Mark Tomlinson, es un poderoso hombre de negocios, esposo de Jay, una de las mujeres más admiradas del país.
Un fallido secuestro pone en alerta a la familia, por lo que deciden contratar más seguridad para sus hijos. Uno de ellos será Harry Styles...
El ojiazul miró a su hermana y corrió al aparato rápidamente como si le fuera la vida en ello.
—Hola, claro que puedes venir a verme, ven te espero.
Luego de eso, el guardaespaldas ojiverde subió las escaleras detrás del chico, el cual rápidamente entró en su habitación y se tumbó en la cama cogiendo una revista de motos.
Harry cerró la puerta y se acercó a la ventana y tras un breve silencio, soltó un suspiro pero Louis ni se inmuto, entonces se giró y lo contempló atónito.
Louis finalmente levantó la vista y lo miró un instante, luego volvió a su revista sonriendo feliz, no quería que Harry se enfadara, quería estar tranquilo y abrazado a él pero sabía que este estaba tenso por la llamada y no podía evitarlo, en verdad quería ver a Hannah.
Las advertencias de Zayn rondaban en la cabeza de Harry y estaba empezando a pensar que sus peores temores se estaban cumpliendo y Louis simplemente quería jugar con él.
La verdad era, que al ojiazul le resultaba divertido verlo molesto, celoso, disfrutaba con tenerlo loco de amor, era nuevo para él pues a pesar de que había tenido algún que otro pequeño lío chicas, solo habían sido diversión.
Louis nunca se había enamorado de alguien como su escolta y además era correspondido, por lo que se sentía poderoso y creía que Harry haría todo lo que él quisiese, incluso soportar la presencia de Hannah.
Tiempo después, toda la familia volvió a sus obligaciones, Mark y Jay volvieron al trabajo junto con sus escoltas y las chicas fueron a sus clases extraescolares con Liam y Niall.
De nuevo la casa se quedó vacía y tras jugar unas partidas a los videojuegos de su ordenador, Louis decidió bajar de nuevo, seguido de un Harry bastante malhumorado.
Sobre las cuatro, se escuchó el timbre de la puerta y entonces una de las doncellas fue a abrir.
——Hola, soy Hannah, una compañera de Louis.
—Buenas tardes señorita, pase.
El ojiazul muy sonriente, disfrutó al ver la cara de Harry cuando la chica corrió hacía él y lo abrazó fuertemente.
—Hola osito...vaya susto me he llevado, nunca vuelvas hacerme eso.
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El ojiverde carraspeó sorprendiendo a Hannah pues la chica ni se había dado cuenta de su presencia.
—Oh...tú debes de ser Harry, el guardaespaldas de mi novio...Que bien que lo salvaste, muchas gracias—dijo la chica amablemente levantándose y dándole la mano.
El rizado le tendió la mano también, no era un maleducado, aunque no entendía una mierda de lo que estaba pasando pues la rubia y sonriente chica que tenía delante, acababa de referirse al ojiazul como "su novio".
Pero eso no fue lo peor pues tras volver al sofá donde Louis permanecía sentado, ésta se tumbó y le pidió un beso a lo que el ojiazul no puso objeción o eso es lo que percibió Harry, antes de volverse a girar a la ventana, ya que eso dolía demasiado.
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Sin embargo, Louis sintió como si estuviese besando a una de sus hermanas, aunque la chica era guapa, muy buena y la quería mucho, al parecer lo sucedido con el guardaespaldas le estaba reafirmando muchas cosas.
En ese instante, el ojiazul se dio cuenta de que no sentía atracción alguna por ella y que definitiva y dolorosamente era gay.
