Un corazón roto

6.1K 299 5
                                    

—Lu... Lucy vamos al pueblo —sugirió Levy con nerviosismo en su mirada.

—¿Qué sucede Levy? —interrogué preocupada.

No entendía el motivo de su reacción. De reojo vi la silueta de Lysanna acercarse a nosotras, estábamos demasiado apartadas del resto para que estuviese solo de paso. Mantuve la mirada fijada en Levy, todo el tiempo

—Rubia —susurró llamándome—. Como puedes ver, Natsu es solo mío —anunció con una mirada maliciosa. Estaba a espaldas del resto, nadie podía ver sus expresiones—.

—¿A qué te refieres? —cuestioné.

—Ah —alargó—, ¿No lo sabes? —preguntó entre risas de mal gusto—... Este símbolo significa la unión que tuve con Natsu mientras me entregaba su corazón

—Venga Lucy vamos —sugirió Levy.

—Solo dame un momento —alegue mirando sus ojos. Me levanté de la silla –. Wao, sería mucho más interesante si me importase —alegué sarcásticamente con una sonrisa, mientras me tragaba el nudo que tenía en la garganta. Ella soltó una risilla—.

—¿No te interesa? Entonces te puedo contar lo que me dijo Natsu mientras estábamos juntos.

—Lysanna Basta —advirtió Levy

—Cállate enana —amenazó fulminante a Levy y luego me miro —. Eres todo para mí, no necesito a nadie más, te quiero solo para mí, te amo, no me gustaría Lucy ni en un millón de años —susurró—, eso lo que me dijo anoche —confesó con una sonrisa—.

—Lysanna, cuando tu vida privada me interese hablamos.

Tomé mi bolsa y guardé la carta de Sting mientras me fulminaba con la mirada. Levy me siguió afuera del gremio, cuando estuvimos lo suficientemente lejos me tire al suelo, tape mi cara con mis manos y empecé a llorar sin consuelo, ella me daba palmaditas en la espalda, pero me sentía destrozada. Nadie dijo nada, ningún miembro la frenó y ni siquiera mis "amigos" voltearon a mirarme. No me di cuenta cuanto tiempo estuvimos de esa forma. Me levanté para ir a casa acompañada por la pequeña.

Camine hacia mi apartamento y al entrar me di cuenta que la pared tenia escrito "Él es solo mío perra"—¿Realmente alguien tan infantil se las había arreglado para aislarme en el gremio?—, cuestioné.

—¿Qué harás Lucy? —preguntó con una mirada llena de preocupación.

—No lo sé Levy —confesé abrazándola.

Al día siguiente Virgo me ayudo a limpiar esa "sorpresa" cortesía de Lysanna. Al finalizar me dirigí al gremio, no podía decepcionar a mis queridos amigos celestiales después de prometer que no dejaría que alguien como Natsu o esa víbora me afectaran.

Al entrar al gremio todos me miraban fulminantes, murmuraban cosas que no podía escuchar y a medida que iba caminado se apartaban del camino, mirándome con desprecio, llegue a la barra y me sorprendió que Mira también me veía así.

—Normalmente me ignoran y ahora parecen querer matarme ¿Qué les pasa? —cuestioné anonadada por la situación.

—¿¡Cómo pudiste Lucy!? – increpó Natsu golpeando la barra y provocando que me sobresaltara.

—No entiendo de que hablas —aseguré confundida—, ¿me perdí de algo?

—No te hagas la ignorante Lucy —amenazó entre dientes. Me estremecí, al ser la primera vez que dirigía ese tipo de mirada hacia mí—. Golpeaste a Lysanna ¡Maldita! —acusó apuntándome con su dedo.

—¿Pero de qué hablas? Yo estuve la tarde entera con Levy y no tengo razones —alegué con firmeza.

—Si la tienes, todos sabemos que estas celosa de ella y el odio que le tienes, pero como la odias a ella me repugnas —argumentó. Me levanté golpeando la barra. Ese fue un golpe bajo para mí.

—Tolero que me ignoren sin razones, pero no que me acusen falsamente —advertí con la sangre hirviendo—, si fuese celosa le hubiese hecho algo antes ¿No crees? Yo no me rebajo al nivel de esa pu—antes de poder terminar Mira me dio una cachetada—.

—De mi hermana no vas a hablar así —amenazó molesta, sin esperar que le devolviese el golpe.

—No pienso tolerar que me traten así cuando soy inocente —recalqué. Salí molesta y con algunas lágrimas rebeldes recorriendo mis mejillas.

Mientras caminaba sin rumbo, me topé a Levy en el camino. Asustada por mi estado empezó a interrogarme hasta que termine explicándole lo sucedido.

—Ellos no te perdonaran, no como han sido contigo ¿Lo sabes? —comentó con tristeza.

—No necesito que me perdonen porque no hice nada malo —proclamé secando mis lágrimas—.

—Lo sé —confesó mientras me abrazaba—... ¿Qué harás? ¿Te iras? —interrogó en susurros.

—No lo sé... Necesito pensar.

Un  nuevo comienzo -Stinglu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora