Capítulo 78: No te vayas

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Sentí mi corazón hincharse ante sus palabras, y una enorme oleada de seguridad invadió mi cuerpo, haciendo que me sienta indudablemente protegida por él.

-Gracias-dije en voz baja, cerrando mis ojos ante la sensación de sentirme protegida y segura con él.

Cuando nos separamos, Justin volvió a tomar asiento en la cama, y palmeó un lugar a su lado, indicándome que me sentara con él.

Junté mis manos con nerviosismo y le hice caso, observándolo detenidamente, porque me intrigaba tremendamente que haría con lo que le había contado.

Cuando estuve frente a él, sus ojos dorados como la miel me observaron sin vacilamiento alguno, y junto sus labios en una línea.

-¿Por qué no me lo dijiste Emma? Creí que confiabas en mi

Mi corazón se estrujó dolorosamente ante la idea de que se sintiera decepcionado de mí.

-Confió en ti-asentí, volviendo mis ojos a los suyos, sólo siendo capaz de mantener su mirada por unos segundos sin sentirme tremendamente intimidada.

-Entonces ¿por qué no me lo dijiste?-preguntó, vi cuando sus manos tomaban las mías, y cuando elevé mi vista hacia el, su mirada era la de un cachorro herido-no habría dejado que te lastime otra vez

Suspiré fuerte, y traté de ordenar mis pensamientos para poder ser lo más sincera posible con él.

-No quería ser una molestia para ti-

Fui interrumpida por un bufido de molestia de su parte, pero continué hablando.

-Y por otro lado, creo que de algún modo me negaba a aceptar que él fuera esa clase de persona

-Joder-espetó el, apretando mis manos bajo las suyas-siempre supe que ese imbécil era un problema

En silencio, elevé mis cejas en sorpresa, dándome cuenta de que Justin nunca lo había soportado y hasta ese momento no había entendido el por qué.

Era como si tuviera un mal presentimiento sobre él desde el principio.

-Juró que lo buscare y lo mataré, haré su vida miserable-siseó tras dientes apretados-no puedo creer que se haya atrevido a jodidamente tocarte

Él parecía realmente desesperado, y como si la idea no pudiera ser creíble en su cabeza.

Sonreí sin gracia y apreté sus manos junto a las mías.

-Te quiero-murmuré.

Justin suavizó su mirada de un momento al otro, sus hombros cayeron, como si lo hubiera tomado con la guardia baja.

-También te quiero Emma

Sentí un hormigueo violento e incesante en mi estómago, y una enorme necesidad de que el me quiera de la misma manera que yo lo quería.

De pronto recordé qué me había llevado a buscarlo en primer lugar, y la pequeña satisfacción de tenerlo allí conmigo se drenó fuera de mi cuerpo, dando lugar a un sentimiento irreparable de angustia.

-Por favor, no te vayas-pedí.

Y no me importaba rogarle, no me importaba que sonara tan malditamente triste, no me importaba que no me amara, no me importaba que nunca pudiéramos estar juntos.

Joder, si fuera necesario olvidaría cualquier tipo de relación con él, pero no podía aceptar que se fuera lejos, no podía aceptar la idea de no verlo nunca más, no podía aceptar la imagen de Amber siendo jodidamente miserable por él.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora