¡Ganamos!

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Fairy Tail, volvió a ser el gremio más fuerte de todo Fiore. Los fuegos artificiales inundaron el cielo, asomándose cada vez más y resonando en todos lados. Erza, Gray y yo, nos apoyamos entre nosotros para caminar hacia Gajeel y Natsu. Todos Erza y yo tomamos el trofeo y entre todos nos levantaron. Los integrantes del gremio estaban demasiado emocionados, podía ver a algunos llorando. Levantamos la mano para hacer nuestro símbolo, toda la conmoción me hizo derramar algunas lágrimas.

—Mocosos tenemos los jewe... digo, el titulo ¡Otra vez!

Luego de todo el ajetreo fuimos llevados a la enfermería, me tire perezosamente boca abajo en la cama, alce mi mano con la llave de Momo para llamarla, ella apoyó a Wendy en nuestra curación.

***

—Por fin en casa —declaré cuando abrí la puerta—.

Fue lo primero que dije al abrir la puerta de mi apartamento. Antes había pasado a pagar un mes de la renta gracias a la generosidad del maestro. Tome un baño relajante para vestirme con un top rosado, una falda crema y unas sandalias negras; naturalmente agarre mis llaves y mi látigo. Llame a Cáncer para que se ocupase de mi cabello, lo quería más largo así que él me complació y lo ató en una coleta alta, aun así llegaba a la mitad de mi espalda. Complacida, salí a caminar por las calles de Magnolia, montándome en la franja de ladrillos cerca del rio. Me topé con la primera, quien me miraba seriamente.

—Primera —llamé, parecía perdida en sus pensamientos y un poco dudosa. Sus labios se separaron varias veces, pero siempre se detenía antes de decir alguna palabra—.

—Lucy... si lo que pienso es verdad puede que seas mi bisnieta —Su tono era demasiado serio para ser tomado como una broma—.

—¡¿Qué?!

Por unos segundos que parecieron eternos, ninguna de las dos dijo nada. Habían voces diciéndome que tuviese cuidado de caer, así que bajé. La brisa movía su cabello, pero en ningún momento suavizó su expresión.

—Dime ¿Qué sentiste al usar el destello celestial? —interrogó con cierto brillo en su mirada.

—No sé cómo expresarlo –contesté dudosa, su pregunta me había tomado por sorpresa—. Era una sensación... ¿Agradable? Como si ya la conociese, como si simplemente me...

—Protegiera —dijimos al unísono. El asombro no podía escaparse de mis expresiones faciales—.

—¿Cómo no me di cuenta? —murmuró— Eres la hija de Layla, hija de Keyla —proclamó con una fuerte seguirdad—.

—¿Qué tienes que ver mi abuela?

—Ella era mi hija —afirmó con lágrimas en los ojos—.

—Entonces... es verdad, soy tu bisnieta —La abracé, a pesar de tener un cuerpo astral, se sintió muy cálido—. Pero como... el gremio tiene muchos años... ¿Cómo? —Interrogué un poco insegura. Me separé de ella y limpio mis lágrimas al igual que las de ella.

—Por algunas razones fui maldecida, regresando a este tamaño. En aquella época las cosas eran difíciles, me vi obligada a enviar a Keyla a un futuro más seguro y a crear el Fairy Heart. Le hice prometerme que viviría segura, lejos de las guerras... ese hechizo lo cree para que pudiese cuidar de ella y los suyos.

—Por eso mamá nunca me habló de la adolescencia de la abuela.

Narra Mavis

Estaba tan feliz por haber encontrado a mi bisnieta, eso me daba un gran consuelo, había hecho lo que debía para salvar a mi pequeña y por lo que veo logró mantenerse a salvo durante todos estos años. Aun así, la amarga tristeza me invadía. Sabía que debía contarle, pero no era el momento, sería un golpe demasiado grande para ella, a pesar de eso no me arrepentía de las acciones de mi pasado mientras estaba viva porque gracias eso tuve los mejores regalos de toda mi vida... Solo espero que Lucy pueda perdonarme y seguir sonriendo como lo hace.

Narra Lucy

La emoción era muy grande, no podía creer que la primera maestra de Fairy Tail, era mi Bisabuela, era demasiado increíble. Mientras animadamente hablábamos de la abuela en su infancia, llegamos al gremio. Abrí la puerta, pero lo que recibí fue el impacto de una silla en mi frente. Podía sentir la sangre caer, mis puños cerrados tratando de controlar el enojo, pero era demasiado. Mi humor se había mascado, casi podía sentir mi aura ensombreciéndose, un pequeño tic apareció en mi ojo, cuando lo abrí vi a los miembros mirándome con terror, incluso la primera se había echado para atrás, con una sonrisa llena de nervios. Las personas se quitaron del camino dejando a la vista los culpables de mi frente rota. Natsu y Gray. Me acerque furiosa, dando pasos pesados, cuando los llame furiosa me miraron y empalidecieron.

—¡Puerta de la doncella, te abro! ¡Virgo! —La mirada de Virgo fue indescifrable—. Es hora del castigo —autorice en un susurro y su mirada parecía brillar—.

—Si princesa —La emoción en su voz, me resultaba muy evidente—.

Mientras el tiempo pasaba, traté mi herida y le puse una pequeña gaza que cubrí con mi flequillo. Cuando vi la obra maestra de Virgo, sentada desde la barra, quedé totalmente complacida. Ambos estaban colgados boca abajo por una soga en el techo. Natsu estaba casi denudo con sacos de hielo atados a su espalda, estaba tan sujeto que no podía ni moverse, por otra parte Gray estaba cubierto por gruesas capas de ropa para el invierno.

—Virgo, ven —Ella se acercó, atendiendo a mi llamada. Puse mi dedo índice en su barbilla para acercar su oído a mis labios —. Lo hiciste bien, te castigare en casa –susurré y su mirada me decía que lo esperaba con ansias. La verdad era un poco raro, pero no podía evitar su extraño gusto. Mire al resto del gremio−... ¿Alguien más? —mascullé.

Ninguno de los presentes parpadeó, incluyendo a Erza que, estaba ruborizada, supongo por mi trato hacia Virgo. Negaron con su silencio a mi pregunta y sonreí complacida, quizás estaba descubriendo una nueva faceta. Escuche las puertas del gremio abrirse, bebí un sorbo de la cerveza que había pedido y casi me ahogaba al ver aquella inesperada visita.


Un  nuevo comienzo -Stinglu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora