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— ¿No irás con Hoseok? — preguntó mamá amarrando el cinturón de su bata.

Yo negué estaba a punto de irme al trabajo en mi bicicleta, papá no estaba, fue a la ciudad a hacer unos trámites sobre su empresa, volverá mañana por la noche. Me abrigué mucho, la mañana estaba helada.

— ¿Lo estás evitando?.

— Mamá por favor — suspiré pesadamente — debo irme o llegaré tarde.

— Llámame apenas llegues, si no, te iré a buscar.

Rodé los ojos y asentí, me despedí de ella. Iba por la carretera, poca gente en sus carros pasaban, mi aliento se volvía una pequeña nube al salir de mi boca. De verdad hacía mucho frío y la lluvia del dia anterior habia dejado un fuerte olor a húmedo, lo único bueno es que todo se veía mas verde y limpio.

Apenas llegué a la puerta de la cafetería, golpeé la gran ventana para llamar la atención de Adriana quién estaba limpiando las tazas que se hallaban en el mostrador, al verme solto una sonrisa y se dirigió a la puerta que llevaba a los camerinos.

Cuando al fin salió me abrazó y me dijo que había estado muy aburrida sin mi a los alrededores, que Jimin y Liam eran malos habladores y que solo hablaban entre ellos.

— ¿Y de qué cosas hablaban? — pregunté un tanto curiosa.

Era verdad que ellos hablaban mucho, así que pensé que quizás Liam era como Jimin, un ángel. Aunque igual dudaba, Liam no era hablador y era un poco sombrío pero aun así parecía mucho menos misterioso que Jimin.

— Un día los escuché hablando de un juego de celular — resopló — Jimin le dijo que no podía pasar el nivel veintitrés y Liam le respondió que era un inútil.

No podía creer que hablaran de esas cosas, me quedé pensando un buen rato, Jimin podía actuar como cualquier chico con otras personas pero conmigo se volvía un misterio andante. Siempre creandome más dudas de las que ya tengo y ni siquiera es lo suficiente amable para responderlas.

Actúa tosco conmigo, es como si no pudiera evitarlo, por un momento es amable y después dice cosas hirientes, no quiero verlo, no hoy pero lamentablemente en nuestro pizarrón de horarios él tenía su turno a las once, al parecer ayer tenía libre.

Luego de estar lista con mi uniforme, entré a saludar a Robert quién me recibió con una enorme sonrisa y me preguntó si había descansado lo suficiente, si ya no me dolía el hombro, yo le dije que todo estaba bien y que podía hacer todo tipo de cosas pero él para asegurarme me dijo que no hiciera ninguna tarea pesada, que se los dejara a los chicos. Al salir de su oficina Liam ya había llegado y estaba ordenando los diarios en el mesón, se me quedó viendo un tanto desorientado, como si hubiera visto un fantasma, luego asintió y me saludó Adriana rodó los ojos al mirarme. Al abrir no pasó mucho tiempo para que comenzara a llegar gente, después de todo hacía frío.
Miraba el reloj con ansiedad, asegurándome que aún no fueran las once y mi estómago se retorcía cada vez las manillas del reloj mostraban que quedaba menos. Cuando eran las once exacta, oí las puerta de los camarines rechinar había llegado, Inalé y exhalé profundamente, no hablaría con él más de lo necesario, sólo cosas del trabajo, me repetí mentalmente.

Intenté concentrarme en lo que hacía, Liam se acercó a mí, pidiendo más café y yo comencé a molerlo, giraba la máquina y sentí a Jimin entrar al salón, listo con su uniforme, me dio un leve mirada y la apartó. Tomó el libro que ocupábamos para anotar nuestra hora de entrada y salida, firmó en la hoja, noté que su letra seguía siendo cursiva, una perfecta letra de esas que aparecen en las cartas antiguas.

Anioł [Park Jimin]. (¡HIATUS-TOTAL!)Where stories live. Discover now