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Narra Seungjae.

sentado de rodillas en mi cama mientras miraba hacia la ventana podía verlo dormir. sus pestañas eran tan grandes y se ajustaban tan bien a la forma de sus ojos. el sol iluminando sus pecas solo lo hacían ver más surreal de lo que ya lo imaginaba.

abriendo sus ojos lentamente Noah se despertaba. su ingenuidad y cara de desvelado era un tanto tierna. aquellas ojeras y el cabello desordenado era una vista más hermosa que cualquier locación en la isla.

Noah se levantó de la cama estirando sus brazos. un poco mareado camino aún semi despierto hacia la ventana y al verme ahí enfrente sin playera y solo mi pantalón de vestir negro abrió los ojos como si hubiera visto un fantasma. al menos así lo despertó por completo.

"buenas, forastero." dije tratando de ocultar una risa ante la reacción del menor.

"buenos días..." dijo perplejo mientras observaba obviamente a mi piel descubierta.

"¿días? forastero son las 12 de la tarde." dije obvio y indiferente mientras el menor comenzó a ponerse nervioso y preocupado.

"¿que? ¿ya es tan tarde? no, necesito cambiarme. seguramente mi tía ha de estar furiosa y..."

"tranquilo. tú tía toco tu puerta pero al recibir no respuesta la escuche decir que lo mejor era 'dejarte dormir otro rato'. el que estaría en problemas sería..."

"¡Seungjae!" se escuchó el grito de mi mamá desde el comedor. "¡ya es tarde! tenemos que estar en la iglesia a la 1!"

"¡voy!" me levante de la cama y camine hacia mi ropero sacando una camisa blanca. "¿ves? los sacrificios que me haces hacer por ti, forastero."

las mejillas de Noah se tornaron rosas al escuchar esto y su reacción sólo hizo que mi sonrisa creciera más. aclarando su garganta el de ojos color avellana camino hacia su pequeño ropero. "¿que debería vestir?"

"ropa." dije obvio solo para recibir una mirada molesta de parte de Noah. "camisa y pantalón de vestir. recuerda que es una iglesia."

"cierto..." Noah comenzó a inspeccionar su guardarropa y sacó una camisa color blanca y pantalones color azul acero.

"veo te gusta el color azul." dije señalando su pantalón.

"y veo que tú el rojo." dijo el mientras con su barbilla señalaba las prendas de mi ropero las cuales en su mayoría, si, eran de color rojo.

"siempre ha sido mi color preferido hasta ahora." dije un tanto orgulloso.

"¿hasta ahora?" preguntó confundido el forastero.

"no se. como que ahora adoro el color avellana." dije en ese tono orgulloso mostrándole mi mejor sonrisa de galán. esto solo ganando otro tono de rosa en las mejillas del menor.

"¡Seungjae! no me hagas bajar por ti." se escuchó la voz de mi mamá.

"si, esa es mi señal." agarre mi corbata color negra y la coloque alrededor de mi cuello. "nos vemos en la iglesia de la ciudad. es unas cuadras más de la plaza. adiós, forastero."

"adiós..." dijo el mostrándome ahora esa sonrisa dulce que hizo que mi corazón diera una voltereta de 360 grados.

bajando las escaleras estaba acomodando mi corbata. en el comedor ya estaban mis papás casi terminando de desayunar. al verme, mi mamá se levantó de su silla y camino hacia a mi para ayudarme con la corbata. "bonitas horas de despertar, jovencito." me regaño.

"lo siento." alce mis hombros al disculparme.

"aún así, Seungjae. no son horas para despertarse. solo tienes tiempo para comer una tostada y jugo. tenemos que llegar a la hora." me regaño ahora mi papá.

"ya se, ya se." dije disculpándome mientras mi mamá terminaba de arreglar mi corbata. "de echo, quisiera presentarles a alguien hoy. va a estar en el evento."

"¿alguien? ¿una muchacha?" interrogó mi papá.

"¿y qué hay de Sohye?" preguntó mi mamá.

"¿que? no. no, no, no. no es una chica. y Sohye es solo mi amiga. les quiero presentar a un... amigo. un amigo que conocí reciente."

"¿se acaba de mudar?" preguntó mi mamá.

"algo así." dije sentándome a preparar mi tostada con mermelada de mandarina. "de que es nuevo. es nuevo."

"que bueno qué haces más amigos. siempre has sido así." comentó mi papá tomando de su jugo.

"claro. yo siempre, ¿verdad?" reí nervioso mordiendo de mi tostada.

"bueno, entonces apúrate a desayunar. si queremos conocer a ese amigo tuyo..." agregó mi papá.

"¿oye papá?" tome un sorbo de mi jugo. "¿tú alguna vez has visto gente con otro color de ojos aquí en la isla?" pregunté.

"¿color de ojos? los azules y verdes e incluso morados de los forasteros que vienen. parecen aliens." comentó mi papá mostrando su desprecio hacia los forasteros.

"no esos colores. hay otros, ¿no? no sé... ¿cómo el color avellana?" dije tomando otro sorbo de mi jugo pero al escuchar esto mi papá casi se ahoga con el suyo.

"¡Seungkwan!" mi mamá corrió atrás de él y le dio unos leves golpes en la espalda para ayudar a calmar su tos. cuando por fin recuperó su postura mi papá solo tragó un poco de saliva y me miró extrañado.

"¿que dijiste?" preguntó el pero mi mamá interrumpió. "ya, ya. ya se nos hace demasiado tarde." dijo levantándome de mi lugar. "te comes la tostada en el camino. solo no te... solo no te ensucies." agregó mi mamá prácticamente jalándome fuera de la casa con ella. "¿querido?" le hablo a mi papá quien parecía en un transe.

"s-si.... vamos." dijo el mientras se levantaba de su silla y agarraba su saco.

"Sohye se va a quedar con la boca abierta de verte tan guapo." dijo mi mamá sacudiendo algunas migajas de tostada de mi camisa mientras salíamos de la casa.

"¡ya les dije que Sohye es solo mi amiga!" alegue pero solo recibí un leve golpe en el hombro por parte de mi mamá.

ya afuera como siempre fuimos caminando hacia la iglesia. y cuando pasamos por la plaza y sobre todo el quiosco color blanco solo pude recordar al chico de cabello castaño oscuro, pecas y pestañas largas con una sonrisa en el rostro.

enserio. parece ser que el color avellana es mi favorito ahora.

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