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Después de las siete comenzó a llover, la señora Jung corrió hacía el patio trasero acompañada de mi madre para sacar las ropas que habían colgado hace unas cuantas horas.

- ¡Cariño cierra la ventana o te resfriaras! - me grita mamá que iba corriendo con la ropa en sus manos, le hice caso de igual forma no quería caer enferma cuando finalmente entraría de nuevo a trabajar y no me aburriría tanto en casa.

Tomé el lápiz y intenté dibujar algo para no caer en el aburrimiento pero no se me ocurría que dibujar. Hice rayones que borraba a cada minuto, me sentía tan frustrada no quería nada, ni siquiera había probado el pastel que había comprado mamá, con Hoseok no quería hablar, no por ahora. Aparté de mis manos de el cuaderno y mire el techo de mi habitación, nada, me pareció raro, un techo extraño, no podía adivinar que era diferente. Hasta que me dí cuenta que el colgante no estaba.

Me removí por toda la habitación pero no lo hallé, fui corriendo donde estaba mamá, quién reía animada con la señora Jung doblando las ropas.

- ¿Dónde esta el colgante? - pregunté casi gritando, mamá se me quedó viendo un poco confundida - el cazador de sueños - aclaré.

- Ah... El otro día se cayó y lo dejé sobre tu armario - dijo - me sorprende que te hayas dado cuenta ahora.

Fui a mi habitación a buscar el colgante, tuve miedo de que se hubiera roto con la caída, ahí estaba completo, suspiré de alivio y lo volví a su lugar ¿desde hace cuanto no estaba ahí?.

Me quedé viendo como se movía la pluma lentamente durante largos minutos, hasta que de repente comenzó a moverse y a sonar muy fuerte, mi ventana estaba abierta y sentí un escalofrío en todo mi cuerpo, la piel se me puso de gallina.

Me senté en mi cama y contemplé la lluvia caer, no había nada afuera por lo que cerré la ventana. Al mismo tiempo sentí que cerraban la puerta de mi habitación, me giré rápidamente solo para contemplar que era Jimin, él aseguró la puerta.

- ¿Que haces aquí? - pregunté con una temblorosa voz.

- Quería verte - dijo - hoy me dejaste solo en el cementerio.

- Pensé que querrías estar solo.

- Por una razón te llevé ahí - dijo parándose frente a mí.

Yo al estar sentada ahí en mi cama vi a Jimin inmenso, tan oscuro, tan imponente sentí admiración por él y su postura, pensé muchas cosas como que toda su persona me parecía muy sensual pero recordé que el podía leer mi mente y traté de pensar en gatitos y perritos bebés.

Bajé mi mirada hacía mis piernas que estaban cruzadas, Jimin comenzó a pasearse por mi habitación y se detuvo en el cuadro que mamá había dejado ahí. Corrí hacía el lugar y me puse entre él y mi escritorio.

- No lo veas.

- Es una linda pintura - dijo - sales muy bien en ella.

- ¡No soy yo! - exclamé completamente roja de vergüenza, después de todo aparecía sin ropa en el - mi madre lo pintó, no soy yo.

Me miró a los ojos pero yo aparté la mirada, no quería que indagara en mi interior me parecía tan sucio.

- No lo hagas.

- ¿Hacer qué? - preguntó mirando directo a mis ojos.

- Leer mi mente - digo casi en un balbuceo - me siento vulnerable, no quiero sentirme así, no a tu lado. Prométeme que no intentarás hacerlo.

Anioł [Park Jimin]. (¡HIATUS-TOTAL!)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant