y espectacular en él.

Agradecí que la botella permaneciera en mi mano, de pronto mi cuerpo entero se sentía como gelatina.

-Joder-susurré con mi último aliento.

Él volvió sus ojos a los míos, y sonrió dejándome aún más maravillada de lo que ya me encontraba.

-¿Está muy mal?-preguntó, sus eternos dientes blancos brindando una sonrisa egocéntrica.

Hombre, él sabía que se veía bien, y su seguridad era casi deslumbrante.

-Está muy bien-murmuré devolviéndole la sonrisa y agradecida de que él hubiera recuperado su buen humor.

-¿Qué haces?-preguntó acercándose a la cocina.

Puse mi mano sobre su pecho, deteniéndolo.

-La cena, es una sorpresa, siéntate-guiñé un ojo.

Él me miró sorprendido y bastante divertido, como si no se creyera que estuviera haciendo una cena elaborada para él.

Bueno, no era tan mala en la cocina como él y Amber lo eran.

Él tomó asiento en su lugar y abrió la botella de vino mientras me encargaba de llevar la cena a la mesa, disfruté muchísimo de su expresión de satisfacción y sorpresa al ver mi comida.

Y más aún cuando luego de probarlo soltó una risa viéndose impresionado y me felicitó.

Cenamos en la luz tenue de una vela encendida sobre la mesa, y con la brisa de la noche entrando por uno de los grandes ventanales de su cocina, Justin se veía tan feliz como lo había visto más temprano en el crucero, y ya deseaba desesperadamente ver su reacción cuando Dominic me llevará su regalo.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora