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Hoy estaba un poco caluroso, así que no había mucha clientela. Solo habían venido un par de señoras a comer un pedazo de torta y ya eran las doce del día, estábamos yo, Jimin y Adriana en la cafetería, Liam tenía libre y el jefe estaba hablando de negocios con un socio en un restaurante del pueblo. Miré a Adriana que estaba pasando algunas cuentas a la nueva libreta del jefe, la anterior se había acabado. Al parecer todo había vuelto a lo normal entre ellos porque ya habían comenzado a hablar y ella seguía haciendo de todo para él. Y Jimin estaba atrás ordenando la bodega, se oían los ruidos que el hacía moviendo las cosas, quería ir para allá un rato con él, no había nadie por el momento y podríamos estar solos un rato atrás.

— Si quieres ve a la bodega — dijo cuando notó qué miraba a esa dirección — los llamaré si se llena o llega el jefe.

— Gracias — dije y me fui a la bodega, no sin antes verla como soltaba una risa burlona.

Cuando estaba yendo a la bodega que estaba un poco más allá que los casilleros y los baños, me topé a Jimin que venía devuelta, al quedar frente a frente le rodeé la cintura con mis brazos y me dejé caer a su cuerpo, él retrocedió intentando ponerse firme mientras mostraba una sonrisa.

— ¿Qué haces? — preguntó retrocediendo lentamente apegándose a la pared más cercana, después se deslizó en ella hasta sentarse en el suelo.

— Adriana nos dejó tontear un rato — metí mi cabeza en el hueco de su cuello — además me prometiste que te irías a quedar a casa hoy día y me costó mucho convencer a mi mamá que nos dejara — cerré mis ojos y continué — te hará dormir en la otra habitación, buscó una cama y todo pero puedes venir a la mía más tarde.

— Oh — dice riendo — una propuesta indecente — me rodeó con sus brazos dejándome inmóvil — no lo he olvidado.

— Más te vale — dije — me lo debes después de hacerme creer que terminarías conmigo.

— Yo no te hice creer nada — canturreo la frase — tu pensaste eso.

— Sonó de esa manera — dije mientras jugueteaba con un botón de la camisa.

— Ese no era el punto — acarició mi pelo — el punto era decirte que soy un ambicioso y solo traigo problemas.

Besé su cuello y se estremeció suavemente, que, seguramente si no hubiera estado tan apegada a su cuerpo no lo habría percibido, algunas de las cosas que había descubierto últimamente era que a Jimin le gustaba que lo besara en el cuello o la clavícula, era como su punto débil tal vez.

Me apoyé en su hombro mientras él me rodeaba las caderas con sus brazos, no quería estar en la bodega, ni en la cafetería, tampoco en mi casa, quería estar en la pradera, donde sabía que estaríamos realmente solos y nadie nos molestaría.

Golpearon la puerta que llevaba hacía la bodega, obviamente era Adriana, me levanté rápido y fui hacía allá, Jimin venía detrás de mi. Abrí la puerta asomando primero mi cabeza, me había levantado rápido pensando que era el jefe quién había llegado pero me paré en seco al ver que era  Miranda apoyada en el mostrador. Quise volver pero Jimin empujó suavemente la puerta para salir. Adriana le dijo a Miranda que se fuera a sentar que le llevarían las cosas a la mesa, así lo hizo, Adriana había reconocido a la morena y pensé que se negaría a atenderla, por lo que había pasado hace un tiempo pero no.

Eso sí, ella no quería servirle las cosas y se fue a la bodega a esconderse un rato, yo preparé las cosas y Jimin se las llevó, le dijo algo él y volvió hacía mi.

— Dice que quiere hablar contigo, después del trabajo.

Lo miré sorprendida, porque nuestra “relación” no es la mejor, sí, claro, me ayudó el otro día y se lo agradezco pero no habíamos hablado de nada, ni se me pasaba por la cabeza lo que podría tener en mente esa mujer, pero de cualquier forma le dije que iría.

Anioł [Park Jimin]. (¡HIATUS-TOTAL!)Where stories live. Discover now