Una nueva amiga

8.5K 379 41
                                    

La pelea entre los cazadores de dragones de Saberthooth y Fairy Tail, me llenaba de preocupación. En mis adentro no podía dejar de apoyar a mi querido Natsu. Una sonrisa se asomó por mis labios, pero rápidamente mordí el inferior. La impotencia me consumía, mi debilidad contra Minerva, me había afecto más de lo que aparentaba. Estando sola, en la cama de la enfermería, las lágrimas se escapaban de mis ojos. Agradecía que todas las personas estuviesen pendientes de las batalla porque, el ser vista en este estado, no haría más que romper mi corazón o, más bien, los pedazos que quedaban. Ahogada en sollozos, me pareció escuchar la voz de Natsu, pidiéndome confiar en él. Quizás fue alguna magia de telepatía, pero parecía que mis sentimientos lo habían alcanzado.

—Confío, realmente lo hago... —susurré, con mis dedos entrelazadas frente a mi pecho—. ¡Confío en ti, Natsu! —Aquello había sido casi un grito, distorsionado por mis sollozos—.

Al sentir dos brazos rodearme abrí mis ojos. La oscura mirada a través de las celestes gafas de Loke, me sorprendió. Con una sonrisa limpió mis lágrimas y volvió a envolverme en sus brazos para cargarme. Él era cálido, su agarre lograba reconfortarme.

—Has eso.

Mi cabello empezó a elevarse suavemente y la habitación a iluminarse por un círculo mágico. Sabía lo que eso significaba. Cerré mis ojos, esperando una caída que nunca llegó.

—Loki, regrésame, no quiero que pasen tres meses por estar aquí.

—No te preocupes, hicimos que el tiempo se detuviera.

¿Acaso había escuchado bien? Una pequeña risa se escapó de mis labios, mientras él me bajaba lentamente de sus brazos. Aquella curva cínica que se había dibujado en sus labios, lentamente se fue borrando. Mis puños temblaban por la cólera.

—Entonces ¡¿Por qué no lo hicieron antes?! —Sin darme cuenta, mi tono se elevó—.

De mi boca, solo salían regaños. Habíamos perdido tres meses en la tierra, por mero gusto de ellos. Repentinamente mi cabeza empezó a doler, junto a las heridas de mi cuerpo. El dolor logró hacerme caer de rodillas. La preocupación en el ceño de mis querido espíritus, se hizo presente, incluyendo a Acuario, aunque intentó disimularlo. Mis ojos conectaron con unos poco familiares, su profundo color morado me intrigaba, al igual que sus pupilas verticales. Aquella chica empezó a examinarme, su rostro era realmente hermoso y juvenil, a pesar de tener unas cuantas escamas en su rostro. Su cabello azul marino combinaba con su traje negro de enfermera y los bordes azules.

—Esa magia no es algo que nosotros podamos usar, solo el rey puede hacerlo.

Incluso su voz era preciosa, no podía decir que era aguda, pero tampoco grave. Transmitía mucha seguridad, lograba tranquilizarme. Aquella desconocida cubrió, de una luz dorada, todo mi cuerpo. El malestar se desvanecía, junto a las heridas.

—Listo, ya estás como si nada.

—Gra... gracias —Maldije mi tartamudeo—. ¿Cómo te llamas?

—Soy Momo, la puerta morada de la serpiente.

—Yo soy Lucy Heart... Serpiente... ¡¿Morada?! —Desconcertada, mi reacción pareció un poco exagerada.

—Supongo que ya no hay magos celestes que conozcan sobre mi existencia —Agarró mis manos—... Quiero que tú la tengas, mi llave.

Mis ojos parecían brillar. Era imposible negarme a algo como eso. Me aseguré rápidamente de hacer un contrato con ella. No parecía tener muchos inconvenientes con llamarla cuando quisiera. Su llave era hermosa como si de un cristal con forma de serpiente morado se tratase, sus destellos parecían estrellas, al mirarlas detenidamente parecían moverse, simplemente hermoso.

—Princesa ¿Me castigará?

Estaba tan acostumbrada a Virgo y sus comentarios que solo me hizo suspirar, pero el rostro de Momo, se ruborizó increíblemente. Mis ojos se abrieron más de lo usual, al ver que de su nariz se asomaba una gota de sangre. Su respiración empezó a entrecortarse.

—Yo también quiero un castigo —dijo con gran emoción en su voz y sus ojos brillaban extrañamente—.

Tener el rostro de Virgo y de Momo, brillantes, pidiéndome un castigo, me desconcertaba.

—Pero ¿Qué?

—Ya llévatela, a ver si consigue un novio —El tono molesto de Acuario me advirtió sobre su desinterés para quitarme al dúo masoquista de encima—.


Un  nuevo comienzo -Stinglu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora