Capítulo 15: Cena familiar

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-¡Papá!- Exclamó Clarke antes de abrazar a su padre.

-Hola pequeña. Te he echado de menos. Tienes abandonado
a tu padre.- Besó su frente y aquella imagen me causó ternura y a la vez un dolor grande en el alma. Tomé aire y dibujé una sonrisa en mi rostro.

-¡Mira a quien tenemos aquí!- Estiró sus brazos hacia mi.

-Jake.- Y dejé que sus brazos me envolvieran y acogieran. Cuánto cariño tenían y daban los Griffin, siempre me habían hecho sentir amada y cuidada. Está vez, no era la excepción.

-¿Cómo has estado pequeña?

-Bien. Ahora mucho mejor por
suerte. - Le dediqué una mirada cómplice a Clarke, y enseguida me devolvió otra tan cómplice como la mía.

-Ya veo... - Respondió Jake, sonriente, mirándonos a ambas. Me sonrojé de inmediato al notar que habíamos sido muy obvias.

-Llegaron justo. La cena está lista. - Exclamó entusiasmada Abby salvándonos del momento un tanto incómodo, delante del padre de Clarke. Pero bueno, era cierto que tener a Clarke cerca había mejorado muchísimo todo. Así que, no me preocupaba que se mal interpretara, o bien, se descubriera nuestra realidad.

La cena transcurrió relajada y de lo más entretenida. Los anécdotas se hicieron presentes, y las risas invadieron aquel comedor. Hacía tiempo que no me sentía tan en familia, sin embargo pesaba y dolía que no fueran mi propia familia. Pero, esa noche, traté de que todo aquello no pesara. Tan solo debía disfrutar la velada, recordando todos los buenos momentos.

Luego del postre, ayudé a Abby a juntar la mesa y lavar la loza, mientras Clarke discutía acerca de temas médicos y de ingeniería con su padre. No entendía como lograban poder saltar de un tema al otro sin enredarse. Verlos charlar tan compenetrados y con tanta pasión, era gratificante.
Jake era un ingeniero químico, especializado en el medio ambiente. Se encargaba de la elaboración y preparación de métodos de recuperación de residuos y temas relacionados a la preservación ambiental. Algo qué con Clarke podían debatir por horas, porque sus profesiones tenían un punto en común, el ser humano y su bienestar. Realmente escucharlos hablar daba gusto. Además, de que la relación padre-hija que mantenían, era especial, amena y hermosa. Siempre lo había sido.

-¿Cómo has estado cariño? - Preguntó Abby, y supe hacia dónde iba dirigida la pregunta.

- Si debo ser sincera, no fue nada fácil, y me he sentido muy sola. - Suspiré y me encogí de hombros, tratando de que el tema no me afectara, mientras terminaba de secar los platos.

-Oh cariño. Lo siento tanto. No mereces nada de eso. Y sabes que no estás sola, aquí estamos nosotros para ti. Jamás estarás sola Lexa. -En su mirada había compasión de madre.

-Lo sé. Y aprecio demasiado el cariño que me tienen, y que siempre tuvieron conmigo. Los considero mi familia también. Sólo que a veces... Extraño tantas cosas Abby. - Mi voz demostraba un poco de angustia y nostalgia.

-Tus padres son buenas personas, sólo están un tanto cegados, pero ten fe cariño, que todo va a mejorar. Con tu madre sobretodo... -Asentí dejando a un lado el trapo con el que secaba los platos, y me crucé de brazos, apoyándome contra la mesada de la cocina. Medité unos segundos y dije:

-¿Crees que todo puede llegar a ser como antes?

-Ellos te aman Lexa, y nada cambiara eso. Entenderán que la felicidad de un hijo es lo único que importa. Si tu eres feliz, ellos lo verán y también lo serán. No pierdas la fe. - Se acercó y me enredó en un abrazo maternal reconfortante y lleno de paz.

¿Casualidad o destino? [CLEXA AU]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang