-Hola, yo soy Steven—habló el otro amigo del ojiazul extendiendo su mano— ...soy compañero de este energúmeno, ¿Y tú cómo te llamas, hombretón?.

El ojiverde sonrió ante ese apodo, mucho más agradable que el que su protegido le decía.

-Yo soy Harry, Harry Styles, el nuevo guardaespaldas.

-¡Wow!, yo también quiero que me protejas- habló entusiasmado Steven.

-Y yo, yo también quiero- añadió Lukas mordiéndose el labio.

Louis entonces resopló molesto, ante la escena de sus amigos babeando por el ojiverde.

-¡Está bien!—les gritó—… dejarlo ya, gatas en celo... Dejar de perder el culo por el gorila y entremos en clase, está sonando el timbre.

Los chicos se quejaron y fingieron lloros por tener que irse y dejar de insinuarse ante el guapo guardaespaldas.

-Aguafiestas- le dijo molesto Lukas.

-Si, eres peor que la bruja de matemáticas, Louis-Habló Steven siendo arrastrado de un brazo.

Normalmente, el ojiazul era el que protesta por ir a clase y nunca había querido entrar justo al toque de timbre pero al parecer eso había cambiado.

—Aparcaré la moto y le estaré esperando, ni se le ocurra intentar hacer pellas, eso se ha terminado.

El ojiazul entonces se giró y le hizo una peineta, sin embrago sus amigos se despidieron saludando con la mano, totalmente sonrojados.

—Dejar de sonreírle—les regañó muy molesto—... parecéis quinceañeras chorreando, por el musculitos de turno.

Tras alejarse y ver que estos atravesaban la puerta principal del edificio, el guardaespaldas volvió a ponerse el casco y a continuación arrancó la moto

Durante las clases de esa mañana, Louis siguió escuchando las cosas que sus amigos y demás chicos y chicas de su clase, le susurraban sobre su guapísimo guardaespaldas y la verdad ya empezaba a estar un poco harto de verlos babear

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Durante las clases de esa mañana, Louis siguió escuchando las cosas que sus amigos y demás chicos y chicas de su clase, le susurraban sobre su guapísimo guardaespaldas y la verdad ya empezaba a estar un poco harto de verlos babear.

Según el ojiazul, la culpa de todo aquello la tenía sus padres pues haberle puesto de guardián, un tipo qué hacía perder el culo a sus amigos y a la mitad del instituto, era muy bochornoso.

Sin embargo, la verdad de todo eso, era que Louis estaba acostumbrado a ser el centro de atención y de repente su guardaespaldas le había robado el protagonismo.

Durante la media hora de descanso, todos fueron a preguntarle acerca de Harry, el cual daba vueltas por el patio del instituto y los alrededores, controlando que no hubiese ningún peligro para el primogénito de los Tomlinson.

Louis cada vez tenía más razones para hacerlo renunciar y qué se largase pues se veía autosuficiente para persuadir de nuevo a cualquier tipo que lo quisiese volver a secuestrar.

Al termino de las clases, el ojiazul se quedó varios minutos con sus amigos, hablando a las puertas del instituto sin prisa alguna, así que Harry molesto, fue a buscarlo pues ya se había cansado de estar parado junto a la moto.

...-Oiga, debemos irnos ya, sus padres dijeron qué al terminar la clases volviésemos enseguida a la casa, no puede arriesgarse así.

-¡Deja de molestarme gorila! ...¿tú no ves que estoy hablando con mis amigos?—le gritó este—... déjame tranquilo... mi madre es una paranoica y está loca para contratarte...yo no necesito una niñera....He regresado siempre solo a casa y no me ha pasado nada.

Harry lo miró muy serio.

—Suba a la moto.

El chico hizo caso omiso.

—Tengo entrenamiento, ¿Acaso no has leído la hoja de mis actividades?, pedazo de gorila analfabeto.

La paciencia del guardaespaldas se agotó, por lo que rápidamente lo cogió de un brazo.

-Mira niño, tengamos la fiesta en paz, ¿vale?, camina y sube tu bonito culo a la moto, si no quieres que te suba yo.

Louis y sus amigos empezaron a reírse, así que el rizado no le quedó más remedio que usar otro método, por lo que tras sujetarlo de la cintura, elevó al caprichoso chico y lo puso en su hombro, como si de un saco de patata se tratase, luego le dio una pequeña palmada en las nalgas.

-¡Sueltame, estúpido!, ¡Bájame ahora mismo!, ¡estás loco!—gritó el ojiazul mientras Harry caminaba hacia la moto—... ¡se lo diré a mis padres y te echarán a la calle como a un maldito perro!.

El guardaespaldas sonrió sin importarle ni una pizca, las amenazas, quejas e insultos del chico.

Le daba igual si después de eso lo reprendían pues se había dado el gusto de haber enseñado al pequeño malcriado, que no le tenía ningún miedo.

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4. Guardaespaldas - L.S (Primera Parte)-TerminadaWhere stories live. Discover now